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España > Avila > Arenas de San Pedro
23-04-12 20:16 #9966838
Por:Telemann

Crisis
OPINIÓN
El suicidio económico de Europa
La austeridad fiscal que promueve Alemania está ahogando a sus socios europeos
PAUL KRUGMAN 22 ABR 2012 -


La semana pasada, The New York Times informaba de un fenómeno que parece extenderse cada vez más en Europa: los suicidios “por la crisis económica” de gente que se quita la vida desesperada por el desempleo y las quiebras de las empresas. Era una historia desgarradora, pero estoy seguro de que yo no era el único lector, especialmente entre los economistas, que se preguntaba si la historia principal no será tanto la de las personas como la de la aparente determinación de los líderes europeos de cometer un suicidio económico para el continente en su conjunto.

Hace solo unos meses albergaba algo de esperanza respecto a Europa. Es posible que recuerden que a finales del pasado otoño Europa parecía estar al borde de la crisis financiera, pero el Banco Central Europeo, homólogo europeo de la Reserva Federal estadounidense, acudió al rescate. Ofreció a los bancos europeos unas líneas de crédito indefinidas siempre que presentaran bonos de los Gobiernos europeos como garantía, lo que ayudó directamente a los bancos e indirectamente a los Gobiernos, y puso fin al pánico.

La cuestión por aquel entonces era saber si esta acción valiente y eficaz sería el inicio de un replanteamiento más amplio, y si los líderes europeos usarían el oxígeno que el banco había insuflado para reconsiderar las políticas que llevaron las cosas a un punto crítico en primer lugar.

Pero no lo hicieron. En vez de eso, persistieron en sus políticas y en sus ideas que no dieron resultados. Y cada vez resulta más difícil creer que algo les hará rectificar el rumbo.

Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla
Piensen en la situación en España, que actualmente es el epicentro de la crisis. Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla, con una tasa de desempleo total del 23,6%, comparable a la de EE UU en el peor momento de la Gran Depresión, y con una tasa de paro juvenil de más del 50%. Esto no puede seguir así, y el hecho de haber caído en la cuenta de ello es lo que está incrementando cada vez más los costes de financiación españoles.

En cierta forma, no importa realmente cómo ha llegado España a este punto, pero por si sirve de algo, la historia española no se parece en nada a las historias moralistas tan populares entre las autoridades europeas, especialmente en Alemania. España no era derrochadora desde un punto de vista fiscal; en los albores de la crisis tenía una deuda baja y superávit presupuestario. Desgraciadamente, también tenía una enorme burbuja inmobiliaria, que fue posible en gran medida gracias a los grandes préstamos de los bancos alemanes a sus homólogos españoles. Cuando la burbuja estalló, la economía española fue abandonada a su suerte. Los problemas fiscales españoles son una consecuencia de su depresión, no su causa.

Sin embargo, la receta que procede de Berlín y de Fráncfort es, lo han adivinado, una austeridad fiscal aún mayor.

Esto es, hablando sin rodeos, descabellado. Europa ha tenido varios años de experiencia con programas de austeridad rigurosos, y los resultados son exactamente lo que los estudiantes de historia les dirían que pasaría: semejantes programas sumen a las economías deprimidas en una depresión aún más profunda. Y como los inversores miran el estado de la economía de un país a la hora de valorar su capacidad de pagar la deuda, los programas de austeridad ni siquiera han funcionado como forma de reducir los costes de financiación.

Lo que es realmente inconcebible es mantener el rumbo actual e imponer una austeridad cada vez más rigurosa
¿Cuál es la alternativa? Bien, en la década de 1930 —una época cuyos detalles la Europa moderna está empezando a reproducir de forma cada vez más fiel— el requisito fundamental para la recuperación fue una salida del patrón oro. La medida equivalente ahora sería una salida del euro, y el restablecimiento de las monedas nacionales. Pueden decir que esto es inconcebible, y que sin duda alguna sería enormemente perjudicial tanto económica como políticamente. Pero lo que es realmente inconcebible es mantener el rumbo actual e imponer una austeridad cada vez más rigurosa a países que ya están sufriendo un desempleo de la época de la Depresión.

Por eso, si los líderes europeos quisieran realmente salvar al euro estarían buscando un rumbo alternativo. Y la forma de dicha alternativa es en realidad bastante clara. Europa necesita más políticas monetarias expansionistas, en forma de buena disposición —una buena disposición anunciada— por parte del Banco Central Europeo para aceptar una inflación algo más elevada; necesita más políticas fiscales expansionistas, en forma de presupuestos en Alemania que contrarresten la austeridad en España y en otros países en apuros de la periferia europea, en vez de reforzarla. Incluso con esas políticas, los países periféricos se enfrentarían a años de tiempos difíciles, pero al menos existiría alguna esperanza de recuperación.

Sin embargo, lo que estamos viendo en realidad es una falta de flexibilidad absoluta. En marzo, los líderes europeos firmaron un pacto fiscal que establece de hecho la austeridad fiscal como respuesta ante todos y cada uno de los problemas. Mientras tanto, los principales directivos del banco central insisten en recalcar la voluntad del banco de aumentar los tipos a la más mínima señal de una inflación más elevada.

Por eso resulta difícil evitar una sensación de desesperación. En vez de admitir que han estado equivocados, los líderes europeos parecen decididos a tirar su economía —y su sociedad— por un precipicio. Y el mundo entero pagará por ello.

Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, es catedrático de la Universidad de Princeton.
Puntos:
28-04-12 12:09 #9985706 -> 9966838
Por:Telemann

RE: Crisis
Rajoy asume que su legislatura se saldará con más paro y 500.000 empleos menos
La crisis y el estancamiento esperado para 2013 aplazan la recuperación del mercado laboral
La media de la tasa de desempleo cerrará 2015 en el 22,3% frente al 21,6% de 2011
EL PAÍS Madrid 27 ABR 2012

El presidente, Mariano Rajoy.


El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene asumido que su legislatura, la primera tras ocho años al frente de la opsoción, acabará con más paro que a su llegada y la destrucción neta de medio millón aproximado de empleos, según las previsiones que recoge el Programa de Estabilidad que el Ejecutivo remitirá a Bruselas y donde se incluye la subida del IVA para 2013.

Tal y como recoge el cuadro macro incluido en este documento, que también anuncia un estacamiento económico para 2013, el empleo caerá un 3,7% este año y otro 0,3% el próximo. La recuperación llegará, en todo caso, a partir de 2014, pero será tan lenta que no pemitirá enjugar todos los puestos de trabajo destruidos en los dos primeros años de la legislatura. El plan, además, llega en el mismo día en que se ha conocido la EPA del primer trimestre del año y que arroja un nuevo máximo en el número de desempleados con 5,6 millones. La tasa de paro ascendió al 24,4%.

Las caídas en el empleo que augura en Gobierno coinciden con la recaída de la economía española en recesión en 2012, que es la segunda en apenas tres años. Desglosando los datos por ejercicios, el Ejecutivo espera una caída del PIB del 1,7% en 2012, lo que provocará la supresión de 630.000 puestos de trabajo. En 2013, coincidiendo con el regreso de España a las tasas positivas de crecimiento, aunque con un exiguo avance del PIB del 0,3%, se destruirán otros 60.000 empleos. Mientras, en 2014 y 2015 apenas se crearán en torno a unos 100.000 en cada uno de estos ejercicios, lo que arroja un saldo negativo final de unos 500.000 empleos menos.

A partir del próximo año, el Ejecutivo espera un crecimiento del PIB del 1,4% en 2014 y del 1,8% en 2015. De este lado, para llegar a los niveles previos a la crisis, las dificultades con vistas a consolidar su recuperación harán que el país no recuperar los niveles de actividad previos a la crisis hasta 2017, según los últimos cálculos del FMI, lo que equivale a una década entera pérdida para su economía.

MÁS INFORMACIÓN
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Más de la mitad de los jóvenes que quieren trabajar ya están en paro
Los servicios de estudios prevén recesión hasta 2013
Bajando al detalle del cuadro macroeconómico, el Gobierno fía la recuperación de 2013 al sector exterior. La demanda interna retrocederá un 1,7% debido a una nueva caída del consumo, tanto de las familias como de las administraciones públicas, y de la inversión, “pero a tasas mucho más moderadas”, ha explicado el ministro de Economía, Luis de Guindos. Esta moderación se materializará en un descenso del 1,1% del consumo de los hogares, frente al 1,4% esperado para 2012. La recuperación en el recorte en el gasto público es más acusada, al pasar de una aportación negativa del 8% durante este año a una caída del 4,6%. En cualquier caso, este apartado no volverá a tasas positivas durante todo el periodo previsto en el plan de estabilidad.

De este lado, el sector exterior seguirá la “tendencia de los últimos años”, ha añadido Guindos, aunque reduce su aportación positiva en 2013 al 1,8%, nueve décimas menos que en 2012. El ministro ha destacado, a su vez, que la balanza comercial “empieza a generar superávit” con el exterior, algo que se ha producido “siempre que ha habido un giro económico”. Guindos ha destacado que el potencial del sector exterior se explica por el “ajuste importante en la competitividad”. “A diferencia de otras economías europeas, la española es competitiva y tiene potencial de crecimiento”, ha resaltado el ministro.
Puntos:
28-04-12 12:20 #9985756 -> 9985706
Por:Telemann

RE: Crisis
Un sindiós
TODO ESTE PROGRAMA REFORMADOR DE GRAN CALADO NO PUEDE PONERSE EN MARCHA SIN MENTIR

JUAN JOSÉ MILLÁS 27 ABR 2012 -
Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.









Ojalá fuese la herencia
XAVIER VIDAL-FOLCH 26 ABR 2012 -
¿Provienen los males de la economía española de la herencia dejada por el PSOE al PP? Ojalá, porque entonces, más tarde o más temprano, muerto el perro, muerta la rabia. Pero no es así.
¿Cometió el anterior Gobierno un “engaño muy grave” con las cuentas públicas de 2011, como, subiendo el tono en la subasta de adjetivos, aseveró el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante el debate presupuestario? Un engaño que estaría destinado a tapar un “déficit oculto”, según sus voces amigas. Pero no es así.
Porque en ningún momento el anterior Gobierno brindó a nadie —tampoco a la UE— ningún dato de ejecución presupuestaria falso, sino solo previsiones sobre el déficit que se mostraron inexactas, por optimistas. No es muy genial que el Gobierno de España dispare a los pies de la credibilidad estadística de España, construida por los sucesivos Ejecutivos, todos ellos en este aspecto fiables.
¿Por qué erraron las previsiones Zapatero / Salgado para 2011? Fuera psicoanálisis, solo cifras. Ocurrió que la recuperación internacional de los primeros meses se truncó a partir de Fukushima, Libia y el estertor del impago griego. La ralentización afectó a España sobre todo en el último trimestre, al crecer su PIB solo en un 0,3%, contra un 0,9%, 0,8% y 0,8% de los tres primeros.
La erosión del rival lleva a un falso diagnóstico y por ello a malas recetas
El bimestre final, que registró el turno de Gobiernos, fue fatal. Los ingresos líquidos (sobre todo recaudación de impuestos) cayeron en picado, desde los 10.419 millones en septiembre y los 19.165 en octubre a solo 4.068 en noviembre y 6.830 en diciembre. El superávit de caja de septiembre y octubre se trocó en abultado déficit de 11.815 millones en noviembre y de 8.401 en diciembre. Ya sucedió el bimestre final de 2010 en Cataluña, que va con el ciclo adelantado, y CiU lo atribuyó a la herencia del tripartito; hasta que se le repitió en 2011. Y, salvo mejora general, puede repetirse.
De modo que tiene alguna explicación que los Gobiernos cesantes confiasen casi hasta el final en un buen resultado. Y de hecho casi lo obtuvieron en la Administración central, al desviarse solo tres décimas. En las autonomías, la responsabilidad fue muy compartida, ¿cuántas veces habrá que repetirlo?
Veamos ahora la cualidad de la desviación. ¿Vino por el exceso de gasto, por afición a dilapidar? No. “El gasto público [total] se contrajo un 2,3% en 2011”, sentencia el boletín de abril del Banco de España, página 55. Ergo, empezó la austeridad. Insuficiente para el objetivo, pero empezó. Lo determinante fue la caída de ingresos, por culpa de la menor actividad: “De la desviación presupuestaria observada en 2011, en torno a un 90% del total, se debió a la extrema debilidad de los ingresos públicos, que se redujeron en algo más de un punto con respecto a 2010”.
Ojalá que a Montoro le lluevan todos los ingresos que prevé. Pero si le saliesen mal, por favor, que nadie le devuelva la misma moneda acusándole de “engaño muy grave” y culpando a su —ya será evaluable, tras un año— “herencia”. Sería disparar contra todos. Si no se modera el catastrofismo contra los Gobiernos, la catástrofe será de todos ellos, o sea, de España. Y entonces solo quedará un recurso: contratar de jefe a Mario Monti.
Denigrar la herencia recibida reporta ventajillas politiqueras: mella al adversario al imputarle los sacrificios necesarios; le coloca a la defensiva, como imputado; ayuda al nuevo gobernante a ganar tiempo; sirve en bandeja un lenitivo a los incumplimientos de sus promesas y compromisos electorales...
Pero acarrea una doble desventaja para hacer política económica seria. Al arrinconar a la oposición, cercena el mínimo consenso social necesario para hacer reformas duras, requerido hasta por las mayorías más absolutas. Y al constituir un diagnóstico pobre o falso, propicia —para distanciarse del gobernante anterior o desacreditarle— recetas inadecuadas. De las que los mercados desconfían, tanto más cuantas más dentelladas se propinen los políticos.
Así, en el Presupuesto no se toca la retribución de los funcionarios, pero sí la de los pensionistas, aunque por la puerta de atrás: IRPF y medicamentos; se mantienen trenes inútiles y se cancelan otros productivos; aumenta la dotación al deporte y se rebajan las de becas e I+D...
El error de machacar la herencia puede conducir al de destruir el inventario.
Puntos:
29-04-12 18:03 #9990015 -> 9985756
Por:Telemann

RE: Crisis
Puntos:
29-04-12 19:36 #9990313 -> 9990015
Por:Telemann

RE: Crisis
Diálogo entre Colbert y Mazarino:
>
> Acerca del Estado y la gente, durante el reinado de Luís XIV de
Francia,
> el ‘Rey Sol’:
>
> Colbert: Para conseguir dinero, hay un momento en que, engañar [al
> contribuyente] ya no es posible. Me gustaría, Señor
Superintendente, que
> me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está
> endeudado hasta al cuello...
>
>
>
> Mazarino: Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está
cubierto
> de deudas, se va a parar a la prisión. Pero el Estado...!! cuando
se habla
> del Estado, eso ya es distinto!! No se puede mandar el Estado a
prisión...
> Por tanto, el Estado puede continuar endeudándose. Todos los
Estados lo
> hacen!
>
> Colbert: Ah sí? Usted piensa eso? Con todo, precisamos de dinero. Y
cómo
> hemos de obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables?
>
> Mazarino: Se crean otros.
>
> Colbert: Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.
>
> Mazarino: Es cierto, eso ya no es posible.
>
> Colbert: Entonces, ¿sobre los ricos?
>
> Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más y un
rico que no
> gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta, sí.

>
> Colbert: Entonces cómo hemos de hacer?
>
> Mazarino: Colbert, tú piensas como un queso de Gruyere o como el
orinal de
> un enfermo!!. Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los

> pobres!! Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún
día
> a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a esos a los que
debemos
> gravar con más impuestos..., cada vez más..., siempre más! A
esos, cuanto
> más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que les
quitamos¡¡. Son
> una reserva inagotable!!.
>
> --------------------------
>
> Y hoy, cuatro siglos después....
> el diálogo sigue vigente.
>
>
>
Puntos:
05-05-12 16:49 #10015165 -> 9990313
Por:fuenteovejuna1959

RE: Crisis
Como, según parece, al amigo Telemann no le responde nadie en este su tema, salvo él a sí mismo, me voy a permitir una pequeña licencia. Alegato de Fidel Castro en su propia defensa por el juicio que se le siguió tras atacar el cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Decía el demócrata por excelencia de las siniestras, según escribe Carlos Alberto Montaner:

"Os voy a referir una historia. Había una vez una república. Tenía su Constitución, sus leyes, sus libertades, Presidente, Congreso, tribunales. Todo el mundo podría reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad. El Gobierno no satisfacía al pueblo, pero el pueblo podía cambiarlo y ya sólo faltaban unos días para hacerlo. Existía una opinión pública respetada y acatada y todos los problemas de interés colectivo eran discutidos libremente. Había partidos políticos, horas doctrinales de radio, programas polémicos de televisión, actos públicos, y en el pueblo palpitaba el entusiasmo.. Este pueblo había sufrido mucho y si no era feliz, deseaba serlo y tenía derecho a ello. Lo habían engañado muchas veces y miraba el pasado con verdadero terror. Creía ciegamente que éste no podría volver; estaba orgulloso de su amor a la libertad y vivía engreído de que ella sería respetada como cosa sagrada; sentía una noble confianza en la seguridad de que nadie se atrevería a cometer el crimen de atentar contra sus instituciones democráticas. Deseaba un cambio, una mejora, un avance, y lo veía cerca. Toda su esperanza estaba en el futuro".

Y hoy, 59 años después, el alegato de Fidel Castro debe seguir vigente, al parecer, porque ni el mismísimo comandante lo ha derogado.

Éste sí debía ser todo un programa reformador de gran calado que no puede ponerse en marcha sin mentir. ¿O, tal vez, era música celestial o un sin dios?
Puntos:
08-05-12 20:46 #10027429 -> 10015165
Por:Telemann

RE: Crisis
La previsión del Gobierno para 2015 es haber reducido casi ¼ parte del presupuesto de la sanidad pública

2012-05-04

El Consejo de Ministros del pasado día 27 de abril, el Gobierno aprobó la remisión a la Unión Europea y a la Comisión Europea del Programa Nacional de Reformas 2012 (https://ww.lamoncloa.gob.es/NR/rdonlyres/8A9ED6BD-9183-41EA-A8AC-E4DA56487D8E/202008/PNRDEFINITIVO.pdf) y la actualización del Programa de Estabilidad Programa de Estabilidad 2012-2015 (https://ww.lamoncloa.gob.es/NR/rdonlyres/8A9ED6BD-9183-41EA-A8AC-E4DA56487D8E/202009/ActualizacinProgramaEstabilidad2.pdf).

De los datos que aparecen en dicha documentación se deduce que el dinero público dedicado a sanidad descenderá del 6,5 % del PIB en 2010, al 5,1 % del PIB en 2015; lo que supone para ese año -2015- y según sus propios datos, una disminución del 21,5 % del gasto sanitario total (más de 15.000 millones sobre los cerca de 70.000 actuales).

Para hacerse una idea más concreta, 15.000 millones equivalen al presupuesto sanitario anual de Cataluña y Madrid juntas (unos 15 millones de habitantes); o, en otro ejemplo, al cierre de 40 grandes hospitales públicos del tamaño de La Paz o Valle Hebrón (con una media de 400 millones de presupuesto cada uno).

A estas medidas de “recorte” hay que añadir las intenciones del Gobierno de privatizar la gestión de centros públicos y ponerla en manos de empresas lucrativas, con las que se suscribirán contratos que exigirán el pago de altísimos cánones o alquileres, lo que reducirá todavía más la parte de los presupuestos dedicados a la asistencia a los pacientes.

CAS Madrid, 4 de mayo de 2012
Puntos:
21-05-12 14:18 #10083724 -> 10027429
Por:Telemann

RE: Crisis
¿A qué tanta ansia?


En alguna ocasión: he recordado cómo mi padre, que permaneció hasta el final de la Guerra Civil junto a Besteiro en Madrid, se asombraba de lo que había visto en las últimas, semanas de la contienda, cuando se sabía a ciencia cierta que la capital iba a caer en manos de Franco, de sus falangistas, sus requetés y sus moros, todos por el estilo de vengativos y sanguinarios y dispuestos a escarmen­tar a base de bien a la ciudad que más se les había resistido. En medio de esas boqueadas de la Republica, había personas que se peleaban por entrar en su Gobierno con algún cargo o car­guito, a sabiendas de que su ocupación iba a ser efímera y, sobre todo, de que ese breve lucimiento sólo iba a traerles graves problemas una vez que la victoria de los “nacionales” fuera un hecho: detenciones, cárcel, represalias, exilio o fusilamiento. Gente que tal vez habría pasado bastante inadvertida se ofre­cía a significarse en perjuicio suyo, y no -contaba mi padre, que asistió a ello- por lealtad, espíritu de sacrificio o necesi­dad, no se trataba de eso. Las cartas esta­ban ya echadas y poco importaba quiénes llevaran a cabo la rendición. La vanidad derrotaba al instinto de conservación, y a esos individuos los tentaba más “figurar”, aunque fuera sólo un mes o unas semanas, que precaverse de cara al inminente e irremediable futuro. “Después de eso”, decía Julián Marías, “nada de lo que los humanos hagan por ambición o vanidad logrará sorprenderme”.

No sé si se habrán dado muchos más ejemplos parecidos. Lo tradicional, ya se sabe, es que las ratas corran a abandonar el barco cuando ya es seguro que va a hun­dirse. Es de esperar, en todo caso, que semejantes tentaciones no tengan lugar nunca más aquí en circunstancias tan extremas y trágicas. Y sin embargo, salvando las insalvables distancias… Al cabo de cinco meses de Gobierno de Rajoy, y vistos los pano­ramas político y económico, cabe preguntarse por qué él y su partido tenían tanta prisa por ejercer el poder. Dieron larga ta­barra con las elecciones anticipadas, y finalmente las obtuvie­ron, pero incluso entonces les parecieron tardías. Según ellos, cada día con Zapatero arruinaba aún más a España, y ese pro­ceso sólo se detendría -e invertiría en seguida- con el PP al mando. Sabían cómo remediar la situación, si bien nunca explicaron en qué consistiría el remedio, o si acaso por la vía negati­va: no mermarían el poder adquisitivo de los pensionistas, no subirían los impuestos, no incrementarían el IVA, no obligarían al copago farmacéutico, no deteriorarían la educación, no abaratarían el despido, no desprotegerían a los más débiles (para­dos, “dependientes”, jubilados), no aumentarían el desempleo y menos aún el de los jóvenes, no privarían a nadie de asistencia sanitaria, no paralizarían la actividad de los ministerios, no impondrían grandes recortes, no dificultarían el crecimiento, no pondrían trabas a los “emprendedores” (al contrario), no… Exacto: no tomarían ninguna de las medidas que ya han toma­do, por activa o por pasiva, en el plazo de cinco rápidos meses.

Mintieron a sabiendas, qué duda cabe. Es imposible que an­tes de las elecciones no supieran que les iba a tocar hacer cuanto dijeron que no harían, o que se verían forzados a ello por Berlín y Bruselas. Puede que, una vez en el poder, hayan descubierto alguna cosilla con la que no contaban o algún engaño del ante­rior Gobierno. Pero no podían ignorar que la situación era malí­sima y que además, en contra de lo que afirmaban, no tenían ni idea de cómo superarla o salir de ella. Es imposible que no tuvie­ran conciencia del quebranto para la población que sus medidas iban a suponer y del desagrado con que se recibirían; del grave daño que infligirían a millones de familias, de lo antipático que iba a resultar su Gobierno. “Me va a costar una huelga general”, anticipó Rajoy al referirse a la reforma labo­ral que proyectaba (lo dijo en privado, pero lo delató un micrófono). Y si estaban al tan­to de todo esto, como no podían por menos de estarlo, ¿qué los impulsó a querer hacer­se cargo, lo antes posible, de tamaño y pre­visible desastre? ¿A qué tanta ansia? Se en­tendería si hubiera creído sinceramente que ellos iban a gestionar mejor la crisis, que en verdad tenían soluciones. Pero es evidente que ni lo creían ni las tenían. Cuanto más tiempo pasa, más dan la im­presión de estar improvisando –como Zapatero-, de sentirse desbordados, de ir dando saltos con la lengua fuera para llegar siempre tarde, como el perro que persigue una cometa que su amo elevará en cuanto el animal se acerque. Mientras tanto, la gente lo pasa cada vez peor y, lo que es más grave, pierde toda esperanza y no entiende nada. ¿No iban a cambiar las cosas in­mediatamente? Casi todos acabamos hartos de las tontunas del anterior Presidente y de su permanente optimismo supersticio­so. No hay nada que no se eche de menos, sin embargo; hasta lo lastimoso. Quizá haya un término medio entre ese optimismo injustificado y el pesimismo siniestro de Rajoy y los suyos. Estos han olvidado que a la gente hay que dejarle un mínimo resquicio de ilusión y de esperanza, aunque sean semifalsas. En cualquier circunstancia, la esperanza se conserva mientras se necesite tenerla. Lo que no se puede hacer es arrebatarla, con desaliento no se va a ningún sitio. Quién sabe si hasta los vanidosos del final de la Guerra, los que aspiraban a un cargo o carguito casi póstumos que se iban a volver en su contra, creyeran que se podía producir un milagro y que la República acabaría ganando. Al menos eso, aunque iluso, explicaría un poco su ansia.

JAVIER MARÍAS

El País Semanal, 13 de mayo de 2012
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