Arenas de San Pedro - Avila

Leo en el Blog de Javier Soler Torroja (y lo leo, porque es abierto) el siguiente comentario:

<<El final – una velada traición al Pacto de Gobierno a cuenta de los toros
El Pacto de Gobierno que se firmó al inicio del mandato en 2007 incluía entre otras muchas las siguientes cláusulas:
“Al obtener el PSOE mediante este Pacto la mayoría absoluta en la Junta de Gobierno, mayoría que no ostenta en el Pleno, se compromete a no utilizarla contra el sentido del voto de IU-LV. En los casos en que IU-LV no desee bloquear una decisión no compartida con el PSOE, ejercerá su derecho de abstención. En todo caso ambas formaciones que suscriben el presente Pacto se comprometen a lograr el consenso sobre el máximo de cuestiones posibles antes de someterlas al Pleno y/o Junta de Gobierno Local.
La Junta de Gobierno Local recibirá del alcalde la delegación de las siguientes atribuciones:
• - La concesión de las licencias comprendidas en el art. 41.9 ROF
• - La contratación de obras y servicios comprendidas en el art. 41.11 ROF
• - La disposición de gastos comprendida en el art. 41.17 ROF
• - La gestión económica y rendición de cuentas comprendidas en el art. 41.18 ROF
• - La aprobación de facturas comprendidas en el art. 41.21 ROF“
Lo de la corrida de toros de la Semana Santa es algo que jamás se habló ni en el Equipo de Gobierno ni en la Junta de Gobierno antes de la firma del contrato por parte del Alcalde. De hecho, los concejales de IU-LV se enteraron del evento al leer la noticia en los medios de comunicación, al igual que (al menos) uno de los propios concejales socialistas que todos sabíamos se hubiera opuesto también.
El caso es que lógicamente se incrementó la tensión en el seno del Equipo de Gobierno, precisamente en una época en la que había que cuidar mucho las relaciones con una elecciones a la vista. El Alcalde sabía perfectamente lo que se hacía; sabía que no iba a contar con el apoyo de la Junta de Gobierno, y por ello maniobró a escondidas de sus miembros hasta convertir la corrida de Toros en un hecho consumado sin vuelta a atrás.
La Asamblea de Izquierda unida consideró los hechos de la suficiente gravedad como para salir a la opinión pública protestando por el antidemocrático proceder del Alcalde y desmarcándose de la decisión. Y fue a raiz de aparecer la opinión de IU en los medios de comunicación cuando, a mi parecer, el Alcalde perdió completamente el norte: afirmó públicamente no existir problema en la toma de decisión, pues “la mayoría del equipo de gobierno” estaba a favor.
Repasemos.
1º.- El Equipo de Gobierno no tuvo conocimiento de la corrida de Toros hasta que ya estaba comprometida. Fue después de la denuncia de IU que tres compañer@s socialistas amparasen (supuestamente) al Alcalde.
2º.- Estando ya comprometida la corrida, por dos veces la aprobación de los gastos vino a la Junta de Gobierno Local, y en ambos casos hubo que sacarlos del orden del día (en un caso por la negativa a aprobarlos de los Concejales de IU, y en otro en que se aprovechaba la ausencia de los concejales de IU, por la negativa de un concejal socialista.
3º.- No existía importe suficiente en la partida presupuestaria de los toros (toda ella reservada -por otra parte- a las fiestas de verano y San Pedro)
4º.- Por tanto, cuando el Alcalde firmó el contrato lo hizo sin existir partida presupuestaria para ello (obligatorio) y sin haber sido aprobado el gasto por la Junta de Gobierno, que ostenta esas funciones según acuerdo en la Pacto.
5º.- Al final el Alcalde, en un claro incumplimiento de lo acordado, resolvió retirar las competencias a la Junta de Gobierno para aprobar por su cuenta los gastos y una previa transferencia de crédito.
Izquierda Unida consideró que se había producido una de las situaciones más graves durante los cuatro años del Pacto de Gobierno, y no tanto por haber decidido por su cuenta algo que sabía no sería apoyado por su socio de gobierno, sino por mentir luego públicamente en un intento de desautorizar las protestas de IU. Al final nunca se concocieron los gastos finales de la corrida y accesorios, pero por los datos conocidos debieron rondar los 60.000 euros. Y ello en los peores momentyos de la crisis bajo nuestro mandato.