Zardaín - Asturias

Desde que erea un nenín corría por los caminos de la Reguera. Mi abuela o mi tía me mandaban a Casa el Bueno a buscar 2 reales de levadura para amasar. Si no la había, me mandaban a Navelgas, y corriendo por el Vache Peneo llegaba yo en un santiamén a Casa Lusorio y volvía con la levadura a tiempo para hacer el pan. En Peneo, había un hombre trastornado que se metía con la gente, así que yo pasaba como una exhalación por delante de su prao. En Navelgas de arriba al lado de la iglesia, también vivía otro hombre, grande, con barbas muy largas, que los nenos le teníamos miedo y también pasaba yo como un rayo por delante de su casa.Cuando iba a la escuela con mi compañero Tantico, bajábamos los dos corriendo a quién más podía, por el palombar, a veces por el medio de las tierras, cuando estaban recién xabradas. Cuando íbamos a la catequesis a Santulalla lo mismo, echábamos grandes carreras que yo solía ganar. A los 13 años abandoné mi querida Reguera y me ví, en medio de 2500 niños de toda España en Cheste, Valencia, universidad laboral. Allí me di cuenta, que yo no era tan bueno corriendo. Pues en la primera clase de gimnasia nos pusieron una carrera
de varios kilómetros, campo a través y yo que pensaba que iba a ganar, no fué así y me acuerdo hasta el nombre del chico que me ganó, Juan José Urioste Menchaca, vasco por más señas. Siempre seguí corriendo en la juventud, por esos campos de España. En la madurez seguí corriendo, como afición, por los páramos y desiertos madrileños. Hasta en vacaciones cuando regresaba a mi querida Reguera, me iba corriendo hasta Burdiayos, con miedo de que no me viera alguien, y me llamara loco. He seguido corriendo siempre por todos los sitios.... Hasta el otro día.... Que la rodilla izquierda dijo: Basta ya Manolín, hasta aquí hemos llegado...... Un dolor en la rótula, me dice, que ha llegado el momento de parar. Que ya hize bastantes kilómetros. Que ahora corran otros. Yo ya terminé mi carrera........