LAS CASTAÑAS Ahora que habeis celebrado el Magosto, es buen momento para recordar algunas cosas. Dice Samuel de Vicente que nuestra generación no pasamos hambre.Es verdad, entre otras cosas gracias al esfuerzo que hicieron nuestros padres trabajando de sol a sol, pero muchas veces no sabemos, qúe, te deja más marcado si el hambre física o los traumas inherentes a la escasez que vivimos nosotros. Mi padre me decía que la época de las castañas era la mejor porque llenaban la tripa. No creo que pasase como ahora que las castañas se pierden tiradas en el monte. Pero tambien hay que decir que para que haya buenas castañas hay que "ensertar" los paganos, y eso hoy algunos no saben ni qué es. Con lo que con el paso del tiempo se perderá este cultivo, porque no se sabe injertar correctamente los árboles. Si alguien quiere verlo que vaya a casa "La Xica" y siga unos metros por el camín a Freisneo y verá por debajo unos paganos bien "ensertaos". En Zardaín hay grandes castañares muchas centenarias. En ellas "anigaban" las "coruxas" y parían las gatas sus camadas. En el Castro había verdaderos tesoros, hoy desaparecido y convertido a campas en sus dos terceras partes. La tarea de coger las castañas solía recaer más en las "mulleres" que en los "homes". Con una fardela, unas pinzas o tenazas, hechas también de castaño en casa, calzadina de madreñes, y un paraguas iba mi abuela al "Cierro el Vaxe" a cogerlas. Hay una leyenda, si alguien la conoce o la ha oido. Y es que a veces entre las castañas aparece una, que es completamente redonda y pequeñita. Eso es un buen augurio, y lo que tienes que hacer es ir a las 3 de la mañana al cementerio y tragártela entera. Eso hará que se cumpla cualquier deseo que tengas. Yo, a pesar de que encontré muchas redonditas, no lo intenté por si acaso. Y es que continua la leyenda diciendo que un home lo hizo y se comió la castaña en el cementerio, pasando los mil sudores del miedo que tenía, y cuando ya se iba todo contento, pensando que no había pasado nada, al salir se le enganchó la gabardina en un hierro y sonó ¡¡¡RAAAASSSSSSS!!! con lo cual cayó al suelo fulminado por un infarto. En fin que las castañas dan mucho de sí |