«En Asturias se conoce más el producto ibérico que el chosco de Tineo» «En Asturias se conoce más el producto ibérico que el chosco de Tineo» Sonia Braña, presidenta del Consejo Regulador, espera que la concesión de la IGP abra nuevos mercados para el tradicional embutido Su sabor, su calidad, su versatilidad y su modo de producción tradicional son razones más que fundadas para considerarlo un producto de primer orden. La Unión Europea así lo ha entendido y ha acordado concederle la Indicación Geográfica Protegida (IGP), una marca de calidad que no ha sorprendido a quienes lo denominan «marisco de cuadra», un sobrenombre popular que resume todos los buenos motivos que, según sus promotores, obligan a degustar chosco. Y es que «no hay nada parecido», afirma la presidenta del Consejo Regulador del Chosco de Tineo y gerente de la histórica fábrica de embutidos La Tinetense, Sonia Braña. Elaborado con la «parte más noble del cerdo», la cabecera del lomo, Braña explica que este tradicional producto destaca por su «sabor fuerte» y las numerosas posibilidades que ofrece, ya que «se puede comer frío, como embutido o en ensaladas, o cocinarlo». Pero, a pesar de sus exquisitas características y sus orígenes ancestrales, Braña apunta que el chosco es un producto casi desconocido. De hecho, afirma que «en Asturias se conoce más el Ibérico que el chosco, que se produce a 69 kilómetros de la capital». Las cifras de producción y comercialización del tradicional embutido tinetense respaldan esa apreciación. Las ocho chacineras adscritas al Consejo Regulador (todas ubicadas en el concejo de Tineo), sacan cada año al mercado «entre 50.000 y 60.000 kilos de chosco», lo que supone «un pequeño porcentaje» de la facturación anual de las empresas, que tienen como principal actividad la fabricación de salazones y otros embutidos, sobre todo, chorizo y morcilla. Ante este escenario, las chacineras de Tineo, que emplean a un centenar de personas, confían en que la concesión de la IGP contribuya a incrementar la promoción del producto y a fomentar su consumo entre los particulares, un reto que dicen ser capaces de asumir: «Todos estamos preparados para un aumento de la producción, tanto en lo referente a las instalaciones como al personal», asegura Braña, que avanzó que la distinción obligará al Consejo a contratar un técnico que diseñe y ejecute la promoción del chosco. Y es que «la calidad del producto ya la tenemos y ahora sólo nos queda saber venderlo muy bien», indica. El sello de calidad del chosco de Tineo también puede contribuir a expandir el mercado de las chacineras, que comercializan la mayor parte de su producción a través de grandes superficies y tiendas especializadas de Asturias, a pesar de que entre los clientes asiduos también se encuentran «algunos hosteleros asturianos que tienen negocios en otras comunidades», cuya colaboración es inestimable. Desde 1956 De hecho, el sector de la hostelería es, a juicio de Braña, un pilar esencial para la consolidación del mercado del chosco. En este sentido, se confesó orgullosa de que la 'Trufa de Chosco' del restaurante Blanco de Cangas del Narcea lograra el primer premio en el certamen nacional de pinchos de Valladolid, dado que representa una publicidad impagable para el embutido tinetense, que necesita también que las administraciones públicas sigan colaborando en su promoción. Así, la concesión de la IGP abre nuevas perspectivas para el sector chacinero de Tineo, donde en 1956, nació la producción industrial del chosco. El pionero fue Alberto Braña, fundador de La Tinetense y abuelo de la presidenta del Consejo Regulador: «Prácticamente se había olvidado, pero mi abuelo, que fue el segundo productor de embutidos del concejo, reanudó la producción de chosco», recuerda Sonia Braña. |