Tineo - Asturias

La Dirección General de Tráfico (DGT) está protagonizando un extraño fenómeno estadístico. Cada vez que lanza una campaña contra los excesos de velocidad, los cinturones sin abrochar o los despistes, 'caza' menos infractores. Con la crisis los asturianos tiran menos de coche y conducen con mayor conciencia vial. Pero a pesar de estos estos cambios, Tráfico mantiene invariable un indicador: la recaudación por multas en la región.

El Gobierno lo detalla en una reciente respuesta al senador de Foro Isidro Martínez Oblanca. La DGT ingresó en el Principado por multas 10,5 millones en 2010, 10,45 en 2011 y 10,45 también en 2012. En el último año, cada asturiano con carnet pagó en sanciones una media de 16,58 euros cuando el promedio en el resto del país es de 15,48 euros. Un matiz: estos datos no incluyen las infracciones administradas por las policías municipales.

Atendiendo a las sanciones, se diría que todos los años, los asturianos en igual número conducen de la misma manera por las vías controladas la DGT. La estabilidad de las multas contrastan con el resto de indicadores ligados a la carretera, con tendencias claramente a la baja. Así entre 2010 y 2012 la cifra de muertes por accidente de tráfico en Asturias se contrajo un 34,37% (de 64 a 42). El encarecimiento de los carburantes y la pérdida de renta está retrayendo el uso del coche. En 2010 los asturianos consumieron 897.115 toneladas de carburante y dos años después las gasolineras expendieron un 11,5% menos.

Hay menos decesos, menos kilómetros recorridos y las carreteras están más vacías. En 2010 la autopista del Huerna y su alternativa, el puerto de Pajares, registraban 13.241 circulaciones diarias, dato que cayó un 8,47% en 2012. En el mismo periodo la afluencia en el tronco Oviedo-Serín de la 'Y' también se redujo un 8,5%. La autovía del Cantábrico (A- a su paso por Llanes vio mermado el tráfico en un 5,9%.

Sobre la velocidad, el Ministerio de Fomento constata que en 2010, el 17,08% del tráfico que se movía por las autovías y autopistas lo hacía por encima de los 120 kilómetros por hora. En 2012 la proporción de quienes cometían el mismo atrevimiento era del 15,4%. El dato procede de una estadística nacional, pero «en las carreteras asturianas ves lo mismo; la gente ha aprendido que el consumo se reduce si vas a 110 y además no están para multas tontas», confirman tres agentes de Tráfico con décadas de experiencia consultados por este periódico.

Hay menos consumo del automóvil y se pilota con más prudencia. Entonces, ¿cómo consigue la DGT mantener en Asturias su recaudación por multas intacta en los 10,45 millones? Lo que sigue es la respuesta del más veterano de los agentes en servicios entrevistados: «Ahora hay una cuota que cumplir, una estadística; si te retraes del resto de la unidad los jefes te presionan con quitarte el plus de productividad, que es graciable y puede suponerte unos 200 euros. Piensas en la familia y ves que es un dinero al que no puedes renunciar. Entonces, ¿qué es lo que haces? Antes de que establecieran este sistema, a lo mejor el 40% de las infracciones que veías las solventaban amonestando al conductor, diciéndole que ésta libraba pero la próxima vez le caía un 'paquete'. Ahora no te lo puedes permitir. No nos inventamos infracciones, pero ahora hemos reducido el margen de amonestación. Casi todo lo que vemos lo notificamos».

Lo que dice «es cierto», confirman fuentes de la Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC). «Acuérdese de la que liamos en 2010 con los 'bolis caídos' para intentar frenar el Resumen mensual de Actividades Individuales (RAI)», agregan.

Hace tres años y con el apoyo de las asociaciones de conductores y transportistas, los agentes de la Agrupación de Tráfico iniciaron una protesta contra los cambios salariales y disciplinarios que estaban recibiendo. El primer paquete de instrucciones pretendía atajar el gasto instando a los guardias civiles a «circular a una velocidad más reducida», ser «selectivo» a la hora de utilizar el instrumental para medir alcoholemias, y «rebajar significativamente el importante consumo de teléfono, más ante el nuevo IVA». La segunda circular consagró el RAI, tabla que mide la productividad de los agentes en función de las tareas realizadas. El baremo premiaba con 1 punto a quien prestaba un auxilio o recuperaba un coche, 2 recibía el que intervenía en accidentes; las denuncias contra el reglamento de transportes valían 4 puntos y cada conductor que diera positivo se recompensaba con 9.

Un 25% a discreción

La Dirección Adjunta de Operaciones modificó este año el baremo del RAI mensual «introduciendo nuevos conceptos, cambiando las puntuaciones y manteniendo el margen discrecional», comenta un agente. El mando de cada unidad conserva la potestad para subir o bajar un 25% la puntuación obtenida por cada uno de sus agentes «en base a la apreciación de circunstancias de difícil cuantificación».

«Todo esto nos ha cambiado. Hay una Agrupación distinta desde 2010. No nos oponemos a que nos evalúen, pero el sistema está diseñado de tal forma que el que pone más multas recibe premio y sube la estadística de toda la unidad. El que se queda atrás, es advertido», lamenta uno de los tres agentes entrevistados. «En Asturias, como en todas partes, hemos tenido casos de agentes que han sido llamados por el jefe de la unidad y advertidos para que fueran más productivos», señalan desde la AUGC. «Ahora el preaviso incluso te lo ponen por escrito», abunda.

El texto que repiten estos 'preaviso de desviación porcentual' resulta explícito. En estas notas internas, al agente se le muestra la puntuación media que su destacamento está obteniendo en cada ejercicio (kilómetros recorridos, auxilios, verificaciones, denuncias...) y se le exhorta «a mejorar su rendimiento individual, lo que sin duda contribuirá en mayor medida a que su unidad de destino alcance los objetivos que tiene encomendados. De continuar usted en la misma línea de trabajo se le advierte que podrá ser propuesto para la no percepción del complemento de productividad o incluso incurrir en el ilícito disciplinario» que castiga el retraso, negligencia o inexactitud «en el cumplimiento de los deberes».

«La gente ahora conduce mejor, pero yo tengo detrás un sistema que nos obliga a todos en la unidad a mantener la estadística y castiga al que la baja, por eso la recaudación no baja», concluyen en la AUGC

Y más que tenían que poner.
Lo malo es que al mayor infractor pocas veces lo pillan...

Tienes toda la razon Xeridan2