Tuña saca pecho con sus hórreos Pepe RODRÍGUEZ En Tuña, concejo de Tineo, tienen 52 hórreos y paneras. Y están muy orgullosos de ellos. Por eso siempre que se comenta, como ha sido el caso con motivo de la celebración de los actos de entrega de los premios Príncipe de Asturias, que Bueño (Ribera de Arriba) tiene la mayor concentración de Asturias de estos graneros autóctonos, los vecinos de Tuña levantan la voz. Tal es el caso de José Manuel Bouzas, presidente de la asociación cultural de Tuña, que también ostenta el título de Pueblo Ejemplar. «Van unas cuantas veces que leo que Bueño tiene la mayor concentración de hórreos y paneras, con 47. Pues bien, en Tuña tenemos 34 hórreos y 18 paneras, que hacen un total de 52. Sólo para que se sepa», sonríe Bouzas. Porque, más allá de la anécdota, lo cierto es que los vecinos de la zona tienen en mucha estima y orgullo las piezas clásicas de la arquitectura rural del lugar. El propio Bouzas escribió un libro: «Hórreos y paneras del Cuarto de la Riera». Para el presidente de la asociación cultural lo que más llama la atención de estas construcción en Tuña es el cuidado que en ella han puesto sus propietarios: «Puede decirse que la mayoría de ellos lo consideran algo muy suyo sólo por el hecho de que los cuidan con enorme cariño. Actualmente no tienen el valor práctico de antaño, por lo que la conservación tiene más que ver con mantener las posesiones familiares o por cuidar algo que pasa de generación en generación y que es muy significativo del estilo de vida que hubo, tradicionalmente, en la comarca y en Tuña». Porque desde que se comenzaron a construir en el siglo XVIII, estos hórreos y paneras fueron el auténtico sustento de las economías rurales. Eran imprescindibles por el básico motivo de la supervivencia de toda la familia. Empezaron siendo lugares para guardar el grano para que no se perdiese y se fueron convirtiendo en lugares de mantenimiento de los alimentos y la economía familiar, con especial énfasis en el maíz, lo que obligó a construir corredores en estos edificios, y la patata, productos llegados de América y que se hicieron muy populares en toda la zona rural. Subraya Bouzas: «Los hórreos y paneras de Tuña tienen muchos estilos diferentes, porque cada maestrillo tiene su librillo. Pero se ve que la evolución fue constante, y quien piense que son siempre iguales, se equivoca enormemente». Para explicar el motivo de que en Tuña se conserven tantos y tan bien, cuando parece obvio que en otros lugares de Asturias también había un hórreo o panera en cada casa, el presidente de la asociación cultural apunta: «Quizás se deba a que la gente tardó más en emigrar, en dejar el pueblo. Al seguir viviendo la gente aquí, y al estar las casas habitadas, no había otra posibilidad que seguir manteniendo en buen estado todas las posesiones». Bouzas trabaja ahora en un estudio similar sobre los hórreos y paneras del cuarto de Tineo, la zona que abarca la capital del concejo. La conclusión que está sacando es muy parecida a la que sacó cuando estudió las de Tuña: «Diría que un 90% están muy bien conservados y sólo unos pocos están para caerse. Pensé que iba a haber más. La gente los aprecia y los cuida, algo que me parece muy bien». Siempre ha sido Tineo un lugar de referencia para estas construcciones rurales caseras. Ya en el siglo XVIII había contabilizados en el concejo 3.171 hórreos y paneras mientras que, por ejemplo, en Cangas del Narcea había 2.052, no habiendo ningún concejo con estas cifras en todo Asturias. Bouzas, un enamorado de la cultura y la etnografía de la comarca, tiene sus hórreos favoritos, como no podía ser de otra manera: «De los que estoy estudiando ahora mismo creo que me quedo con el hórreo de Picos de Villa en Tineo y con uno que hay en San Esteban de Relamiego. Pero en la misma villa de Tineo hay una zona conocida como el quinto de los hórreos, por todos los que hay, que es preciosos para visitar». En todo el concejo de Tineo hay, ahora mismo, contabilizados 773 hórreos y paneras, Bouzas pide lo mismo para todos ellos: «Me gustaría que hubiese un poco más de ayuda para su conservación». |