Morcín - Asturias

Nuestro Alcalde, por su cuenta, sin el apoyo del Pleno, se lanzó a una campaña frenética pretendiendo instalar un teleférico hasta el Monsacro. Dijo que ya tenía estudios sobre el asunto que hablaban de un cable en vez de dos, de 250 a 500 viajeros día, de 20 puestos de trabajo directos y otros muchos indirectos, y que calculaban unos nueve millones de euros de presupuesto. Además argumentó que el artefacto generaría muchísimos beneficios para el Concejo y llegó a decir que el Principado veía bien su propuesta.

Algunos dijimos que considerábamos que lo del remonte era un despropósito, tanto desde el punto de vista medioambiental como del económico. Hasta quinientos turistas diarios en el Monsacro iban a dejar aquello tan pelado como uno de esos campos de futbol improvisados para jugar equipos muy modestos, y supondrían en general una agresión que no puede soportar el paisaje sin gravísimo deterioro. Por otra parte, los nueve millones de euros nos parecían una cantidad astronómica teniendo en cuenta la escasísima disponibilidad de fondos del Ayuntamiento y la previsible dificultad para conseguir financiación externa.

Cuando el Alcalde dijo hace pocos días en el periódico que la Directora General de Turismo del Principado había tenido una actitud receptiva hacia su propuesta, me pareció un disparate, no obstante, pensé que una cosa era lo que pudieran decir en Turismo y otra muy distinta lo que quizás opinaran en Medio Ambiente, o lo que pudieran informar los que tienen que soltar el dinero.

Estaba equivocado, pero no por pensar que el freno al despropósito dependía ya de otros departamentos puesto que Turismo había dado el visto bueno, sino por haber dado crédito a lo que decía el Alcalde. Ahora todo quedó aclarado, porque los periódicos de hoy destacan que el Principado rechaza el remonte, incluso valorando exclusivamente los aspectos turísticos.

Por lo que se ve, nuestro Alcalde dijo que le habían dicho que sí, aunque le habían dicho que no, pero no importa, porque los efectos propagandísticos que pudo tener su “interpretación” solo duraron un par de días, y quedaron ampliamente contrarestados por la veraz información que el Principado facilitó a los periódicos, y que éstos publican hoy.

Probablemente Don Jesús no quiera dar su brazo a torcer y siga con la cantinela del teleférico. Si se trata de hacerse ilusiones vale, pero sería bueno que recordara el cuento de la lechera, y que empleara su tiempo en resolver los muchos problemas que el Ayuntamiento tiene, en vez de amueblar su cabeza con pájaros.