Morcín - Asturias

La deriva de IU hacia posiciones acomodaticias, pareciéndose cada vez más a los que manejan los hilos del poder, generó pérdida de confianza del electorado y, consecuentemente, disminución de su incidencia en la actividad política reivindicativa. Ese camino conducía a la desaparición de IU o, al menos, a una precaria supervivencia que difícilmente podría llegar lejos con las actuaciones y estilo de vida de muchos de los dirigentes, calcadas de aquellos a los que se debe criticar, y sin el aporte de las cantidades que provienen de los cargos públicos, que previamente las fijan para que les sobre lo que han de entregar al partido.

Cuando se abandona un terreno, es normal que alguien vaya a ocuparlo, y con el progresivo abandono por IU de las reivindicaciones sentidas por los más necesitados, y el comportamiento de alguno de sus dirigentes, apoltronándose y abandonando el campo de la ética y de la probidad, nacieron otras formaciones políticas abanderando programas orientados al cambio tan esperado, que calaron en el electorado y se llevaron buena parte de los votos que la cúpula de IU creía de su propiedad.

Así las cosas, como en gran medida la actuación política en democracia no se puede llevar a cabo si no es apoyada en votos, dado que se veía venir una progresiva disminución de los votantes de IU, y teniendo en cuenta que ley electoral perjudica a los partidos minoritarios en el ámbito nacional, parecía necesario, para impulsar el cambio de rumbo de la política en este país, sumar los votos que pudiera conseguir IU a los de otras formaciones con las que existen coincidencias en lo sustancial, que es atender las necesidades de los más desfavorecidos y acabar con los privilegios y chanchullos de quienes vinieron ostentando el poder.

Hay quienes ven en ello un peligro de fagotización de IU por el socio más fuerte, y, ciertamente ese peligro existe y habrá que permanecer atentos para buscar, en su caso, remedios, pero de eso a negar la necesidad de sumar fuerzas para el cambio, y de no ver que, tal como están las cosas, el peligro de la desaparición de IU está en seguir como hasta ahora, perdiendo apoyos, hay un abismo, como también, afortunadamente a mi juicio, hay distancia abismal entre los que apoyaron la lista de Alberto Garzón para el Consejo Político, partidarios de concurrir a las próximas elecciones junto con Podemos, y las restantes opciones, muy minoritarias.