Morcín - Asturias

Si se considera intelectual a la persona dedicada preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras, parece obvio que no es aplicable el término a quien lo utiliza con cierto retintín, escribe con abundantes faltas de ortografía, y no se expresa con la necesaria corrección para que lo que intenta exponer resulte inteligible.
No es la primera vez que, hablando de mí, alguien me tilda de intelectual, y reparando en lo que dice, y sobre todo en cómo lo dice, se ha de concluir racionalmente que él no tiene encuadre en esa categoría; ahora bien, ¿soy yo un intelectual?, pues, como entiendo que no es algo peyorativo, no tengo inconveniente en que se me estime como tal, aunque está lejos de mi vanagloriarme de serlo.
El que quiera rebuznar puede hacerlo libremente, pero debe tener presente que no todos hacemos lo mismo y que sus roznidos sólo serán apreciados por los que son como él, mientras que los demás constatarán su palmaria incultura y estimarán que está haciendo el ridículo.