Morcín - Asturias

Reflexionando sobre el voto en estas elecciones pienso en lo siguiente:

1.- Salvo aquellos sin capacidad crítica por la razón que sea, porque están en el ajo, comulgan con lo que les echen, tienen una fe ciega, les viene bien para “lo suyo”, no dan más de sí, etc., quienes van a votar mañana habrán visto alguna carencia y encontrado tachas en el programa o en alguno los integrantes de la candidatura de su formación política preferida.

2.- Muchos, a pesar de no estar enteramente conformes con lo que prometen y con quienes lo prometen, serán indulgentes, pensarán que es mejor seguir votando lo que siempre votaron, acordándose del refrán de que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer.

3.- Otros, sin embargo, también siguiendo la sabiduría popular y conociendo asimismo los defectos de sus anteriores preferidos, no se los perdonarán, y decidirán cambiar su voto por aquello de que “Nunca compres cabra coja creyendo que sanará, que si la sana cojea, la que está coja ¿qué hará?, y también pensando en que “La primera vez que me engañaste tuviste la culpa tu, pero si vuelves a engañarme seré yo el culpable por confiar en ti”.

4.- Algunos, los que voten por primera vez, podrán equivocarse o acertar libremente porque nadie nació aprendido, nunca sirvió a nadie la experiencia de los demás, y nadie escarmienta en cabeza ajena.

Ya veremos los resultados.