Morcín - Asturias

Por fin. Por, PRESUNTAMENTE, echarle una mano al Ungarín para sacar adelante sus PRESUNTOS manejos para, PRESUNTAMENTE, birlar, PRESUNTAMENTE, muchísimo dinero.
Poco a poco algún juez va metiendo mano a los PRESUNTOS cacos de guante blanco.
Esto de la presunción, que algunos dicen que es cosa sin importancia, sirve a los jueces para dirigir la investigación contra alguien sobre quien existen sospechas fundadas de que está implicado en la comisión de un delito, lo que le convierte en imputado.
Lo de estar imputado en un delito no es poca cosa, a nadie se le imputa así porque sí, sino cuando el juez aprecia racionalmente que puede existir infracción penal.
El cooperador necesario, por lo que está imputada la princesa, es aquél que presta una ayuda al autor del delito sin la cual éste no hubiera podido ser cometido. Para entendernos, aquí en Asturias es algo así como lo que recoge el dicho de “tanta culpa tien el que mata como el que tira por la pata”.

El hecho de que la Princesa hay sido empapelada por un Juez que, parece ser, no se anda con cuentos, puede dar lugar a que se piense que todos somos iguales ante la ley, pero si a continuación vemos que el Fiscal recurre la decisión judicial, volvemos a la cruda realidad, y nuestro gozo en un pozo.
¿No es muy infrecuente que el Fiscal se oponga a las decisiones incriminatorias del Juez cuando se trata de personas de las de a pie?.
Un amigo me dijo hace tiempo algo que nunca olvidaré, y que viene a cuento para la ocasión: “ante la ley no somos todos iguales, sino, más bien, parecidos”.