La yegua soberana La yegua soberana Alzóse irreverente La yegua soberana Que corre los espacios encendidos, Lanzándose, arrojándose a su antojo, Y, abriendo paso franco A la mañana nueva, No halló tus ojos bellos ni tu risa. Alzóse irreverente La yegua soberana Que corre los espacios encendidos, Dejándose llevar, hija del viento, Y, abriendo paso franco Al alba dulce y cálida, No halló tus ojos bellos ni tu risa. Alzóse irreverente La yegua soberana Que corre los espacios encendidos, Besando los palacios de la noche Y, abriendo paso franco Al sol del horizonte, No halló tus ojos bellos ni tu risa. 2005 © José Ramón Muñiz Álvarez “Las campanas de la muerte” Primera parte: "Arqueros del alba" Todos los derechos reservados por el autor. |