Boquerizu - Asturias

Se llamaban, también, filandones. Eran reuniones femeninas para practicar el hilado artesanal, que alegraban los inviernos, entre narraciones de romances y alguna que otra cancióm.

A los filandones, sobre todo los sábados, iban los mozos y, como siempre que se juntaban los dos sexos, la conversación tomaba pulso, las miradas echaban lazos al corazón y la tonada, pletórica de ingenio, tomaba posiciones.

La velada era larga y a veces se arreglaban amoríos de maneras no muy académicas, según decían las autoridades eclesiásticas, siempre dispuestas a velar por la moral y las buenas costumbres.

A la anfitriona se la indemnizaba por el gasto de la luz, de aceite o saín, con un puñado de monedas o se trabajaba un día de la semana en su beneficio.

De los filandones quedan retazos en la lírica popular:


Galán que estás en la fila,
siéntate en medio del corro,
repara la que bien fila
que la rueca es un tesoro.

Cásate con ella, Xuán,
que ye buena filadora,
cada noche fila un filo,
cada mes una mazorca.

Con la rueca en la mano
y el fusu en la faltriquera,
voy pa casa la vecina
a murmurar vida ajena.

¡Ay! qué bien está Ramona,
con la rueca en la cintura,
fila bien y fila mucho,
no hay que lo poner en duda.

Adiós rueca y adiós fusu,
ya te voy a retirar
porque viene el abeyón
y hay que ir a trabajar.



Lamento mucho no poder poner ni el título de la obra , ni el autor pues este texto está sacado de un libro bastante deteriorado, sin tapas y con varias hojas rotas.
Si a alguien le suena de algo este texto, o algún otro que iré poniendo, le agradecería un montón cualquier dato que pudiera darme.

Saludos para tod@s, que ya se que aunque no escribís, estáis todos por aquí.