Avilés - Asturias

Cuentan los no tan viejos del lugar que, hará más de cincuenta años, hubo una aurora boreal visible en toda la comarca de Avilés-Castrillón.

Todos presagiaban otra hecatombe: que volvía la guerra vaticinaban las mujeres, las más beatas que se acababa el mundo, los enteradillos que los americanos habían tirado otra bomba atómica para acabar con la dictadura (algo inverosímil a tenor de los pactos que por aquella época suscribían los yanquis con el dictador)

Lo peor fue que las pitas dejaron de poner, y a muchas vacas cortoseiyos la leche. Singular tragedia en aquellos días en que la leche, huevos y patatas constituían la base de la dieta en la aldea, junto con la matanza, las berzas y las fabes (eso que ahora anhelamos cual exquisito manjar de la mesa tradicional Asturiana) y de tanto en tanto los chicharrinos (¡tan buyendo!) dando les boquielles sobre las verdes fuellas del rugoso fulecho... voceados ¡Que reblinquen! por las pescaderas de Sabugo.

El fenómeno quedó aclarado ese mismo domingo cuando el cura párroco dio a entender, sin descifrar del todo, el fenómeno atmosférico de que se vale dios para aleccionar a su rebaño (que en ocasión tan propicia bueno es arrimar el ascua a su sardina)

Aun hoy, si preguntais a los mayores, es posible de que alguno se acuerde todavía de aquella noche en que ardió el cielo.

Salud a tod@s