Corrupción y mentiras del ayuntamiento Fue Gabriel Amat quien firmó el contrato de 200.000 euros para unas obras que estaban hechas antes, incluso, de que hubiese finalizado el proceso de concurso público. El gabinete de prensa anunció con antelación que la firma se iba a llevar a cabo y el mismo día de la rúbrica del documento según el cual debían iniciarse los trabajos y terminarlos en un máximo de seis meses hicieron público el acto con declaraciones del propio presidente sobre la importancia de este tipo de activaciones. Ahora todas esas pruebas y documentación figuran en la causa que se instruye desde Puchena. En esta misma causa funcionarios de la Diputación Provincial firmaron, forzados o no y esa una de las incógnitas que deberá desvelar el juzgado, actas según las cuales las obras no se habían iniciado tal y como era preceptivo, sólo que lo hicieron cuando el torpe alcalde de la localidad ya había colgado hacía semanas en el perfil de facebook del ayuntamiento las obras totalmente terminadas, hasta con la bandera de España colocada en su imponente mástil para darle mayor realce y a pocos días de las elecciones municipales. En el contrato de la obra se establecen dos partidas presupuestarias que la empresa que firma el acuerdo con Gabriel Amat imputa a las escultura de mármol que presiden la plaza, pero una vez más es el propio ayuntamiento quien desvela que tanto la piedra natural utilizada como la realización de las esculturas han sido un regalo de una conocida empresa del sector del mármol y del director y promotor del Museo Casa Ibáñez, que también recibe anualmente una importante ayuda económica de la Diputación Provincial. El importe destinado a las esculturas fue de más de 15.000 euros y ese dinero si salió de las arcas públicas aunque obviamente no fue para ese fin, atendiendo a lo que el propio equipo de gobierno de Olula del Río contó a sus vecinos vía redes sociales. En el acto de firma de contrato con Gabriel Amat Ayllón, el responsable de la empresa obviamente sabía que las obras estaban finalizadas, ya que se concluyeron el 19 de mayo y la rúbrica se produjo el 14 julio, pero aún así, el día 21 de julio continuaba la farsa aprobando entre éste y la Diputación un programa de obras que se prolongaba hasta el mes de enero de 2016. La Glorieta, en concreto, debía estar terminada el ocho de agosto. Si esto ocurría en Olula del Río en Gádor pasó por pleno la ejecución de resaltos después de que éstos hubiesen sido terminados, no sin la sorna del mismo alcalde y senador, Eugenio Gonzálvez, tal y como recoge el acta de la sesión plenaria. El caso Olula pone sobre la mesa unas prácticas que ahora la oposición en los distintos ayuntamientos de la provincia tiene la tarea de comprobar para dilucidar si hubo o no amaño en los contratos de ejecución por haber sido firmados después de que las actuaciones hubiesen sido realizadas. Si ese fuese el caso, Almería habría sido escenario de un fraude sin precedentes al proceso de adjudicación de obras públicas. |