DIARIO INFORMACION 30/10/10 Alcaldes de la Vega acusan a cargos del PP de rechazar la zona logística Catral, Granja de Rocamora, Callosa de Segura y San Isidro dicen que los regidores de Torrevieja y Crevillent están frenando el proyecto. Los cuatro alcaldes de la Vega Baja que lideran el proyecto para la construcción de una gran Zona de Actividad Logística (ZAL) en la comarca volvieron a reunirse ayer, se miraron a los ojos y llamaron a la Prensa para contar poco más o menos lo de siempre: Si la Generalitat Valenciana no incluye el proyecto de la Vega Baja en su propuesta que tiene que elevar al Ministerio de Fomento, el Gobierno apostará sólo por el proyecto para Alicante y por Villena, donde sí hay un compromiso en firme de la Conselleria de Infraestructuras que dirige Mario Flores. Dos de los alcaldes -uno del PSOE, Fernando Morales, de San Isidro; y otro del PP, Javier Pérez, de Callosa de Segura- hablaron por primera vez de que se le están poniendo "palicos" en las ruedas al proyecto y así no saldrá adelante. Aunque no los mencionaron directamente, sus críticas se dirigen a dos altos cargos del PP en la provincia con enorme afinidad con el presidente de la Generalitat: Francisco Camps, se trata del alcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo; y del de Crevillent, César Augusto Asencio. Del primero se quejan no sólo porque no respalde un proyecto de claro ámbito comarcal sino porque, incluso, él llegó a pedirlo para su municipio, "¿cómo quiere poner un "puerto seco" (una denominación que es más popular de la ZAL) donde ya hay uno húmedo?", se preguntaba el alcalde de Callosa de Segura. A César Augusto Asencio se le reprocha que quiera para Crevillent lo mismo que ellos piden para la Vega Baja: la Zona de Actividad Logística, "cuando no reúne los requisitos", argumentaron. Plazos La Conselleria de Infraestructuras, según volvieron a explicar ayer los cuatro alcaldes -los dos ya aludidos más José Rocamora, de Granja de Rocamora; y Aurelio Albero, de Catral- tiene que decirle a Fomento dónde quiere sus ZAL entre el 1 de enero y el 30 de junio del año próximo y hay ocho ya decididas: tres en Castellón, tres en Valencia y dos en Alicante. Falta la última, la que ellos reclaman, y que, por lo visto hasta ahora, se decidirá más por cuestiones de ámbito político que económico. "Aquí se asentó "Mercadona", la empresa más importante de la Comunidad Valenciana -dijo Javier Pérez- y lo hizo no porque se lo pidiéramos, sino porque sabía cuál era la mejor ubicación estratégica posible. Otras, como "Lidl", han tenido que renunciar y se han marchado a Murcia porque no había suelo industrial para ellas. Tenemos una ubicación privilegiada y hay que aprovecharla". Los alcaldes, ante esta coyuntura, han pedido una nueva reunión a Mario Flores, un conseller que, por lo que les ha demostrado -apuntaban ayer alguno-, no tiene claro ni dónde está la ZAL ni quién la integra, ni las posibilidades reales de futuro y crecimiento que tiene. Universidad El pasado mes de septiembre, en Alicante, le entregaron un voluminoso informe que justifica el por qué considerar que la comarca de la Vega Baja reúne todas las condiciones, medioambientales, logísticas, económicas, estratégicas para que se autorice el proyecto de la ZAL. El documento había sido elaborado por la Universidad de Alicante y viene a acompañar a la propuesta, aún más ambiciosa, que respalda la Diputación en esta misma zona y en la que se destinarían hasta 2 millones de metros cuadrados en impulsar el futuro económico de la Vega Baja. Un negocio que mueve 3.300 millones al año Las Zonas de Actividad Logística son nódulos de concentración de grandes empresas que deciden su ubicación en función de la distancia a grandes urbes, carreteras de comunicación o lugares de almacenamiento. El objetivo es abaratar los costes, reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y acceder a conexiones con otros medios de comunicación más rápidos, caso de los trenes de alta velocidad. En cifras, según explicó ayer el alcalde de Callosa del Segura, se moverá cada año en la Comunidad Valenciana unos 3.300 millones de euros, cifra a la que hay que añadir los cientos de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, que se pueden generar |