La burra del pastor Nada me impresionaba más que el ver pasar las ovejas por mitad de la calle. Era todo un acontecimiento. Al grito de ¡Qué vienen las ovejas!, o algo parecido, toda la calle se ponía en pie. Por un lado: Los críos, que disfrutábamos como enanos. Por otro las madres, que les faltaba tiempo para salir con la escoba, en presenten armas, para salvaguardar sus preciosos geranios. De repente la calle se cubría de lanudas acompañadas por su cortejo: El burro, los perros y el pastor, en este orden (al menos a mi vista). Pronto dejaba de sonar el último cencerro y ya sólo quedaba el olor a lana polvorienta y cagarruta reciente. ¡Qué recuerdos! Un saludo a todos Ip Registrada |