Villanueva de San Juan - Sevilla

Dice la letra de una conocida sevillana “algo se muere en el alma cuando un amigo se va”, yo añadiría que cuando se nos va o se nos muere un amigo algo de nosotros se va también y, cuando se muere alguien de nuestro vecindario algo del pueblo se va. Se va y no se sustituye. Digo ésto pensando en nuestro pueblo y en la pérdida de su población, algo que viene siendo una constante en los últimos años, ya que, al ser el número de los que fallecen mayor que el de los que nacen, no hay crecimiento natural posible. Aunque pueda no gustar esta expresión yo diría que ahora los sepulcros permanecen abiertos y los úteros cerrados. De igual manera -y por abundar en el tema- al ser el número de los que emigran mayor que el de los que inmigran, el resultado sigue siendo negativo y si a todo ésto le añadimos el natural envejecimiento de la población, el futuro se presenta oscuro y el resultado de la cuenta será realmente muy negativo. Con lo dicho no descubro nada nuevo, pues hoy tanto los datos estadísticos de nuestro pueblo como los del resto de España están al alcance de quien los quiera conocer (Instituto Nacional de Estadística). Saco a relucir este tema pensando como afectará a los municipios de menos de 5.000 habitantes la futura ley que se está preparando para modificar el Régimen Local español.
Pero hasta tanto no llegue lo que se espera, demos un vistazo a la historia de nuestro pueblo en términos estadísticos de población:
1.- Los primeros datos censales de población datan del año 1640, donde aparecen 355 habitantes.
2.- En un escrito de fecha 15 de octubre de 1835 del Gobernador Civil de la Provincia de Sevilla, se decía al Alcalde Pedáneo de esta localidad “en atención a haber acreditado V. que esa población se compone de 310 vecinos, procedería desde luego a formar Ayuntamiento propio con arreglo al Real Decreto de de 23 de Junio último (Aquí tengo que aclarar que entonces el término vecino se refería a la unidad familiar y se contabilizaba en ésta al cabeza de familia, su cónyuge, hijos, parientes, sirvientes, etc., por lo tanto había 310 familia que, a una media de 3 o 4 personas) deduciendo que la población sería de poco más de 1.000, personas (no tengo el dato exacto a mano).
3.- En el año 1900, había una población de 2.149 habitantes de hecho y 2.455 de derecho. En el año 1943: 3.040 y 3.054. En el año 1948: 2.972 y 3.008. En el año Año 1.949: 2.972 y 3.003. A partir de este último año se baja de 3.000, con algunas subidas y bajadas pero siempre por debajo de esta cifra, manteniéndose en algo más de los 2.000 hasta el año 1979, después todas las cifras son inferiores con algunas oscilaciones, llegándose a la cifra de 1.323 al día 01/01/2012 (última cifra oficial). Está claro que estas bajadas fueron debidas principalmente por las emigraciones de los años 50, 60 y 70 que fueron las más importantes, siguiéndole después una emigración menor pero muy continuada y el resto lo que antes hemos visto del movimiento producido por la propia naturaleza.
Sin perjuicio de lo que pueda depararnos la futura ley que seguro pasará por quitar competencias, obligaciones y dinero, tenemos que ir pensando -aunque ésto no guste a muchos- que nuestros gobernantes locales -en general- no podrán gastar como hasta ahora lo venían haciendo, evitando entre otras cosas, la construcción de más edificios y/o instalaciones que no tengan asegurada su rentabilidad social y que no sean una carga para el erario público, procurando sacar provecho de las existentes, así como mantenerlas y conservarlas debidamente, que no es poco.
Y sin tener que esperar a ese futuro anunciado, podemos comprobar ahora la situación en la que se encuentran los Ayuntamientos desde hace algunos años donde los gastos han aumentado y los ingresos han disminuido considerablemente, lo que está llevando a situaciones dramáticas en algunos casos. J.Ruiz.

llevo meses y meses diciendolo para que queremos,tanto canpo de futbol.para que tanta guarderia para 10 niños,para que tanto edificio inservible,desmosle alguna opurtunidad a nuestros jovenes,si no lo pagara caro el pueblo

No hay más cera que la que arde y lo hecho, hecho está. Como bien dice J. Ruiz se trata de sacar rentabilidad a lo que se tiene y cuidarlo debidamente. Y lo que no se pueda rentabilizar y tenga un alto costo mantenerlo se puede vender. Sí la palabra maldita privatizar.
Creo que hay que ser pragmáticos y utilizar los recursos que se tienen para el mejor fin social. Y a veces lo mejor social-mente es, si se me permite la expresión, quitarse el muerto de encima.