Villanueva de San Juan - Sevilla

En la memoria, sólo en la memoria habitan esos mundos, esas gentes,que aunque actualmente vivan como es su caso, ya son otras. Todos somos otros a cada momento que pasa, y más aún al cabo de tantos años; la vida y sus vicisitudes, en tu caso los duros tiempos que te tocaron vivir; todo eso forja el carácter de las personas aunque muden sus hábitos y costumbres, sus lugares de estancia y sus amistades, sus rutinas y responsabilidades.
Pero te diré algo amigo. Y te lo diré porque tu comentario es una belleza extrema.
En tu comentario convive un recuerdo con posos amargos junto a la grata añoranza de lugares y vivencias que te conquistaron, pese a la dificultad de los tiempos,y ahora son parte importante de tu patrimonio memorístico,y ambos, recuerdos y añoranzas, están grabados de forma indeleble en tu mente. También en tus palabras se vislumbra un amor infinito a la tierra (al terruño como diría el poeta), y sobre todo y lo más importante, es que de unos tiempos extremadamente difíciles como los que te tocaron en suerte vivir, saques la materia prima para escribir con ese sentimiento y autenticidad de un lugar que fue testigo y escenario de esa penuria tuya y de muchas otras personas, y además, desde ese punto de partida reivindiques tu procedencia, pasada pertenencia y deseo de reencuentro futuro con esos lugares comunes.
Tu comentario es una clase magistral en pocas palabras, pero con una carga emotiva que se te derrama como un manantial de agua fresca, incontrolable, en cada término.¿Y sabes una cosa? Ese manantial, aunque hable de cosas en apariencia viejas, aunque sus aguas suenen como muy lejanas (esto sólo le ocurre a quien no presta atención), ese manantial digo, está vigente (o debería estarlo)porque habla del ser humano, de su lucha,de sus sentimientos y deseos y de sus renuncias.
Amigo mío (si me permites llamarte así), aquí están tus tajos y te aseguro que con sus espárragos; y su arroyo de las mujeres con su agua cantarina sorteando las piedras; y hay perrillos, como el tuyo de entonces, correteando liebres y conejos; y ha llovido mucho este año por lo que la primavera será escenario de increíbles paisajes de tu pueblo y el mío. Sí, yo sé que volverás, paisano; y tu reencuentro será el de la alegría, el de la melancolía por cosas que no serán como te esperas, pero sobre todo será el reencuentro de la reconciliación con la vida y sus circunstancias, que a veces nos aleja de lo más querido, pero que siempre nos brinda de una forma u otra la posibilidad de reencontrarnos con lo que fuimos, que al fin y al cabo tiene mucho que ver con lo que somos.
Mis más profundos respetos hacia usted, paisano.