Chicago se queda en pañales Los métodos ‘púnicos’ para cerrar bocas: un sicario por las malas y 600.000 euros por las buenas Así lo asegura uno de los denunciantes de la trama, que acudió a Hacienda después de ser usado para ocultar dinero con facturas falsas ELPLURAL.COM | 06/04/2015 La trama Púnica en torno a presuntos contratos y comisiones en la Comunidad de Madrid que investiga el juez Eloy Velasco mantiene en la cárcel desde el mes de octubre al que fuera la mano derecha de Esperanza Aguirre, el exconsejero de Presidencia, Justicia e Interior y exsecretario general del PP Francisco Granados, y al íntimo amigo de éste último David Marjaliza. Ambos atesoraban una fortuna en Suiza. Facturas falsas Uno de los elementos claves para empezar a desmontar la trama ha sido el ‘arrepentido’ Miguel Tercedor, un abogado acuciado por las deudas que según su propio testimonio en apenas dos años emitió facturas falsas a la empresa Vancouver Gestión -controlada por Marjaliza- por valor de casi 900.000 euros. En 2009 denunció estos hechos ante la Agencia Tributaria y según recoge el número de esta semana de Interviú, sus socios intentaron callarle la boca: “Contratar a un rumano o a un sicario colombiano solo cuesta 1.000 euros”, le amenazaron. También llegó otra propuesta más dulce, 600.000 euros para él si cargaba con el ‘marrón’ del delito con Hacienda. Este letrado y sus socios habría ayudado a la trama Púnica a ocultar, según los informes tributarios, más de 4 millones de euros. “Gente muy poderosa” De hecho hace unos días El Confidencial se hizo eco de la carta de denuncia que Tercedor mandó a la Agencia Tributaria y en la que recogía las advertencias de le lanzaron si daba ese paso, y es que estaba ante “gente muy poderosa” y le dieron a entender “el peligro que corría yo y mi familia”. Cuando desde Hacienda se inicia una pre inspección le transmitieron que asumiera la culpa diciendo que “tenía en casa 250.000 euros, que jamás he tenido ni he visto juntos” así como que “David había prometido 600.000 euros si todo salía bien, lo que nunca me creí”. El señuelo de la ‘gratificación’ de los 600.000 euros no funcionó pero este ‘arrepentido’ sí admite que el temor a que le pasara algo a su familia si le mantuvo callado mucho tiempo. |