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Cadalso de los Vidrios - Madrid

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España > Madrid > Cadalso de los Vidrios
04-11-08 12:05 #1367854
Por:comprension

A TODOS LOS QUE HACEN Y ESCUCHAN RADIO CADALSO (En especial a Balta, impulsor de esta última época)
LA RADIO Y LA FELICIDAD

Yo salía de la escuela a las cinco de la tarde y presuroso iba a casa de mi abuela a merendar pan con dos onzas de chocolate (primero fue el toledano Dulcinea más tarde el guipuzcoano Elgorriaga), al llegar encontraba a mis tías Martina y Feli cosiendo reunidas en torno a la lumbre –Francis bordaba en bastidor- y escuchando radionovelas interpretadas por las voces de Matilde Vilariño, Guillermo Sautier Casaseca, Juana Ginzo... Mientras preparaba mi merienda y pegaba en el álbum el cromo que venía en la media libra de chocolate, ellas me animaban a que me quedase oyendo aquellos seriales de amores difíciles que se desarrollaban en ambientes casi siempre hostiles a los enamorados, a veces al oír aquellos lamentos desgarradores me quedaba hasta ver qué pasaba, pero siempre cortaban en lo más interesante y te obligaban a seguir en la escucha todos los días. Eso ya no me gustaba tanto y me marchaba a la calle mientras mis tías enlazaban con otras novelas que les entretenían las largas tardes invernales y llenaban sus mentes con historias enamoradas a las que ellas no eran ajenas.

Os digo que yo supe de la vida y los sueños por la radio. Así de simple y sencillo. En la radio me dijeron cuáles eran las maravillas del mundo y yo iba a visitarlas (El Escorial era la octava, Las Pirámides de Egipto la séptima, en cambio el Valle de los Caídos estaba pendiente de clasificación), supe de los edificios más altos del mundo (al Empire State Building de Nueva York subí en muchas ocasiones hasta que en cine vi a King Kong encaramarse a lo más alto de la torre y mientras con una mano se balanceaba de la antena del edificio con la otra derribaba aeroplanos a manotazo limpio, en ese preciso instante decidí que, por si acaso, yo no subiría más allí. Además coincidió que observé atónito días después en el cine Condestable, la desbordante expresión de ternura de Frankestein ofreciéndole a una niña una flor que ésta, instantes antes, había arrojado suavemente al río, fue entonces cuando me dije que no era necesario subir tan alto para tener emociones fuertes y que yo necesitaba una persona como él para que vigilase mi cabaña las noches invernales). Comprenderéis ahora por qué en la radio de entonces todo lo que pasaba era lo más grande, lo más importante, lo más hermoso, incluso lo más feo del mundo. Así se las gastaban antaño en la radio y es que todo es grande en los sueños.

Los sábados, a eso de las tres de la tarde, mi abuela me convencía para que oyera con ella “Aquellos tiempos del Cuplé” en Radio Intercontinental, de paso evitaba que saliera tan pronto y me pegaran cintazos jugando a la taba, no sé cómo pero yo siempre perdía a ese juego, nunca me tocaba ser “el rey” o “el verdugo”; a las primeras de cambio ya pasaba a engrosar la lista de las víctimas, de los perdedores que se dice ahora. Para perdedores Juan XXIII, que según contaban las ondas era un buen papa que siempre estaba con los débiles y publicó la II Encíclica que suponía un gran avance en las retrógradas y conservadoras convicciones de la Iglesia (esto último no lo decían las emisoras), también tenía, como Frankestein, semblante bondadoso, aquél no debía ser mal tipo. Para víctima Kennedy, al que se cargaron en Dallas -nunca visité esta ciudad- en presencia de su bella mujer; las radios no nos dejaron en paz durante varios días con aquella noticia pero, por contra, unos pocos años después no dijeron “ni pío” cuando se cargaron al “Che” Guevara en la selva boliviana (lo que motivó que a ese lugar viajara yo muy tarde). Aquello no lo entendí muy bien: ¿por qué se prestaba tanta atención a alguien que ni siquiera hablaba como los de Cadalso y en cambio no se daba ninguna importancia a quien sí hablaba como nosotros? Enigma infantil que ni siquiera pude dilucidar cuando viajé a París en el 68, con su artístico barrio latino aún oliendo a chamusquina y sus bohemios habitantes perplejos echando pestes contra De Gaulle.

Un verano mis tíos: Vale, Paquita y Emiliano, que vivían en Argel (mis viajes a este lugar eran especiales), le regalaron a mi padre un transistor pequeño envuelto en una funda de material. Aquello si fue un gran acontecimiento para mí. Mi padre lo llevaba consigo al trabajo pero pronto dejó de hacerlo, cuando yo le pregunté el motivo me respondió que le evitaba oír en silencio los sonidos del campo, aquello sólo lo comprendí años después cuando él nos dejó sus silencios sonoros. Bien, pues entonces yo aprovechaba las noches para cogerlo de la repisa de la chimenea y oírlo bajo las mantas totalmente tapado dejando un huequecito para respirar, mis amigos decían que era recomendable para evitar no sé qué tipo de asfixias. Fué una maravilla e hizo que me olvidara de aquel viento que provocaba mis miedos nocturnos y sacudía inmisericorde mi nevada cabaña de madera allá en la montaña. Ya no tuve que pedir permiso más a mi padre las noches de domingo a eso de las 11h., para que me dejara oír desde la cama y en la radio grande el programa taurino de Manuel Lozano Sevilla. En una hora recorría todas las plazas de toros deteniéndome especialmente en sus laberínticos corrales donde pasaba unos minutos cambiando de chiqueros a toros hermosos y astifinos.

Bobby Deglané, Frank Johan, J. L. Pécker, J. L. Uribarri y compañía distraían desde Radio Madrid nuestros fines de semana con programas como “Caravana fin de semana” o “Reina por un día”. Pero las tardes de domingo -¡ah, amigo!-, esas eran de Vicente Marco y su “Carrusel Deportivo”. Muy pegadito al oído escuchaba y vivía los goles del Real Madrid al tiempo que observaba evolucionar por el campo de fútbol de la Cooperativa a uno de los equipos más técnicos, elegantes y artistas que nunca haya tenido Cadalso, para mí sólo comparable al Madrid de las cinco copas de Europa: “Katanga”, “Mingorría”, “Tito”, Pepito “Cañardo”, Julián “Kubala”, Antonio “Veneno”, “Culelo”, “Chori”, Joaqui “Quitín”, Jesu, Miguel, “Canillo”, Miguel “Chapuza”, Ricardo, Antonio “Tirillas”, los hermanos “Chatos”, Raulete, Marcelo, “Polvorilla”, Tomás “Sietepechos”, Quique “Bonanza”... y con ellos y alrededor de ellos Antonio, “El practicante”, el árbitro más rápido y astuto del lugar. ¡Uff!, cómo jugaban aquellos futbolistas, qué delicadeza, qué caricias al balón, qué armonía, qué pases medidos, qué remates... Era una obra de arte viviente que cada domingo se representaba deleitándonos a todos, vestidos ellos a rayas moradas y blancas (el portero de verde con raya quebrada roja) y nosotros con el jersey de los domingos y los zapatos llenos de polvo. ¿Qué os puedo decir de aquella gente ahora cuando ha caído tanto tiempo sobre nuestras vidas? Sólo que en el 66 ganamos la Copa de Europa en compañía de Matías Prats y con nombres cadalseños, ¡ah! y.. en blanco y negro (como son mis sueños más bonitos). Serena y Amancio sembraron nuestra existencia y nuestro corazón de alegría y no nos cobraron nada. Esa noche, bajo las estrellas centelleantes de un pueblo desconocido, enseñé a mi hermano Nati con 6 años a revolotear la bandera del Madrid. No paré de viajar aquella madrugada de aquí para allá y por eso a la mañana siguiente no me enteré de nada en la escuela, sentía dentro del pecho algo muy placentero, debió ser la felicidad. Los niños vivíamos instalados permanentemente en la felicidad. Los adultos es otro cantar, ¡dónde va a parar!, los adultos ponen nombres a las cosas y dicen que eso es felicidad. Es mentira. No los creáis, se engañan ellos solos, desconocen que para ser auténticamente felices hay que sentir y mirar con la ingenuidad de los niños.

Mi abuelo me llevaba los veranos con él a desñetar las viñas y regar los huertos. Comiendo tortilla de patatas debajo de los chopos y junto al fresco de Tórtolas, oía las últimas noticias deportivas en Radio España a Pedro Escartín y Rafael Barbosa. Luego con un bochorno insoportable, con el transistor atado a la trabilla del pantalón, rodeado de sarmientos verdes, tiernos, largos, adornados con hojas de diseño, que dirían ahora, y junto a plantas de judías verdes que parecían trepar al infinito, escuchaba a las 5h. de la tarde en Radio Peninsular (“La más musical”), “Peticiones del Oyente”, las canciones del verano me acabaron brotando cada Junio del tronco más tierno de las cepas y de algún lugar de mi corazón, además era el único momento en que conseguía bailar en la discoteca de “Cañardo” con las chicas a las que quería platónicamente. En cambio el mes de Julio era otra cosa. En Julio, Bahamontes y compañía surgían como espíritus exhaustos de entre la niebla y como artistas del pedal de entre las notas de la polka “Tritsch Tratsch” de Strauss, proyectándose hacia la cima del Tourmalet francés, justo allí yo les esperaba para obsequiarles con una palmadita de ánimo en el costado mientras intentaba descifrar si las gotas sobre sus rostros desencajados eran producto del sudor o las lágrimas. Bichos raros estos ciclistas...

Los jueves a las nueve de la noche viajaba poco o nada, no hacía falta. Arropado con las faldillas de la mesa camilla para aprovechar mejor el calor del brasero, intentaba ayudar a Periquín a sobrellevar las palizas que le propinaba Perico salvando éste el obstáculo de Matilde. Al final cobraba de lo lindo a pesar de las recomendaciones de tomar Cola-Cao. Acabábamos los jueves con un brindis a la solidaridad que se derramaba perezoso hasta la madrugada de los viernes. Nos concentrábamos oyendo un pasaje de la “Sinfonía del Nuevo Mundo” de Dvorak, y, a continuación, la voz de Alberto Oliveras nos recordaba que nosotros, o lo que es lo mismo: “Ustedes... son formidables”. Aquello nos ponía un nudo en la garganta cuando ya el día se nos iba melancólico y sin remisión por el sumidero de la vida, gracias a ese programa nos dormíamos con la conciencia un poquito más tranquila, sin exageraciones, sin llamar mucho la atención, como eran los tiempos de entonces...

Diariamente, a las 2 y media de la tarde y a las 10 de la noche, todas las emisoras sintonizaban con el “Diario hablado de Radio Nacional de España”, o “El parte” como lo llamaban los mayores, las voces eran bonitas pero de tal gravedad que a los más pequeños nos impresionaban un tanto. En ocasiones hablaban algo de los mineros asturianos: “Traigo la camisa roja, laira la lará, es de sangre de un compañero, mira, mira Maruxiña, mira, mira como vengo.” Me la cantó un amigo asturiano noctívago en un garito de Barcelona. Rápido, en silencio y mezclado con humo y “cubatas”, lo relacioné con aquellas taimadas noticias del “Parte” de mi niñez. Ahora bien, si querías la versión opuesta a las noticias oficiales de Radio Nacional de España, no había más que localizar en la O.C., con ímprobos y secretos esfuerzos, Radio España Independiente, emisora vinculada al P.C.E. que emitía desde París y en la que Carrillo y “Pasionaria” llamaban a la rebelión o la sedición, que no recuerdo bien.

El tiempo no pasa, somos nosotros los que pasamos por el tiempo que nos combate y nos vence al fin. No obstante, el “Vuelo 605” de Ángel Álvarez me pilla cada noche embarcando en algún avión con destino a un tiempo conocido, me hace dudar y pienso que todo sigue como era antes, hace 30 o más años; que su voz cautivadora y enamorada, es exactamente la misma de siempre, que jamás pasará, que seguirá por los siglos de los siglos presentándonos canciones románticas inmortales... La tele, ese aparato infame que impide soñar -ya sabéis- le sacó un día. ¡Qué insensibilidad! ¡Ponerle imagen a la voz de un sueño! Evito deciros que no me creí nada de aquello y cabreado la apagué. ¡A quién se le ocurre..!

Parece como si los mayores quisieran destrozarnos los pocos sueños que nos van quedando mostrándonos caras envejecidas. No saben, y a este paso creo que nunca lo sabrán, que los sueños son bálsamos inmortales como la belleza de sus recuerdos...
Puntos:
04-11-08 17:50 #1369222 -> 1367854
Por:marconi

RE: A TODOS LOS QUE HACEN Y ESCUCHAN RADIO CADALSO (En especial a Balta, impulsor de esta última época)
Muchas Gracias M.....,digo Comprensión, impresionante y evocador relato, compendio vivo de una época, de una RADIO, de unos años que, qué pena, se fueron y, lo que es peor, no volverán. No estoy seguro de que merezca tal dedicatoria, sólo aporto mi granito de arena a un proyecto en el que creo, me gusta y considero muy interesante. Un lujo que vuelve a "estar" vivo gracias a Ruth Canoyra( ánimo amiga, el tiempo amortigua la pena), que me enseñó todos los entresijos técnicos y creyó en nosotros, de su sucesora ( cuyo nombre, por desgracia, no recuerdo) y de Marta Abad que, pacientemente, han peleado por ir resolviendo todas las dificultades técnicas, que no han sido pocas y, por supuesto, de "mis colegas" Escudero, Redondo, Raquel, John y Cesar Méndez( marchoso donde los haya). Entre todos hemos hecho o hacemos Radio Cadalso, nuestra; de toods, RADIO que, no podía ser de otra forma, luce en la entrada, a modo de Ideario y "Libro de Estilo", ni más ni menos que éste precioso relato que nos acabas de dedicar.
Muchas Gracias M.....( Comprensión); no te querríamos defraudar.
Saludos
Puntos:
05-11-08 10:30 #1372018 -> 1367854
Por:FURTIVO

RE: A TODOS LOS QUE HACEN Y ESCUCHAN RADIO CADALSO (En especial a Balta, impulsor de esta última época)
Gracias a los dos, Comprensión-Marconi, Marconi-Comprensión, tanto monta.....Gracias a la radio, de ayer y de hoy, como bien dice Comprensión, que sería de nuestra generación sin los sueños que nos proporciono la radio, en tu relación de nombres de antaño hecho de menos, por proximidad, a Pedro Pablo Ayuso, todos ellos nos engancharon, nos hicieron adiptos a la radio; Yo, particularmente, me perdía el futbol(no me gusta) pero el Tour, la Vuelta y el Giro(aunque este no lo radiaban siempre)eran para mi cita ineludible y regañina constante por escuchar la radio y no hacer las deberes del verano.
Gracias Marconi, estoy con M.....gente como tu hace que "El video no mate a la estrella de la radio"
Un saludo para los dos.
Puntos:
06-11-08 22:11 #1379349 -> 1372018
Por:marconi

RE: A TODOS LOS QUE HACEN Y ESCUCHAN RADIO CADALSO (En especial a Balta, impulsor de esta última época)
Te agradezco tus palabras Furtivo y, cómo no, tus sugerencias, siempre tan interesantes, de cara a mejorar cada día nuestros" Clasicos...". La verdad es que la Radio es...mucha Radio: Fábrica de sueños( años 40-50), rincón para la Libertad( años 60 "onda Pirenaica"), cómplice de enamorados(güateques de los 60-70), espía de democracia( 23-F-1981), escuela de debate político( tertulias radiofónicas), puerta de entrada a la música "culta"(clásicos populares), amiga fiel y acompañante incansable( en la enfermedad, en el trabajo, durante las noches de insomnio),etc,etc,etc...
¿ Hay quien dé más por menos?. Seguro que NO.
Saludos.
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