La saga de don Androjas Romance de Don Androjas Salió un día Don Androjas, Androjas de Coldegüé, a pasear por el pueblo, veremos por dónde fue. Salió de casa temprano pasadas las doce y diez, porque no dijera el pueblo que dormía como un pez. Llevaba lo zajones puestos, la boina con altivez, la zamarra arremangada, de la rodilla a los pies. Lo primero que pisó con sus zapatos de vez, al pasar el ‘pontonico’, junto a la iglesia tal vez, fue ‘cagalitas’ de vaca y boñigos, del revés, de cabra, oveja o cordero vaya ustedes a saber. Pasó por Bajoelrosal sobre los huertos del Pago, mirando pa Cabovilla y la fuente de beber. Tiene que subir la Varga, no sabe si en coche o a pie. Venia desde La Cruz, largo trecho de correr. Pasada la fuente y caño, de agua potable beber, los Huerto de la Costiquia y la Costiquia ha de ver. Pero primero se halla ‘Villapepa’ en su ‘huertet’ lleno de flores y frutos, que ya verano ha de ser. De allí pa’ lante se ve el Camino Nuevo y después, un poco p’a la derecha, las Coladillas también. Tuerce la curva que pasa bajo la colina guapa, que en primavera da setas, y piornos que no dejan ver ni campera ni setales, ¡apa!, que todo se ha de peder. Si mira para la izquierda, va viendo el pueblo entero, y con él, por Encima de las Casas, el nuevo depósito de agua buena agua buena de beber. Y mientras sigue mirando divisa dos valles muy frescos, en el Coto ha de ser: El Pontedo a la izquierda, Hontanales a la derecha Lo del medio son Las Tablas, Y en las Lomas, el Cordel. “”¡Villalmonte, Villalmonte! pantorrillas de centeno que te subes a los puertos a prender los meriteros.”” ¡Mirad hijos, -les diré-: eso es El Coto! El valle de la izquierda es el Pontedo, renombrado, a la derecha Hontanales y Las Tablas en el medio, Tendrán que aprenderse los nombres, como oración de devotos. El paraje que pisaba Androjas de Coldegüé poco antes de trasponer, La Maderada, le dicen y el Regeral a sus pies. A la izquierda los Senderos y Llamas del Arroya ve. Ya la Cruz de la Collada se divisa, pero él, acostumbrado a su coche, a su motito y su tren, le parece que ha subido Pico Aneto o Everést. Se sienta pa descansar, y por supuesto beber. Y la Cruz de la Collada, la deja para después. ¡ ¡Es un andarín incasable!!, Marchador inagotable, Androjas de Coldegüé. (Continuará) |