Ponferrada - Leon

Pintado reconoce que Martínez Núñez llego a pedirle «locuras»



El propietario de la agencia de detectives D-™Ajenti, José Manuel Pintado Palomo, reconoció ayer que realizó «informes comerciales» sobre Sindo Castro por encargo de las empresas de Martínez Núñez. Pintado Palomo consideró propio de un informe comercial incluir primeros planos de familiares del empresario, o planos detallados de sus plantas de hormigón, con información sobre la seguridad de las instalaciones, la presencia de perros, de vallas o de guardias, y las formas de acceso.

Pintado Palomo se esforzó en negar que fuera el propio Martínez Núñez el que le encargara informes directamente. La Fiscalía y el letrado de Sindo Castro, sin embargo, sacaron a colación un espinoso episodio sobre la conclusión de unos chalets en Majadahonda y los problemas generados entre el empresario y los compradores para probar que no era extraño que Martínez Núñez, a quien todos conocían por el General , le llamara directamente por teléfono.

El dueño de D'Ajenti y de la empresa de servicios Búho, acusado junto a su hermano Timoteo, afirmó que los hombres que desplazó hasta Majadahonda por orden de Martínez Núñez iban a «limpiar» las obras. Pero ante la transcricpción de las escuchas telefónicas de la Guardia Civil, tuvo que reconocer que el empresario llegó a pedirle «barbaridades». Según la transcripción leída por la secretaria judicial durante la vista oral, Martínez Núñez le dijo a Pintado Palomo que «allí (por los chalets) no puede entrar nadie», a lo que el investigador habría respondido que podría entrar, pero acabarían saliendo «de otra forma». En otro extracto de la conversación, el empresario del hormigón y la construcción le decía a Pintado que «podrían tirar un par de camiones (de tierra) en la rampa del garaje» para taparla. Pintado acabó por reconocer que las palabras de Martínez Núñez sobre el episodio de Majadahonda había sido «locuras de un señor de avanzada edad» y que tras la conversación, llamó a uno de los subordinados del empresario para contárselo. «Me ha llamado tu jefe diciendo tonterías», afirmó que le dijo a Antonio Merino.

Pintado insistió en que el venezolano Rafael Wolfgang Álvarez, muerto por ahorcamiento en 1999, y uno de los supuestos ejecutores de los sabotajes a Sindo Castro, nunca trabajó para él, pero su viuda trató de «chantajearle» pidiéndole una pensión de viudedad. También reconoció que durante un registro domiciliario, las fuerzas del orden hallaron 61 detonadores en su casa, pero lo atribuyó a su supuesto papel como «depositario judicial» de los bienes de los bienes embargados a la empresa Sondeos del Norte. «Por un error mío me los llevé a casa» aseguró cuando se le recordó la peligrosidad del material. Pintado no aportó el acta judicial que le nombra depositario y aseguró desconocer por qué su abogado «no ha traído los papeles».