Curillas - Leon

HOLA CURILAS. Yo nací en Curillas, eso ya lo dije y lo sabéis todos. Lo que no he dicho es que yo llegue allí un sábado 27 de octubre del año 1951. No se si les causé muchas alegrías a mis padres o muchas tristezas, supongo que si les di más de un dolor de cabeza, pues de pequeño fui bastante rebelde y poco, mas bien nada, me gustaba trabajar aunque esto lo digo sin recordar nada de los primeros meses de vida envuelto en una toquilla sin fin en aquella cocina negra como un tizón iluminada por un candil de aceite que hacia poco por vernos la cara unos a otros; pero era lo que había. Claro que lo del aceite duro pocos años, los candiles y los faroles de aceite pasaron a mejor vida con el descubrimiento del carburo; aquello era la mar de sorprendente la luz que daba; era alucinante aquel resplandor de luz y lo felices que éramos con aquella luz tan enorme en aquella cocina tan negra.
En este aspecto recuerdo cuando ví por primera vez en mi vida un tractor (era verde), que cosa tan enorme que andaba por si mismo sin que nadie tirará de él. Este artilugio parecía un enorme alacrán andando campo a través. Asomo él por encima de la cuesta cargado de un montón de postes que fueron colocados uno tras otros y en fila todos ellos por encima de la cuesta hasta llegar a Santiagomillas. En ellos colocaron unos finos cables de cobre por los que después de bastantes días de trabajo (¡¡¡OH, MILAGRO DEL NUEVO DIOS!!!) llegó la luz eléctrica a Curillas. Aquello fue un grandísimo acontecimiento en Curillas, el que más y el que menos estaba maravillado con la luz del candil de carburo; pero hete aquí que llego la luz eléctrica. La luz que desprendía una bombilla de 40 W (a 125 v) era deslumbrante, reluciente, clara como la luz del sol y daba, una sola bombilla, más luz que cien candiles de carburo. Era alucinante. La cocina, que estaba negra, se veía aún más negra, la ropa de mi madre que era negra, relucía de lo negra que era, y a mi perro que era negro le brillaban los ojos negros y el pelo negro. Era maravilloso ver por la noche casi mejor que por el día... para el carburo y los viejos candiles y faroles de aceite, con la llegada de la luz eléctrica, se acababan de firmar las actas con la fecha exacta de su defunción.
Hasta entonces no sabia yo muy bien distinguir los colores, pero el negro es que lo aprendí muy bien, al dedillo; siempre todo era negro. Las mujeres siempre estaban vestidas de negro, lo hombres siempre con pantalones de pana negros. Jopee, que negro era todo¡¡.. Otro color que recuerdo perfectamente es el del color de la ataúd de mi abuelo; era del color del roble barnizado. De mi abuelo no recuerdo absolutamente nada, pero aquel ataúd… que color más bonito tenía comparado con los “escañiles”, las alacenas y otros muebles que bahía en la casa de mi abuelo en Penillas; es lo único que recuerdo. De todos mis abuelos y abuelas, no conocí a ninguno.
Conocí a Faustino. Jugábamos juntos en la cruz de la puerta de la iglesia y en la otra cruz: pero Faustino se murió y cuando lo llevaron al cementerio en un ataúd blanco yo me quede en la puerta del cementerio mirando al cielo para verlo volar; pero nunca mas volví a ver a Faustino ni volar hacia el cielo ni en los juegos en la cruz. Este cuento chino que me contaba mi madre de que si se iba al cielo cuando uno se moría si se era bueno … me preocupaba a mi pero de que manera. Recuerdo que con la muerte de Faustino yo estuve muy intrigado porque no le había visto subir para el cielo… Para mi era el primer conocimiento que tenia del fausto acontecimiento. En mi casa, y supongo que en todas las demás, la muerte era un tema totalmente tabú que habia que ocultar a los niños a toda costa y que de ella no se hablaba para nada. Pero por mi mismo fui descubriendo aquello que hacia llorar a los mayores aunque para mi era como un día de fiesta. En este aspecto recuerdo perfectamente que alguien, eso si que no lo recuerdo quien era pero que debía ser Julián o Vicente, apareció en Curillas montado en el caballo con un ataúd nuevo, reluciente, precioso atravesado encima del lomo del caballo el cual metieron en casa del Ti Victorino que vivía, mas o menos, enfrente de la cruz. Hasta ahí todo me parecida maravilloso, lo que yo ignoraba entonces es que el ataúd era para meter dentro al Ti Victorino que se había muerto. Por allí anduve yo indagando e investigando hasta que, en un descuido de mi madre, me colé y pude ver al difunto.
No se los años que tendría este hombre cuando murió, lo que si se es que en Fonceca, al lado de una pared de una huerta que allí había encendió una hoguera de zarzas y juntos nos calentábamos las manos mientras cuidábamos de las ovejas. Su cara estaba curtida por el tiempo, morena, llena de arrugas, creo recordar que en su boca portaba la colilla de un cigarro que él mismo había liado con el tabaco de cuarterón. Pues bien, cuando lo vi en el interior del ataúd su cara estaba blanca y sin arrugas… Aquello me pareció estupendo… al menos eso fue lo que yo pensé. Poco rato después apareció el cura con alguien que portaba un estandarte, otro un pendón y otros con un artilugio con cuatro patas (andas procesionales) que siempre estaban al final de la iglesia muy cerca de la pila bautismal. El cortejo fúnebre partió en presesión hacia la iglesia… Alguien en el campanario de la iglesia hacia sonar las campañas con un golpe cada cuatro o cinco segundos aquel sonido tan triste y profundo te llegaba al corazón y te entraba hasta en los huesos…

Gracias por recordar a mi abuelo
y tambien a mi padre y tio.
Pero el que iba en el caballo
tal vez fuera mi tio Avelino .
un abrazo Mª J....

los relatos muy bonitos. pero quisiera saber quien eres, quienes son tus pades y abuelos . yo tambien naci en CURILLAS DE LA SEQUEDA soy isabel hija, de TERESA Y DELFIN nieta de ROSA Y CLAUDIO

Hola Isabel. Creo que ni yo a ti te conozco ni tu a mi tampoco, por ello te diré que yo soy José hijo de Balbino y de Mercedes En el relato nº 6 hablo vagamente de una boda que se celebró enfrente de la casa del Ti Claudio y la Ti Rosa... Yo debía tener 5 años, aproximadamente, y no dudaría en que la boda esa fuera la de tus padres. Nos obstante me alegra mucho que te gusten los relatos y que hayas escrito en este FORO, a si, poco a poco, vamos a ir juntándonos todos los de Curillas en este curillas cibernético...
Recibe un cordial saludo.
Jose Gonzalez

hola jose. Es verdad que no nos conocemos, pero nuestras familias seguro que si se conocen,yo naci en curillas en la casa que esta enfrente de la escuela,pero me crie en la bañeza por eso no conozco a mucha gente, pero voy al pueblo siempre que puedo, pues me gusta mucho y espero que se apunte mas gente a este foro un saludo isabel

¿Sabrian decirme si aun existe pendon concejil en Curillas ?
Muchas gracias.