Calzadilla de Los Hermanillos - Leon

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!Hola amigos!

Cualquier tiempo pasado no fue mejor ni peor sino distinto,yo que soy de tu generación no estoy de acuerdo contigo cuando dices que es la peor generación de todos los tiempos, para mi nosotros somos los primeros que salimos del pueblo a los colegios internos y nos tocó el cambio de vida total.Disponíamos de todas las cosas que carecíamos en el pueblo e incluso comíamos variado y cuatro veces al día, practicábamos deportes y como escribí en otro comunicado aprendíamos de todo y para nuestros padres que tenían pocos recursos no eramos una carga excesiva económicamente hablando.

Con el paso de los años y fijándonos en lo que viene detrás y en lo anterior me parece que somos la generación mas sufrida y que mas ayuda a nuestros hijos que no les falta nada de lo que carecíamos nosotros. En cambio somos las personas con sentimientos mas nobles de todas y que estamos siempre dispuestos para ayudar a los demás, vemos la vida de manera diferente y sabemos distinguir entre lo bueno, lo malo y lo que hay que hacer en cada momento.

No todo el mundo estará de acuerdo con mi opinión por supuesto, pero yo creo que este mundo ha emprendido un camino sin sentido que no llevará a un final feliz.


Un abrazo: Bous

¡Hola Zarza!
Yo con otros compañeros salí del pueblo con once años para ir a los frailes a (Zuera) Zaragoza.
El cambio fué impresionantante.
La primera vez que montamos en un autocar.....a los sumo habíamos ido a Sahagún en tren, con asientos de madera y tirado por aquellas viejas máquinas de carbón que todos los años provocaban algún incendio por la Nava.
Después de un viaje donde tuve que soportar las vomitonas (esto lo digo con todo el cariño) de mi compañero amigo y vecino, llegamos a destino.
Conocimos la piscina el balón de cuero, las rodilleras de los porteros, buenos frontones, campos de fútbol con porterías, las excursiones con pic-nic, el lavado de dientes, los aseos las duchas, la disciplina, en fin un mundo nuevo.
Pero en nuestro pensamiento siempre estuvo Calzadilla, los amigos que dejamos, el juego del aro, los cartones, la peuca, la pipiripuente, la hita, un juego nuevo con cartones traída por nuestro amigo Yayo de Villamarco, etc.
Por cierto……..Alquien sabe por donde anda Yayo?

Ventajas, juegos imaginativos, no había prisas por nada, estabas con los tuyos no era prioritario tener cosas, la ilusión de que llegara San Bartolo, para estrenar ropa, las navidades eran muy alegres, a parte que casi todos los años por esa época nevaba y era un aliciente más.
Bajo mi punto de vista éramos más felices.
Los valores sociales hoy en día se sustentan en gran medida en poder participar de este consumismo desbocado, que tantos dolores de cabeza nos produce a los largo de cada mes.
Bueno familia, no hay más rollo.
Besos para todos.

Hola a todos, Yayo lleva viviendo toda la vida en Segovia capital. Está felizmente casado y tiene ya nietos.

Gracias pusla, cuando era niño estuvo viviendo en casa de su abuela Juliana una temporada.
Hace un monton de años que no le veo.
Me alegro de que le vaya bien en la vida.
Saludos para todos.

Hola contertulios:
El tema que expone Zarza es muy interesante.
No sabría decir si la generación de los nacidos en los años 50 – 60 somos los que peor lo hemos pasado en muchos años. ¿Está tan claro que pasamos una infancia peor que nuestros hijos?
Tomando como referencia mi propia experiencia, dividiría mi infancia en dos etapas. Hasta los 10 años, fecha en la que me enviaron a Puente la Reina, a Navarra y de los 10 a los 14 o 15.
Hasta los 10 años tengo la sensación de haber pasado una infancia de lo mas feliz. No teníamos mas conocimiento del mundo que nuestro entorno. No había tele, ni cine. Alguno había ido a Sahagún alguna o varias veces. Menos veces a León.
Como no conocíamos nada, nada necesitábamos.
Esta época, para mi fue muy feliz. Ya había pasado el hambre. No necesitábamos para pasarlo bien mas que un amiguete con el quedabas o ni siquiera quedabas, salías a la calle y allí estaba. Cosas materiales no necesitábamos, había piedras, pájaros, trinquete, (si no llegaban los mayores y daban la orden), (esto consistía en que cuando llegaban chicos mayores al frontón y este estaba ocupado te decían que ellos tenían preferencia. Decían: se da la orden. Sin rechistar cogías tu pelota y les dejabas el terreno libre), había puertas de algún vecino que se mosqueaba cuando llamábamos y nos daba una buena carrera y si nos cogía, nos daba unos cachetes. Jugábamos a los cartones, a guardias y ladrones. Los chicos, jugábamos a cintarazos, a coces (que brutos éramos). Si había nevado ya teníamos el juego asegurado. En fin, que el recuerdo que tengo es muy aceptable. Mucho mejor que el de un niño de esa edad en años posteriores. Ahora para un niño de esa edad, todo es poco ……(culo veo, culo quiero).

Estoy totalmente de acuerdo con Zarza en que la siguiente etapa, de los 10 en adelante, fue dura. El hecho de salir de casa a tan corta edad, fue un trauma aunque hay que reconocer que fue una gran oportunidad. Para colmo, salíamos vírgenes del todo o casi. Llegábamos a los internados sin saber lo que era, algo tan simple, como un grifo.

La anécdota que cuentas, Zarza, era mucho mas frecuenta de lo que se puede imaginar la gente joven. Recuerdo que en Jesús D.O., el primer día nos dieron una charla y nos dijeron que, en los servicios había un sitio para necesidades mayores y otro para menores. No había una habitación para cada uno. Eran servicios comunes. Pues te encontrabas con la cagada en los urinarios. Supongo que de algún menor que se había confundido con una necesidad….menor

Yo, cuando fui a León ya había pasado por los frailes y cuando fui a los frailes, tuve un gran maestro que ya se había escapado dos veces de los maristas de León y que tenía y tiene dos años mas que yo (¿te dice eso algo GERUFE?) y fue mi salvación, mi amigo, mi referente. Él ya había vivido aquello.

Yo creo que cada época tiene sus pros y sus contras. No es ni mejor ni peor, es distinta.
De todas formas, la infancia que pasé en el pueblo, fue muy feliz.


La vida posterior, la laboral, supongo Zarza que hables desde tu experiencia personal. Por lo que conozco de ella, coincide en ritmo con la mía y la de otros muchos inconformista, ha sido una batalla constante, pero conozco varios casos de personas que se han amoldado a un trabajo de sus ocho horas, sin responsabilidades, de …… son las seis y me marcho a mi casa. Personas que en lo laboral no han sido ambiciosos y a los que después de los años, comprendo, aunque no esté de acuerdo con ellos.
Yo creo que cada uno, dentro de unos límites y unas oportunidades, hemos podido hacer cosas,

El seguir de la evolución de las tecnologías, ha sido y continúa siendo una batalla cada día, pero yo no lo considero un problema. Hay que ser un poco o un mucho camaleón y seguir.

Bueno creo que tengo que dejarlo.
Me enrollo como las persianas.
Un beso
HERMIN

¡Hola a todos!
Efectivamente, Hermín, aquello fue muy sonau...La verdad es que, por lo menos para mí lo de ir a los frailes fue una buena esperiencia.
También había frailes y frailes, te comento que en los que estuve yo, si te salías no te convalidaban los estudios por lo cual era tiempo perdido, no fué el caso mío y el de Fiden, que no pasamos de ingreso pero si el de Domitilo que resistió como un campeón.
Solamente tengo una foto de cuando estuve allí la voy a intentar colgar para que veais como era yo en aquella época.
Seguro que Fiden y Domitilo, no se Ricardo tienen alguna......a ver si se animan y salen a la luz.
Saludos para todos

¡hola!, ¿como lo llevais?

Después de leer con atención y cierta dosis de curiosidad vuestras opiniones quiero deciros que nunca pense que esta ventana que nos abre al mundo y que nos une(casi de una forma mágica)iba a mantenerme despierto tanto tiempo.

Mi infancia no se desarrollo en el pueblo. Siempre he vivido en zonas urbanas, siempre he estudiado en colegios públicos, hasta muy avanzada la adolescencia no tuve que despegarme de mi nucleo familiar y posteriormente he tenido que acudir en busca de la seguridad que aporta la familia, he sufrido varias huelgas de enseñanza que han alumbrado diversas leyes de educación y pienso que a cada generación le toca viajar con un equipaje que tiene unos olores, unos colores y un diseño determinado heredados en parte de anteriores grupos generacionales.

El pueblo para mi siempre ha sido un lugar de encuentro, de juego, de visitas, de disfrute y no retengo en la memoria circunstancias que me hayan provocado heridas sin cicatrizar. El pueblo para casi todos vosotros ha sido algo más que un lugar, ha representado un conjunto de vivencias que habeis guardado como un verdadero tesoro hasta nuestros días.

Pertenezco a la generación del interminable cambio, de la transición que no se acaba nunca, de los avances tecnológicos que caducan a los cuatro días, de las prisas inexplicables, del deseo perpetuo, de la constante insatisfacción, del trabajo por hacer, etc.

Generalizar siempre resulta un atrevimiento y las más de las veces una indefinición clara pero creo que mi generación es bastante impulsiva, ingenuos, poco constantes, desprendidos, antes de aprender a andar ya deseabamos conducir, más intuitivos que reflexivos, en definitiva que nos movemos con valores bastante ambiguos y además nos hemos dado cuenta, cuando ya es tarde, que somos irremediablemente drogodependientes. Somos adiptos al petróleo, que es un tipo de droga que envenena el ambiente pero que no parece que estemos dispuestos a renunciar ya que la "metadona" está todavia por inventar. Sabemos que tenemos que frenar pero nadie levantamos el pie del acelerador.

Es un panorama bastante desalentador pero con el que mi generación tiene que avanzar, procurando mirar atrás lo justo, intentando conquistar algún "sueño realizable" que nos ayude a seguir mejorando.

Las generaciones posteriores tendrán sus trasparencias, sus propias radiografías, pero lo que es seguro es que con las herramientas que dispongan tendrán que justificar su intrasferible realidad.

Un beso para todos. Gabis.