Vilches - Jaen

Claro que sí se puede cambiar la forma de Estado, pero solamente hay dos formas posibles de hacerlo:
1. Saltándose la ley
2. A través de la reforma de la Constitución.

Resulta obvio que si se quiere seguridad, durabilidad, estabilidad, paz..., los cambios hay que hacerlos desde las instituciones. Y si se quiere reformar la Constitución es muy importante que se planteen TODOS los defectos que hemos visto que tiene, la ley electoral entre ellos.

Respecto al debate abierto monarquía-república, yo veo que existen monarquías democráticas que funcionan (Gran Bretaña, Dinamarca, Suecia...)y monarquías dictatoriales que no funcionan (Marruecos...); al igual que existen repúblicas democráticas que funcionan (Francia, Estados Unidos, Alemania...) y repúblicas dictatoriales que no funcionan (Cuba, Nicaragua, Irán...), lo que pone de manifiesto que la forma de Estado no garantiza nada, que lo importante es el buen funcionamiento de la democracia y de sus instituciones, desde la primera hasta la última, incluida la jefatura del Estado. Por lo tanto, la igualdad, la libertad y el bienestar de los españoles no dependen de que tengamos un rey o un presidente. Actualmente, lo que sí es evidente es que nuestra democracia precisa una regeneración a todos los niveles.

Por otra parte, tal y como está la situación en nuestro país, creo que ahora no podemos permitirnos perder las energías en el dilema república-monarquía, que levanta pasiones y no es el principal problema que tiene España, hay otras cuestiones más importantes que resolver, como por ejemplo, la reforma en profundidad del mercado laboral.

Merece una reflexión lo que alguien decía el otro día en la radio, no me quedé con su nombre, que los nacidos después de los años sesenta, en general, no se identifican con una Constitución porque no la votaron, pero sí con una república que no han vivido.

¿Se está idealizando la república?