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Santisteban del Puerto - Jaen

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España > Jaen > Santisteban del Puerto
30-03-10 23:13 #5005051
Por:eljabaliverde

Viva la Virgen
Querido Diario:


Ahora, que soy profesor de Latín desde hace veinte años en un instituto de un pueblo perdido de Teruel de dos mil habitantes, cuyo 60% de alumnado son chavales de los cortijos de los alrededores, que sólo tiene un bar, y es muy cutre pero me gusta, ahora que tengo Internet y tres millones de películas descargadas por el emule y el ares, que juego al tenis los domingos y que veo el fútbol todos los días que puedo, que estoy suscrito a La Razón y al País y a La Vanguardia, que hace muchos años que por cincuenta euros soy accionista del Fútbol Club Málaga, ahora que la segunda mujer con la que me casé se fue hace justamente hoy cinco años, ahora que estoy más aburrido que nunca en mi vida, ahora, ahora me piden que dé la asignatura de Comunicación Audiovisual. El nombre está muy bien, y se supone que hay que hacer un montón de cosas, pero mi plan es ver una película a la semana y comentarla los demás días, casi siempre sacando jugo. La verdad es que tengo mil ideas, pero empezaré por LA GUERRA DE LOS BOTONES. A propósito, querido diario, te voy a contar un recuerdo un poco largo que tengo, de un día cualquiera de aquella infancia tan lejana ya, y de la cual no tienes documento alguno. Ahí va:

A las once de la mañana, El Zetano, El Torete, El López, El Botellín, El Mellao, El Litro y El Óregano habían cogido una mesa de la terraza de verano de La Peña con sus correspondientes siete sillones, y la habían puesto en la parte final de los toriles, entre el museo y la casa esa grande blanca y amarilla. Cuatro eran los afortunados que jugaban al tute. Los demás, esperaban. El Botellín se sentía como un pájaro fuera de la jaula, las clases habían acabado hace poco, y de lo de trabajar sólo sabía que era algo que hacía la gente mayor. Ahora era el momento de bañarse en las albercas, y no sólo no aparecer por la casa por la tarde, sino tampoco por la mañana. La vida era tan sencilla que sólo había que despertarse sobre las diez, comerse la leche con las galletas, salir a la calle a buscar a los amigos, ir a la casa, comer, y volver a salir a la calle, volver a la casa, cenar, y volver a salir a la calle, hasta que un vistazo al reloj Casio te devolvía hacia la segura bronca de tu madre, entrabas en la cama y te dormías deseando soñar de nuevo que volabas. En aquellas cosas pensaba El Botellín cuando un oro inesperado le hizo cantarse las cuarenta en copas. En media hora había ganado dos duros, era el rey del mambo, amén de los diez que atesoraba en el bolsillo. Con esa racha podría comprarse una bolsa de pipas Churruca, una lengua de fresa y una Pepsi antes de liarse con la pelotilla. Todo estaba calculado; El Duque, que era el que siempre traía la pelotilla, era el que más le gustaba dormir y siempre llegaba sobre las doce. De ahí su mote. Pero aún faltaba media hora. Esa tensión del juego, esa adrenalina, que en ese momento no sabía ni que existía, le llevaría a aprender muchos más juegos, algunos menos peligrosos que otros. Repartía el Orégano, le entró otro cante de nuevo, no se lo podía creer. Encima la muestra un tres, y él tenía el siete…
En ese momento apareció el Duque, y todos los demás saltaron, deseando pegarle patadas a la pelotilla de Disney que traía en el bolsillo. Había muchas clases de pelotillas, pero las de Disney eran las mejores. El Botellín quería acabar la partida, pero los demás ni se lo pensaron, repartieron el bote, pusieron la mesa y las sillas en su sitio, hicieron las parejas y echaron a dedos qué dos equipos jugaban primero. Dos duros seguían estando de lujo. Jugaba el último, así que se dirigió al quiosquillo de enfrente de la zapatería, a que la amable vieja le vendiera la Pepsi y la bolsa de pipas. Casi siempre iba al Pósito, pero de vez en cuando se dejaba caer por la tiendecilla de la vieja. La verdad es que siempre le parecía muy acogedora. Se sentó en los escalones del rincón de las porterías y disfrutó del manjar. “Echa pipas” le decían algunos, “Echa un trago de Pepsi” otros.
A las cinco de la tarde el sol de agosto abrasaba como una picadura de un jaspe, pero eso no les importaba lo más mínimo. A los de por la mañana se añadieron El Camión, El otro López, El Chisque, El Rata, El Andrés Caracamello, el Teclas, el Sandía, el Pijo y el Celestino. Cuando había tanta gente se jugaban partidos también en los bancos del otro rincón. En verano las mesas y los sillones de La Peña siempre molestaban un montón, pero a falta de pan buenas eran tortas. Él jugaba en la de la casa amarilla y blanca. Aquel día estaba teniendo una buena racha, su compañero era un crack. Las horas se sucedían y el ritmo no paraba. En todos los bancos que no eran porterías y en todos los escalones de la Plaza había grupos más o menos pequeños de otros chiquillos que apostaban las cartas a “los montones”. Muchos se reconocían por sus riñoneras, otros por sus bolsillos cuadrados, pero siempre había dos o tres figuras de “los montones” y “las diferencias”, que llegaban sin una estampa ni baraja en el bolsillo, y en diez jugadas tenían un pequeño capital, que tras otras treinta o cuarenta o cincuenta más multiplicaba generosamente. El Botellín prefería la pelotilla, aunque de vez en cuando también jugara a los montones; la pelotilla tenía mucha emoción, y mucha más diversión. En mitad de un partido vio por el rabillo del ojo que la Clara y la Sandra estaban sentadas hablando. Se lamentó por no poder ver las piernas de Clara, pero se dio cuenta llevaba esa camisetilla blanca tan chula, y se había hecho esa coleta que la hacía mucho más guapa de lo guapísima que era ya, y que su piel morena reflejaba el sol como el oro, y como todos los días en los que al astro le diera por salir. Eso lo descentró un poco, y encajó un gol un poco más que tonto. Él miró de reojo a ver si estaba mirando, y se tranquilizó al comprobar que no. Ni se imaginaba lo lejos que estaba Clara de haberlo visto. De espaldas a él, y tres años más grande, le ponía los dientes largos a Sandra relatando la noche del primer morreo largo con Roberto El de Valencia, el chulo ese que siempre marcaba la moda a los estúpidos del pueblo.

Años después me lo contó Sandra, tras un gran polvo, el primero y el último que me regaló. En fin, que se me ha ido la olla como casi siempre, que creo que LA GUERRA DE LOS BOTONES es un buen primer título, siempre me gustó mucho esa película, y lamenté no poder haber construido nunca una cabaña como la que aquellos enanos construyeron. Nosotros también hacíamos cabañas, pero ni de lejos eran como la de ellos. También teníamos nuestros más y nuestros menos con los de los pueblos de al lado, pero hasta que no llegara la época de las fiestas de estudiantes del instituto no nos daríamos realmente cuenta. Pero hay algo, hay algo en esa película que logra hacerte sentir por unos momentos aquel placer que te daban aquellos días de aquellos maravillosos años santistebeños. Y ahora voy a dormir, que ya es un poco tarde, mañana te cuento…




“Luz,
fuego,
destrucción,
el mundo puede ser una ruina,
no lo podemos permitir…”
Puntos:
31-03-10 10:45 #5006360 -> 5005051
Por:

Borrado por su Autor.
Puntos:
31-03-10 11:22 #5006501 -> 5006360
Por:mayordoma

RE: Viva la Virgen
Viva la virgen ya puestos del Collado. Habeis entrado un grupo de personas con savia nueva, y con manera de escribir distinta pero me encanta no se describir esa literatura, me llevais bastantes yardas en preparacion academica, y ese bagaje a fe que se nota y mucho, teneis riqueza de matices , pero no me podeis negar que todos hemos tenido esa misma arcilla colora, para modelar nuestros sueños, hui....... hui que cursi me estoy poniendo.
Es que La guerra, de los botones no se si la llegue a ver pues cine , he visto lo mio y mas pero en el cine de D Paulino ese cartel no se me olvida y tampoco Los parias de la gloria, no se por que pero las tengo grabadas a fuego en mi memoria , y _(la peña) amigo es toda mi vida en el pueblo literalmente con mis alegrias y tambien con sus sinsabores que los habia, por aquello del señoritismo, con toda la carga peyorativa que le querais añadir, a este apelativo o (mote)pero cuanto dio la murga.Y volviendo al septimo arte habia por casa una lamina de La Mangano en Arroz amargo con una carga de sensualidad brutal y rotunda
Y las albercas en el torrido agosto, las chicas lo teniamos muy dificil eenseñar las piernas en aquellos tiempos, era pecaminoso, y los padres te ataban corto, Y tambien los audiovisoales me tocan de cerca no he estudiado esa carrera pero la he costeado y padecido, y esta el titulo guardado en un sobre muy grande,bueno no os canso con mis historietas que si me cojo cancha el hilo de Ariadna se me queda corto. Saludos de La Moza de Pascua-Mayo
Puntos:
27-04-10 08:39 #5182780 -> 5005051
Por:laencantada

RE: Viva la Virgen
Vaya que refrescante oir relatos de este tipo, tan familiares, tan llenos de olores y sensaciones de nuestro pueblo.
A veces irse lejos te acerca a tus raices. Bueno ...no a veces, siempre.
Lo triste es estar a qui y que lo que tanto te ha dado en experiencias, vivencias y, lo que al fin y al cabo es lo que ha provocado que seamos como somos, te obligue a irte por la gente que te rodea.
Eso duele mucho, pero la gente es cruel...somos muy crueles.
Muchos besos a estos relatos, por llamarlo bién. Me han alegrado el dia.
La Encantada.
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