Origen Hará unos años, una vecina de nuestro pueblo me comentó que pretendían editar un libro en el cual se hablase de la historia de la Pascua en honor a Piedras-Albas y me preguntó si me importaría escribir sobre algún tema en particular. La noticia me sorprendió y puestos a elegir le dije que me interesaba la danza de los cirochos debido al parentesco que me une con tío Manuel "el tamborilero", tatarabuelo por parte de la familia de mi padre, el cual enseñó los toques al pollo viejo. Pasado el tiempo, parece que la idea quedó en territorio comanche, pero con los pocos medios de que dispongo, proseguí con la investigación sobre el tema en cuestión que ahora paso a resumir brevemente: No queda muy claro la fecha exacta de la llegada de esta danza a nuestra tierra, aunque algunos la asocian a la emigración proveniente de Galicia durante la reconquista. El hecho es que los expertos califican la danza como un acto pagano alejado del fervor religioso, lo cual implicaría que tendría que haber llegado antes de la repoblación católica de las villas, probablemente durante el reinado de los godos y, más concretamente, durante el período de los belicosos pobladores checos que se establecieron en los límites del Finisterre. Esta teoría me surgió al tratar de indagar sobre el origen de mi apellido: Yañez, lo cual me condujo a viajar a Praga, siguiendo la pista del nombre del cual procede: Jan, pronunciado Yan y traducido como Juan. Allí, durante una visita al museo nacional, pude hablar en inglés con un historiador que me corroboró la noticia: de Chequia partieron varios conquistadores que se expandieron a lo largo y ancho del continente, llegando, como frontera límite, al final del camino de Santiago, en dónde establecieron su territorio dentro de la península. De esta invasión quedan restos que se atribuyen a la cultura celta proveniente de las islas, pero recientes descubrimientos sitúan el punto de origen de esta cultura en el centro de Europa, véase el hallazgo en Frankfurt de la estatua de origen celta denominada: El príncipe de Glauberg datada del 500 a.c, además, el uso de la letra Ch, la cual no se utilizaba en el latín y forma parte del vocabulario Checo como una seña de identidad, se comenzó a aplicar en la piel de toro, dotando de un matiz extra al idioma. También me confirmó el historiador, que el uso de escudos de armas comenzó en la ciudad de oro, cuyos caballeros exportaron ese lema a las demás tierras, siendo los elementos más utilizados: el castillo y el león. Para finiquitar los orígenes celtas de la danza, habría que tomar en cuenta la utilización de la palabra Gaita, cuando en realidad se está tocando una dulzaina y un tamboril que tratan de imitar el sonido del instrumento celta por excelencia, el cual fue sustituido, probablemente, por la falta de recursos o del instrumento en cuestión, o por la complejidad de aprender y disponer de él. Por lo tanto, tras indagar por aquel tímido hilo que surgió de un apellido de origen gallego y descubrir teorías sorprendentes sobre el tema, volví sobre mis pasos y traté de unir todo para poder aplicar un sentido al origen de nuestra danza milenaria, aunque seguro que otras investigaciones puedan dar con explicaciones diversas y contrarias. Resulta que al aplicarle el calificativo de pagano, la danza quedaría excluida del sentir religioso, lo cual nos llevaría al hecho de que fuese puesta en práctica durante las fiestas de celebración por la llegada de la primavera, que en la cultura celta se realizaban, y continúan haciéndolo, durante la luna llena posterior al equinoccio que da entrada a dicha estación, y durante el cual también se celebraba la Pascua judía. Eso nos lleva a una celebración con fecha lunar en honor al Sol. Tras la reconquista, la celebración pasó a ser cristiana y comenzó el culto a Piedras-Albas, que algunos atribuyen al siglo XV, pero nuevas fuentes indican que incluso puede pertenecer al siglo XIII. Lo lógico y normal hubiese sido que las autoridades eclesiásticas de la época, en pleno apogeo de la inquisición española, hubiesen defenestrado a los cirochos, pero no fue así. No se explica bien el por qué, tan sólo se sabe que continuaron con su danzar hasta nuestro días, eso sí, con ciertas particularidades que mantuvieron durante años y que permanecieron inmutables, aunque eso haya cambiado recientemente, como el de no entrar dentro de la Ermita tras el baile, permanecer en silencio a la entrada y salida de la imagen y, esto es mi propia intuición la que trata de darle sentido, el hecho de que fuesen 13 danzadores, siempre que fuese posible, en una clara referencia mesiánica a la última cena, siendo el guión sería una representación alegórica de Jesús de Nazareth, y los doce danzadores que obedecían sus mandatos, los doce apóstoles. Estas peculiaridades podrían resultar contradictorias entre sí, pero aclaran el hecho del origen pagano, mantenerse fuera del recinto sagrado católico, y su posterior adaptación para no ser sepultada por la inquisición: respeto hacia la imagen divina y alusiones bíblicas. A favor del cirocho queda por decir, que es una danza que no promueve el belicismo, como las practicadas por varios pueblos limítrofes, y que es la única que mantiene un nombre característico que carece de utilización en cualquier otro lugar del territorio español. Me gustaría ahora compartir un poema, el cual escribió mi hermana Isabel María para la revista de Piedras-Albas en 2011, y yo adapté para presentarlo junto al trabajo que estaba realizando: Como guardianes valientes, siempre a tu lado estarán, atravesando la corriente de personas hecha mar. Sus manos el aire mueven, colores brillan alrededor. Trece cirochos emprenden, tu grandiosa procesión. ¡No se cansan!, ¡No decaen!, bailan y bailan sin cesar. El Sol avisa tras el Buey: ¡Piedras Albas!, aquí están. Sonriente a tú templo regresas, de rodillas frente a ti se detienen. Miradas emocionadas se cruzan, el aire impregnado les conmueve. El eco de la última palillada, detiene al Tiempo con su son. Cuenta atrás de lunas blancas anhelando, tu bendita procesión. Un saludo para todos lo piedralberos y seguidores de la Pascua en honor a Piedras-Albas. |