Cartaya - Huelva

Un saludo para todos…… ¡si, sí!, y todas, y compañeros y compañeras, y señoras y señores, y damas y caballeros, etc., etc., etc.

Quién no se acuerda cuando eramos niños y niñas y nos contaban cuentos, nuestro padre o madre, o nuestro abuelo o abuela, o nuestro tío o tía, o sea, en definitiva, nuestros mayores… ¿y mayoras?, ¡ojú!, como siga así con esto del lenguaje políticamente correcto esto va a ser una “lata”, ¡vaya ..oñazo!, pues eso, que todavía me acuerdo del Cuento de la Caperucita Roja y el Lobo Atroz, ¡No, leches!, que no era Atroz que era Feroz. ¡Eso, eso! ¡El Lobo Feroz!, por cierto, ¿lo de Roja sería porque era socia-lista? ¡No hombreeee!, que era por la capa.

Qué tiempos aquellos ¿verdad?, era la edad de la inocencia y te tragabas los cuentos que te contaban con la misma facilidad que te comías un chupa-chúps sentado en la puerta del sardinel de la calle
Y todos los Cuentos empezaban de la misma manera: Había una vez, o Erase una vez, y ¡halaaaa! Cuento que te cuento.

Ya a ciertas edades, cuando dejas de ser niño (o niña), esto se pierde, no me imagino yo a mis mayores, (lo de “mayoras” no cuela, a que no) contándome Cuentos. ¡Como que no!
Cuando pasas de los 18 para arriba, son otros los que te cuentan cuentos e historias.
¡Los políticos! Los otros Cuentacuentos.

Sobre todo cuando llega la época de Elecciones, entonces es cuando se suben al pálpito, ¿se dice pálpito o es púlpito?, ¡me da que es púlpito!, ¡¡Noooo!!,el pulpíto es el hijo del pulpo, bueno eso, cuando se ponen detrás del atril, o la tribuna, que también vale; es entonces cuando se explayan, y están a sus anchas, se les suelta la lengua y se les pone la boca grande, y arreglan el universo mundial, el mundo entero, y parte del extranjero.

--¡Señoras y señores! ¡Compañeros y compañeras! (os voy a contar un cuento),
¡¡Votad a nuestro partido y saldremos de la crisis, la claridad y la transparencia serán nuestras señas de identidad en la forma de gobernar, (erase una vez), crearemos una Bolsa de trabajo para que todo el mundo tenga las mismas oportunidad de acceso a un empleo público, y acabaremos con el enchufismo politico de amigos y familiares, etc., etc.

¡¡ Habiaaaa una veeeezzz.!! Poro po popo popo po pooooonnn ¡¡Un circooooo que alegrabaaaa…


Y los ciudadanos nos tragamos el cuento, y les aplaudimos, y les votamos, y los ponemos ahí para que ganen unos buenos sueldos,…… y ellos crean una Bolsa de Trabajo y acaban con el enchufismo.

¡Y nosotros somos felices y comemos perdices!
¡¡Y colorín colorado……..!!


¡¡Ole, ole!! ¡Qué bonito cuento!
¿Qué pasa? ¿No les ha gustado?

¡Pues no veo por qué!
Yo lo veo como un bonito cuento, con un bonito final:

Y ellos crean una Bolsa de Trabajo y acaban con el enchufismo.

¡Y nosotros somos felices y comemos perdices!
¡¡Y colorín colorado……..!!

O sea, tiene todo lo que un bonito cuento debe tener, un principio, un desarrollo, y un final. Y sí, es verdad que al final del “colorín colorado” falta lo de “este cuento se ha acabado”, pero es que no lo he puesto porque en verdad este cuento no se ha acabado.
El cuento sigue, y sigue, y sigue, y tiene pinta de que va a durar mas que las pilas alcalinas del conejo de Duracell.
¡Y duran, y duran, y duran! Y el conejo sigue, y sigue ,y sigue corriendo, y aburriendo a los demás conejos.
¿Lo pillan? ¿Al conejo, digo? ¡Pues no!, no lo pillan, el conejo sigue y sigue, y sigue.

Pues esto igual, el cuento de la Bolsa, ¡dura, y dura, y dura!, y me apuesto lo que quieran con ustedes, que dura los cuatro años de gobierno, y así estaremos todos entretenidos durante cuatro años mínimo.

¡¡Y seremos felices y comeremos perdices!!

Y mientras el conejo sigue corriendo, como el tiempo, el tiempo también sigue corriendo.
¿Qué son cuatro años? ¡Eso se pasa en un pis-Pas!

De aquí a nada estaremos oyendo otra vez algunas voces subidas al "pálpito", (¿o era el púlpito?, es igual, en el escenario) diciéndonos eso de:
--¡¡y vamos a crear una Bolsa de trabajo y vamos a acabar con el enchufismo!!

¡¡Ohhhhhhh!! ¡Bieeeeeeennnnn! ¡Bieeeeeennnnn!
Aplauso, aplauso. Todo el mundo de pie, venga.
¡¡Plas plas plas plas plas!!

¡Y colorín colorado……!