Villanueva de la Torre - Guadalajara

EL HERALDO DEL HENARES.

POR ROBERTO MANGAS.

Sobre sueldos…


… y cualificaciones


El otro día, en el transcurso de una comida de despedida a dos buenas compañeras con las que he trabajado durante los últimos meses, recordé a los postres una cita del cantautor argentino Facundo Cabral, intérprete de esa bellísima canción cuyo estribillo nos decía aquello de “no soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad, ni porvenir…”.

La cita que yo recordaba de este grandísimo artista invidente sudamericano, defensor siempre de los más desfavorecidos, decía que “mira que será malo trabajar, que nos tienen que pagar por ello”.

Ahora, conmocionado aún por la noticia que este sábado nos llegaba desde Guatemala, según la cual Cabral habría sido asesinado por unos sicarios cuando se encontraba en este país centroamericano ofreciendo unos conciertos, me viene a la mente el recuerdo de sus palabras para hablar de trabajos y de sueldos, algunos no tan malos, y de paso dedicarle este artículo en homenaje a su memoria.

En Guadalajara no se habla de otra cosa en los últimos días que de sueldos y liberaciones, cargos, ceses, contrataciones, parados…

Cada cuatro años ocurre lo mismo. Se celebran unas elecciones municipales y autonómicas y el baile de nombres, de cifras, de cambios en las estructuras de poder y relevo en las jefaturas, provoca más de un dolor de cabeza en unos, mientras que en otros la noche termina regada con champán del bueno.

Pero en esta ocasión ha ocurrido todo un cataclismo, un tsunami, un terremoto que ha arrasado el status quo establecido desde hace 28 años y los cambios han sido mayores.

Por primera vez en tres décadas, han sido más los políticos que eran desalojados del poder que los que lo mantenían. Había expectación en saber cómo se iba a gestionar ese cambio. Y las primeras impresiones, con una Dolores Cospedal hablando de austeridad y valores y principios nos hizo pensar que, ahora, de verdad, la ética había entrado en la casa de la política y la política había salido por la ventana, y no al revés, que es lo que suele ocurrir en estos casos.

Poco duró esa impresión, el tiempo mínimo e imprescindible que necesitaron los nuevos –y viejos- alcaldes de uno y otro partido para fijar sus sueldos y cargos liberados. Al escándalo de Villanueva de la Torre, con una Marta Valdenebro (PP), subiéndose el salario en 10.000 euros al año (cuando en campaña electoral había prometido bajárselo), le siguió el de Marchamalo, con un Rafael Esteban (PSOE) asignándose el mismo sueldo que tenía de diputado provincial, ahora que ya no lo es, 49.000 euros anuales, para gestionar un municipio de apenas 6.000 vecinos.

Yebes o Loranca de Tajuña, donde el alcalde cobrará en proporción más que municipios que triplican su número de habitantes, ponían la guinda a una tarta que era finalmente coronada por el “Ayunta-INEM-to” de Azuqueca de Henares, con ¡¡¡doce liberados!!! , o lo que es lo mismo, más de 400.000 euros al año en sueldos políticos (Seguridad Social aparte), amén de auxiliares de confianza, asignaciones a grupos políticos, etc, etc.

Por ello, estos políticos no podrán justificarse nunca con la frase del malogrado Cabral, con la que abríamos esta sección: mira que es malo trabajar que nos tienen que pagar por ello.

VALDENEBRO

Desde luego, con estas mimbres las promesas de austeridad de Cospedal en la Junta se quedan en nada, si luego en los Ayuntamientos no siguen su ejemplo.

Por ello, es de justicia reconocer, que en Villanueva de la Torre, tras el escándalo provocado por la desmesurada subida de sueldo de la alcaldesa, la propia Valdenebro rectificó, dio marcha atrás, escribió una carta a los vecinos pidiendo disculpas por su error y prometió que anulará el acuerdo plenario de su subida salarial para rebajarla a los niveles previos al 22 de mayo, tal y como estimábamos que era lo correcto en esta misma columna el pasado 29 de junio.

Siempre es gratificante ver a un político rectificar y pedir disculpas, ya que lo normal es sostenella y no enmedalla, por lo que Valdenebro vuelve a tener disponibles los puntos de su carné de confianza para conducir los designios villanovenses los próximos cuatro años (siempre y cuando deje de repetir, por incierta, esa coletilla de que ha renunciado al sueldo de alcaldesa para ser diputada: no ha renunciado al de alcaldesa, ha elegido el de diputada, pues la ley prohíbe dos sueldos públicos). De su actuación a partir de ahora dependerá que el pueblo, siempre soberano, le mantenga esos puntos en el carné o se los retire y la mande de nuevo a la autoescuela de la oposición.

De lo que estoy seguro es que el camino de las disculpas públicas abierto por Valdenebro no lo va a seguir ninguno de sus colegas en otros ayuntamientos e instituciones, y los desorbitados salarios de nuestros representantes públicos van a seguir siendo una carga inasumible para un país que cada día se desangra pagando los intereses de la deuda externa mientras la casta política no renuncia a sus privilegios. Para eso están los funcionarios y los jubilados, para bajarles el sueldo o congelarles la pensión.
HERRERO Y GUARINOS

Otro nombre que se suma al tsunami de cambios producidos en las últimas semanas en la política alcarreña es el de Porfirio Herrero, designado nuevo superdelegado de la Junta en Guadalajara por Cospedal.

Es cierto que al bueno de Herrero no lo incluí en ninguna de las quinielas para este cargo, y me ha costado algún café que otro. Pero no porque no desconfiara de su capacidad de trabajo o gestión política de las diferentes delegaciones que ahora quedan únicamente a su cargo, sino porque lo veía más en Toledo trabajando para el grupo parlamentario popular, dada su grandísima experiencia y buen hacer en este campo, por lo que para Guadalajara preveíamos alguien con un perfil más político para evitar fugas de información e insubordinaciones.

Y, sobre todo, para acabar con esa “casta cerrada” que está constituida por los secretarios provinciales, jefes de servicio y asesores, que nombrados por el anterior ejecutivo socialista por ser amigos del delegado de turno, le sobrevivieron en el cargo y bien por oportunismo, bien por asentir y cumplir órdenes fielmente han logrado mantenerse, durante años e incluso décadas, en el puesto.

Ahora, con la nueva estructura periférica, donde los secretarios provinciales y jefes de servicio asumirán mayores cuotas de poder, veremos lo que popularmente se conoce como “cambio de chaqueta” y cómo apelando a sus cualidades técnicas que no políticas, tratarán de mantenerse en el cargo, algo que Porfirio deberá controlar y tratar de cambiar desde el primer día si no quiere que su labor de gestión sea torpedeada políticamente desde dentro de las propias delegaciones.

Y mientras Herrero se encargará de la parte técnica y administrativa del Gobierno regional en Guadalajara, el otro nuevo cargo llegado a la más alta institución provincial, la Diputación, Ana Guarinos, tendrá el control sobre el partido, los alcaldes y los concejales del PP de los más de 200 municipios alcarreños. Y claro, el delegado de la Junta no podía tener nunca el altísimo perfil político que posee la nueva presidenta de la Diputación, para evitar roces. Por ello, la figura adecuada para no interferir en la labor política de Guarinos es la de Herrero. Cospedal no da nunca puntada sin hilo, y aquí lo ha vuelto a demostrar una vez más.

Todo ello con la vista puesta en el próximo Congreso alcarreño, para el que Cospedal está preparando con mimo a Guarinos a fin de relevar a Román al frente de la presidencia provincial del partido. Y qué lugar mejor que desde la Diputación Provincial para empezar a atar en corto a sus huestes.

PÉREZ LEÓN Y MUÑOZ DE PEDRO

Mientras, en la otra acera, se lamen las heridas provocadas por el terremoto del 22 de mayo y empiezan los movimientos, incluso las insubordinaciones. Pérez León, que ya ha tenido que escuchar directísimas críticas a su labor, realizadas en los propios órganos internos del partido por sus otrora fieles, no tiene siquiera asegurada su elección como cabeza de lista para las próximas elecciones generales, como ha sido tradición en los últimos tiempos con los que han de retirarse dignamente de sus cargos de responsabilidad en el partido socialista alcarreño tras no haber cumplido sus expectativas de voto (García Breva, Irízar o Alique, entre otros), por lo que tendrá que pelearse duramente incluso su candidatura al Senado, llegado el caso.

Aunque algunos de estos militantes ya se han pronunciado en estos órganos internos del partido, la mayoría prefiere callar y trabajar en la sombra para ir laminando el poder de Pérez León y buscar una alternativa. Ya se habla de gente emergente como Pablo Bellido o Elena de la Cruz, aunque con avales diferentes: a uno lo avalan sus triunfos electorales y a la segunda el dedo oficialista de la aun dirección provincial, con Pérez León y Valerio a la cabeza.

Pero lo importante no está ahí, sino en la figura de Araceli Muñoz de Pedro que, defenestrada en las Primarias para elegir el candidato socialista a la Alcaldía el 22 de mayo, con un aparato que puso todo de su parte para designar a Magdalena Valerio, es la única que ha salido inmaculada de esta debacle electoral y la única que, currículum aparte, tiene algo de ascendencia sobre numerosos socialistas de esta provincia, que la acompañarían en su aventura de regenerar el partido a partir del congreso de 2012.

LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA Y LOS PROFESIONALES “CUALIFICADOS”

No quiero terminar sin referirme a otro sector profesional que se ha visto afectado por el terremoto electoral del 22 de mayo en Guadalajara. Estoy hablando de los periodistas.

A raíz de la pérdida de votos, y por tanto de escaños, de poder, de subvenciones y de cuotas de personal de confianza liberado, el partido socialista (mayoritariamente, aunque hay casos de ayuntamientos perdidos por el PP o la propia IU), ha tenido que prescindir de buen número de contratados, entre ellos, bastantes periodistas.

No siempre, porque en Sigüenza el excelente profesional Javier Bravo, que antes prestaba sus servicios para Francisco Domingo (PSOE), lo seguirá haciendo para José Manuel Latre (PP). Es lo que tiene hacer una buena labor profesional, alejada de los dogmas y del sectarismo político que a veces exhiben sin pudor algunos responsables de prensa.

Pero en la mayoría de lugares, el cese o el cambio de periodista o agencia de comunicación que desde ahora llevará las tareas de prensa ha sido inmediato.

Y la Asociación de la Prensa de Guadalajara, entidad a la que respeto, como no podía ser de otra forma, pero de la que no formo parte de forma voluntaria aun teniendo derecho a ello por mi titulación universitaria en Ciencias de la Información de hace más de veinte años, ha emitido un comunicado un tanto llamativo.

Dice la Junta Directiva de esta asociación que en las últimas semanas se han perdido muchos puestos de trabajo de periodistas destinados en medios de comunicación, grupos políticos y administraciones públicas.

A continuación señala que a la vez que se destruyen puestos de trabajo de periodistas, “en algunos casos sean personas no cualificadas quienes estén desarrollando las labores de comunicación”.

“Por ello”, sigue el comunicado, “la Junta Directiva de la APG quiere hacer un llamamiento de responsabilidad y coherencia a las instituciones, partidos políticos y, en especial, a los ayuntamientos que han contratado o tienen intención de contratar personal para hacerse cargo de los gabinetes de prensa y pide que sean licenciados en Ciencias de la Información y, por tanto, profesionales debidamente capacitados”.

Me extraña muchísimo esta nota, por su carácter abiertamente sectario, excluyente y corporativo. Voy a pasar por alto la incongruencia que plantea al pedir que los periodistas que trabajaban para grupos políticos municipales que han perdido las elecciones, deban ser contratados por los grupos políticos contrarios que las han ganado.

En la provincia se da el caso de periodistas que más que labor periodística hacían labores de asesoramiento político personalizado a sus representados. Por ello, sería difícil entender que Guarinos, por poner un ejemplo, mantuviera en su puesto al jefe de gabinete de Pérez León. Nunca escuché a la Asociación de la Prensa hace cuatro años decir nada de los nombramientos de periodistas en cargos de asesoramiento en instituciones gobernadas por el PSOE, pero sí emiten un comunicado ahora pidiendo al PP que recoloque a los periodistas despedidos de los puestos de confianza que desarrollaban junto a cargos socialistas.

Independientemente de que mi relación con estos periodistas sea cordial y respetuosa, entiendo perfectamente que los nuevos responsables políticos quieran a su lado personal de su confianza, al igual que el partido socialista se rodeó de fieles mientras gobernó.

Pero lo que no voy a pasar por alto es la expresión “licenciados en Ciencias de la Información y, por tanto, profesionales debidamente capacitados”. Podría recordar aquí nombres que en los últimos años han desempeñado cargos de responsabilidad periodística en instituciones locales y provinciales sin ser licenciados en Ciencias de la Información, y no recuerdo a la APG pidiendo su cese.

Además, la coletilla de “profesionales debidamente capacitados” me chirría bastante. ¿Concede el título de Ciencias de la Información la capacitación y cualificación suficiente para ejercer la profesión de periodista? ¿Sabe alguien que Francisco Umbral, uno de los mejores periodistas del siglo XX no estudió Periodismo? ¿Dudaría alguien de la carrera periodística de Luis María Ansón, que ya era periodista antes de estudiar en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid? ¿No era el gran Miguel Delibes, maestro de periodistas, un catedrático de Derecho Mercantil y estudiante de Bellas Artes, por lo que su primer trabajo en el Norte de Castilla, periódico que luego dirigió, fue el de caricaturista? ¿Y qué decir de la inconmensurable carrera periodística del gran vasco-alcarreño Manu Leguineche, Premio Nacional de Periodismo, que había recorrido medio mundo como corresponsal de guerra sin tener la graduación de Periodismo, título que no obtuvo hasta los 30 años…? ¿Hasta ese momento no estaba capacitado el bueno de Manu para ejercer la profesión…?

Con lo del periodismo ocurre lo mismo que con la literatura. ¿Hay que estudiar una carrera para ser buen periodista…? ¿Existe alguna universidad que expida títulos de “escritor”?

Y es por todo ello que lamento discrepar con mis colegas de la Asociación de la Prensa de Guadalajara. ¿Quién ha otorgado a la junta directiva de la APG autoridad moral e intelectual para expedir carnés de capacitación y cualificación profesional? Iré más allá: ¿Está menos capacitado un licenciado en Filología Hispánica, o un sociólogo, o un economista, o un abogado, que un licenciado en Ciencias de la Información para dirigir un periódico, radio, televisión o gabinete de comunicación? La respuesta es “depende”.

Depende de la formación intelectual y profesional de unos y otros. Y al igual que hay licenciados en Ciencias de la Información que no pasarían una prueba de redacción periodística ni en un periódico local, faltas de ortografía incluidas, en esta provincia ha habido desde maestros de primaria a comerciales de publicidad que han dirigido medios de comunicación de forma exitosa y sin que nadie les haya pedido nunca el título de licenciado en Periodismo.

No se preocupe la APG, que las instituciones que contraten gente no capacitada para el ejercicio de la profesión periodística, sean o no licenciados en Ciencias de la Información, serán las únicas responsables de la pésima imagen que se dé de las mismas y tarde o temprano caerán en la cuenta de que o cambian de asesor o los votantes los cambian a ellos.

Entiendo que más debería preocuparle a la APG el uso clientelista y sectario que algunos periodistas “supuestamente” capacitados y cualificados para el cargo han hecho desde sus puestos de responsabilidad en administraciones públicas o financieras para vetar y tratar de asfixiar a algunos medios independientes con instrucciones claras y tajantes para que no se inserten en ellos anuncios, mientras otros medios, con muchísimos menos lectores u oyentes, pero siempre atentos a las consignas políticas que llegan desde las diversas atalayas del Poder, han recibido cuantiosos contratos. ¿Es ese el tipo de periodista capacitado y cualificado que busca la APG?

Al inicio de este último epígrafe decía que siento respeto por la APG como asociación, pero tengo que concluir diciendo que el último comunicado emitido por su junta directiva es erróneo, adolece de mesura y está teledirigido por intereses personales.

Borrado por su Autor.

+ Otro punto por ser imparcial.... y -1 punto por fallo garrafal en redacción:

Se dice "Statu Quo" (//es.wikipedia.org/wiki/Statu_quo).

"Status Quo" es lo siguiente :


Salu2 a to2