La Rambla - Cordoba

Una vez que se ha sacudido el estigma de las atrocidades del nazismo vuelve a decirle a Europa que aquí están ellos
Es preferible pensar que algunas de las afirmaciones que se hacen últimamente en Alemania son producto de una confrontación electoral en ciernes. También para los germanos, como ocurre con los hispanos, el desarrollo de una campaña electoral supone echar leña al fuego de las pasiones electorales. Me refiero a ciertas propuestas que, como el «España nos roba» que han difundido por Cataluña ciertas formaciones políticas, han calado entre los alemanes. Allí la expresión vendría a ser nosotros trabajamos para que los vagos del Sur -se entiende el sur de Europa (curiosamente las referencias negativas, por lo general, son dardos disparados contra las gentes del Sur)- se rasquen la panza a costa de nuestro esfuerzo. Si esa cantinela puede sonar a tópico y es el soniquete que se repite, para consumo interno en una precampaña electoral, no lo es que ciertas afirmaciones dejadas caer como meras posibilidades por políticos alemanes con mando en plaza, acaben por convertirse en decisiones que nos afectan a todos. Ocurre con el control a los bancos europeos de los que quedaron exoneradas las cajas germanas, ocurre con ciertos intentos de armonización frenados por Alemania y cuyas fechas han sido marcadas desde Berlín, ocurre con los criterios de control del déficit que son dictados desde las terminales del poder alemán, ocurre incluso con la propia actuación del Banco Central Europeo cuando ha manifestado ciertas posiciones en relación con la deuda pública de los países del Sur -principalmente Italia y España-, diferente a la postura de Alemania, que ha terminado por imponer su criterio. Incluso ese déficit público, considerado hoy un gravísimo problema, era una minucia cuando hace una década los indisciplinados sureños lo cumplían a rajatabla, mientras los disciplinados alemanes lo habían desbordado muy por encima de los límites permitidos. Entonces nadie dijo esta boca es mía. En definitiva, hace tiempo que Alemania, una vez que se ha sacudido el estigma de las atrocidades del nazismo ligadas a la Segunda Guerra Mundial, vuelven a decirle a Europa que aquí están ellos.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfang Schäuble ha dicho, a propósito de la fórmula del rescate a Chipre, que puede aplicarse en otros países -otros países son los del Sur de Europa- que se encuentren en situación de dificultad. Más recientemente, solventes economistas alemanes, ligados tanto a los socialdemócratas como a los democristianos, han puesto el punto de mira, convirtiéndolas en pieza importante del debate electoral, las posesiones inmobiliarias de los ricos del Sur. Han venido a decir, más impuestos en ese terreno, si sus países necesitan ser rescatados. En definitiva, apuntan decisiones sobre nuestros ahorros y sobre nuestras propiedades, sobre pilares de nuestra economía. Es inquietante que tales proposiciones acaben convirtiéndose en normas de obligado cumplimiento. Como llegará el fin de la austeridad porque conviene a su industria, que empieza a resentirse de que no le compremos españoles e italianos. Todo ello es tan inquietante como el hecho de que su deseo de dominar a Europa que por dos veces fracasó el pasado siglo, cuando lo intentaron por la vía militar, pueda buscar ahora nuevas fórmulas menos violentas y más eficaces.
¿Va a resultar profética la advertencia de la recientemente fallecida Margaret Tatcher sobre que la reunificación de Alemania era una amenaza para toda Europa?

que bien te espresas cohiba,jejejejjejjeee perece tu comentario como si ya lo fuese leido en un periodico jejejejejejee,que manera de espresarte criatura.