Aguilar de la Frontera - Cordoba

TODOS CONTRA EL PENSIONAZO

La edad de jubilación legal, que el Gobierno planea alargar a los 67 años, se sitúa en los 65 desde hace más de nueve décadas, ya que no ha variado desde que se implantó en 1919.

Zapatero, el presidente socialista al servicio del capitalismo, ha decidido recortar las pensiones retrasando la edad de jubilación y aumentando los tiempos de cotización para baremar las prestaciones. Nosotros decimos que alargar la edad de jubilación es ir contra un derecho adquirido por la clase trabajadora.

Cobrar una pensión tras haber cotizado durante toda una vida de trabajo con el horizonte de jubilación a los 65 años, es un derecho; no una gracia del Gobierno de turno.

Que el anuncio del pensionazo se haya producido no en Toledo (ciudad en la que se firmó el pacto sobre pensiones entre los partidos, los sindicatos y la patronal), sino en Davos, la localidad suiza en la que los gurús del capital examinan a los políticos, es todo un símbolo. Y una evidencia, una más, del insoportable grado de sumisión a los intereses del capitalismo global que caracteriza al gobierno de Rodríguez Zapatero y a sus sindicatos subvencionados que solo se han limitado a unas 'responsables' notas de protesta.

La medida anunciada deja con el culo al aire a un Gobierno que hasta hace dos días afirmaba que la solución a la crisis no iba a pasar por recortar derechos sociales.

Por lo demás, es un sarcasmo que quien anuncia que tiene intención de alargar en dos años la edad de jubilación -hasta los 67 años- sea el mismo que tuvo la ocurrencia de jubilar a los 52 años y con el 92 por ciento del sueldo a miles de trabajadores de RTVE y contempló con pánfila indiferencia las prejubilaciones en edades similares de cientos de empleados de los grandes bancos o de Telefónica. El pensionazo es la última perla de una forma de gobernar ajena a la exigible coherencia de las decisiones que afectan al común.

Mientras miles de jóvenes y mayores de 45 años permanecen a la fuerza fuera del mercado de trabajo, en paro y sin poder cotizar, se nos dice que la "pirámide de la población" ha envejecido y hay que compensar los efectos de la curva demográfica... pero no se habla de generar empleo para los 4 millones de parados; se habla de castigar a una pena suplementaria de "trabajos forzados" a quienes aún mantienen su empleo. Subordinar la edad de jubilación, a un simple cálculo estadístico, es perverso y antinatural. La jubilación a los 65 es una conquista social, que hace honor a la dignidad del trabajador, que no debe perderse.