Puebla de Don Rodrigo - Ciudad Real

Recuerdo cuando en verano y eramos pequeños nos obligaban a dormir la siesta, era pesadísimo, queríamos siempre estar jugando pero las madres salían y nos recogían para dentro, (no veís que canta la chicharra y os vaís a asfixiar de calor, eso decían). Luego en la adolescencia queríamos saltarnos la siesta para irnos con los amigos al río. Ahora en cambio la siesta es uno de los mayores placeres.

Antes escribiamos cartas, si a nuestras madres no les parecía bien según con quien nos cartearamos poníamos nombres falsos, y siempre esperabamos ver una carta en el buzón (eso también era un pequeño placer) recibir cartas de nuestros amigos. Aunque ahora con el internet la comunicación es más fácil y rápida, pero echo de menos esas cartas personalizadas (de las cuales guardo todas, ya que me carteaba con bastante gente del pueblo).

¿No os pasa lo mismo?


Un saludo: Ana

Pués sí; yo la recuerdo con todo el cariño en la caamara de mis abuelos,con todos los primos desparramados en el suelo encima de la manta (los más rápidos en las camas )pero todos en la misma habitación para poder hablar y reir ;pero cuando "la tia Cristina" ,mi abuela , decia "no quiero escuchar ni una mosca,como tenga que subir otra vez alguno se lleva un alpargatazo"...era la única manera de callarnos un poco y hoy en dia nos encanta eso de ¡media hora por lo menos,por favor!.

Yo también guardo todas las cartas ,si las leyeran muchos de los hijos que ahora sus padres se quejan ,a más de uno le daria un pasmo de lo que escribian con su misma edad...como yo no tengo hijos por ésta me salvo.Ahora ni siquiera en Navidad mándamos postales con los sms tenemos suficiente.

Ana ya te queda menos.Un besazo para todos.Macu

Yo recuerdo con especial emoción, encontrar una carta en mi buzón. Nuestra pandilla nos carteabamos durante todo el año y era precioso estar en contacto. Recuerdo con especial cariño las cartas entre Maribel y yo ..... que tiempos .... una vez le envie una carta de 5 folios y tuvo que pagar al cartero mas dinero porque se pasaba de peso jajajajajaja.
Tengo todas las cartas desde el año 81 guardadas en una caja de zapatos y de vez en cuando las leo.
Un saludo. Eva.

Yo las tengo guardadas en una caja especial, y miraré para ver si hay alguna tuya Eva, porque en aquella época me carteaba con bastante gente de Madrid.

Pues sí Macu ya me queda menos para ir, el sábado a estas horas ya estaré por zona manchega. Necesito ir al pueblo ya que el año lo acabé bastante mal y necesito reponerme del mal trago que pasé. Y para mí ese aire que respiraís es como una dosis de vitaminas. Porque aunque nací en Barcelona fui concebida en la Puebla, ya que cuando mis padres se vinieron a vivir a Barcelona por el año 70 los que viajaron no eran dos sino tres. Me imagino que debió ser duro para ellos jóvenes con una mano delante y otra detrás sin trabajo, pasar de un pueblo a una ciudad tan grande, pero estoy super orgullosa de MIS PADRES de lo que han conseguido con esfuerzo (no como nosotras que nos lo han dado todo y somos lo que somos por ellos), de la educación que nos han dado y todo su apoyo en todos los momentos. Se debería tener una deferencia con la gente que marcho del pueblo por el gran sacrificio que se hizo, y tambien por la gente que quedo en el pueblo porque lo han sacado adelante. Y aunque estamos aquí en Barcelona siempre tenemos en la boca la siguiente frase: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre me acuerdo........".

Un saludo: Ana

HOLA ANA.- Soy José Antonio.

Me conmueve espiritualmente tu recuerdo y el agradecimiento que dedicas a tus padres por sus dificilísimos principios cuando en su juventud, sin más recursos que su propio esfuerzo, tuvieron que dejar nuestro pueblecito para ganarse la vida en parajes tan distantes como en aquellos momentos era Barcelona. Te honra y llena de nobleza el que te sientas orgullosa de ellos. Gracias en nombre de tus padres y de tantos otros poblenses de aquellas generaciones que desde el calorcillo de nuestras familias y nuestro pequeño mundo del pueblo, saltamos a la gran ciudad. Muchos, por primera vez, nos vimos dentro del traqueteo de aquellos trenes de locomotoras de carbón, con asientos de madera, con nuestra pequeña maleta de loneta al lado, respirando humo y carbonilla y camino de Madrid o Barcelona. No podéis imaginar el sentimiento de angustia que se despertaba en nuestro pecho... Dejábamos atrás todo nuestro pequeño mundo. Yo, asomado por una ventanilla, veía como mi padre, que estaba en el andén, se iba alejando. Bueno, lo dejé de ver enseguida por que las lágrimas que salían de mis ojos no me dejaban ver.
Me senté junto a mi pequeña maleta, enfrente de la "TÍA LUISA" y ella me dijo; ¡Vamos, José Antonio, límpiate las lágrimas que seguro son por la carbonilla! Yo, disimulando como podía, le dije que si. Pero la verdad es que nada tenía que ver la carbonilla. Las lágrimas salían del alma.
"La tía Luisa" era un familiar lejano de mi padre. Ella se marchó a servir a Madrid, cuando era moza y ahora, con unos 50 años, estaba casada con un asturiano que llegó a Madrid de sereno. Los dos habían mejorado su posición social en la capital y habían conseguido un cierto bienestar. Regentaban la portería de un edificio de clase alta, en la Calle Guzmán el Bueno, y para mis padres y la gente del pueblo, eran como muy importantes. Una vez al año venían al pueblo y era un acontecimiento: Sus modales refinados, sus zapatos y hasta corbata que llevaba él. Por eso mis padres les pidieron el favor de que pudiera yo acompañarles a Madrid y de que ellos me buscaron, en una casa particular, un alojamiento, mientras yo me buscaba la vida o hacía estudios por mi cuenta... Yo tenía 18 años, 375,00 pesetas y mi pequeña maleta de loneta, bastante gastada y atada en el centro con una correilla, por que no le funcionaban los cierres. La correilla me la hizo el zapatero, que llamábamos el Cojo, frente al tío Avilio.
Imagino que es conocido de todos que, en aquellos tiempos, a todos los familiares, más o menos cercanos, o sin se ser familiares se les aplicaba el adjetivo de; la tía Antonia, la tía Luisa, el tío Miguel, etc. So lo decíamos como signo de proximidad y aprecio.
Ya no os canso más, por ahora. Solo que en aquel inicio de mi aventura, al principio, todo me parecía muy grande: Grande el tren, largo el viaje y no quiero deciros nada de lo que me pareció Madrid. A nadie se lo dije, pero pensé: “¡Que grande es este pueblo!”. Muchos años después, viviendo aquí en Palma, mi sobrino Israel, con 6 ó 7 añitos, vino a pasar una temporada, y cuando vio el mar dijo espontáneamente; ¡Que Guadiana más agrande…! (Me recordó lo que yo pensé de Madrid……)
Este inicio de mi aventura lo ofrezco a todos vosotros pero con un cariñoso recuerdo para aquellas generaciones que lo vivimos, y ahora lo recordamos, sin malestar, sin acritud, sin quejas, con nostalgia y con un pelín de orgullo que nos hacéis sentir los buenos hijos al apreciar y querernos como somos y como fuimos.

Un abrazo.

Hola Jose Antonio, pues así es.
Además ha habido otra persona en mi vida de la cual también me he sentido muy orgullosa, para mí fue una segunda madre y es mi abuela Luciana, aunque hace años que murió la echo muchísimo de menos, siempre me acuerdo de ella. Me hubiera gustado contarle muchas cosas, era una persona muy alegre y dicharachera, fue una mujer que desde pequeña tuvo que luchar mucho. He tenido la suerte que mis abuelos pasaban grandes temporadas en Barcelona (lo típico cuando empezaba a hacer frío en el pueblo se venían aquí) y vivían con nosotros hasta que mi abuela enfermó y ya no pudo ir al pueblo. Es curioso antes vivíamos en un piso abuelos, padres e hijos y ahora parece que nos molesta todo, y esa convivencia lo único que hacía era enriquecernos con sus más y sus menos. Si ibamos de vacaciones en un coche pequeño eramos 6, ahora los coches son grandes y no queremos llevar a nadie. Con el tiempo nos volvemos egoístas. Pero de esto te das cuenta si miras para atrás.

Un saludo: ANA

¡Hola Ana!, hija de Anita y sobrina Isidro, vedo que tú a pesar de ser más joven que yo, reconoces los esfuerzos de los padres y lo valientes que fueron para emigrar a una tierra tan distinta como la nuestra, con la incertidumbre de no saber con que te vas encontrar, si tendrás trabajo, vivienda etc.
Tus padres se fueron jovenes pero imaginate un matrimonio de 40 años, tres hijos pequeños y con la unica especialización profesional de saber manejar una azada, un arado, un calabuezo o conducir...... un burro.
Bueno yo también conocí a tu abuela Luciana y este verano he visto a tu abuelo "Perico", que está hecho un chaval...... ¿cuantos años tiene?,es posible que sea la persona de más de edad de todo el pueblo.
Dale recuerdos a tu madre que seguro sabe quien soy, ah! y a tu tio Isidro, mi colega de infancia, con Clemente y Tomás; todos vecinos del barrio.
Manolo B.B. de Valencia

Hola Manolo,no sé si te he visto alguna vez, pero de todas formas le daré recuerdos a mi madre de parte tuya y ya me dirá quien eres.
Mi abuelo Perico en junio hará 94 años, y la verdad es que está super-bien lo único es que oye poco, pero ya me gustaría llegar a mí a su edad y estar como esta él.
O sea que eras de la cuadrilla de mi tio Isidro ya se lo comentaré, ya que vivimos cerca y la verdad que con mi tio Isidro tengo muy buena relación ya que fuí su primera sobrina y hasta que no se casó estuvo viviendo en el piso con nosotros.
Respecto a las penurias que se pasó en aquellos tiempos como no lo voy a valorar, si yo en estos momentos me propone mi marido que le cambian de puesto de trabajo a otra ciudad lo pasaría fatal, (imaginate teniendo unos estudios, habiendo viajado a otros países, con las comunicaciones que hay hoy en día, es decir teniendo una experiencia y unos conocimientos más amplios que los que tenían mis padres y asegurandonos un trabajo en otro sitio) y no sería capaz de dejar el lugar donde vivo ni la cercanía de los seres más queridos. Por lo tanto "CHAPEAU" para todos los que lo hicieron.
Bueno, ya me quedan tres días para ir al pueblo y tengo unas mariposas en el estómago incontrolables.

Un saludo: Ana

LA PAZ CON VOSOTROS!!

HOY PUEDE SER UN GRAN DIA!!

VERAS COMO VIENE ALGUNO Y LO JODE !!!

claro tu lo joderas como siempre tu eres el que te escondes para insultar

te bamos ha echar ha los tiburones hayi en malaga
VILLANO

Valla, el humo de la jara que prendi esta mañana, ha hecho salir de entre la leña, un par de RATAS bien escondidas Y bien definidas en el CODIGO ETICO DEL FORO, Este LINCE en peligro de extinción, mata a las
RATAS como un solo perdigón, estamos en crisis y hay que ahorrar munición! Ademas no llegaré a los TIBURONES, pues la mayoria de esos animalitos, solo carroña comen, y gran blancos por esta costa no existen! Solo MEDUSAS que como estas RATAS las hay por todos los lados
solo que vosotros no teneis mas lejos del MAR!
Asi que en la proxima, identificaros, si sois la RATA N.-1 o
LA RATA n.-2

ESOS MALDITOS ROEDORES, LO DESTROZAN TODO! Asi les va, o les irá!
ya he perdido bastante tiempo, en hablar con quien no entiende ná!

Hola de nuevo, ya estoy aquí después de una semana de vacaciones en el pueblo, la verdad es que me ha encantado, allí como dicen los mayores se te van todos los males (y es cierto), eso sí este año he encontrado el campo y el monte un poco más seco que en años anteriores. Pero estaba bonito, y me traigo el recuerdo de ese olor a jara, tomillo y romero.
Manolo B.B el viernes estuve con tu prima Maria Isabel en la nave que tienen, viendo como ordeñaban a las ovejas, y me estuvo enseñando el funcionamiento de todo aquello (porque claro para los que somos de ciudad y no nos hemos criado en el campo todo eso es un mundo diferente). Y se nota que su marido Jesús disfruta con aquello. La verdad es que nos liamos a hablar y se nos hizo las tantas. Porque has de saber que cuando eramos niñas y jovencitas jugabamos y salíamos juntas los veranos.
La verdad que se hace tan diferente el camino de ida (vas supercontenta, todo lo ves bien, optimismo) al camino de vuelta (es tristeza, dos días antes de irme ya siento nostalgia y eso hace que no lo disfrute como debiera).
A veces mi marido me comenta que puede pedir el traslado a Ciudad Real ya que trabaja en un banco y se lo podrían dar. Pero también creo que no me adaptaría a vivir allí a pesar de que me guste mucho, porque como dicen mis padres una cosa es ir unos días y de vaciones y otra estar todo el año.
Pero la verdad es que tenemos un pueblo con un paisaje excepcional y que debemos cuidarlo, y con una gastronomia muy rica.


Un saludo: Ana

Hola Ana! que envidia me das de ese vaje a La Puebla en estas fechas, yo normalmente solo voy en agosto, un paisaje totalmente distinto.
Yo tambien tenia un viaje previsto a Barcelona, a pasar unos dias con mis otras primas Angela y Rosario, pero en el ultimo momento ho ha posido ser.
Haz caso a los consejos de tu madre, pues los inviernos son largos y duros en C.Real
Yo tambien trabajo en una Caja y una vez soñé que abrian una sucursal en La Pebla y me destinaban allí, luego desperté y todo se esfumó.
Un saludo, Manolo BB

Hablando de los recuerdos de ayer y vivencias de hoy...debo felicitar a los jóvenes del pueblo. No han cometido las mismas atracidades que cometiamos entoncés. Por lo que he visto se han dedicado a cortar las ramas de los árboles,el recuerdo que tengo del "ayer" es que nos traíamos el árbol entero!! LES FELICITO.

hoy dia de san isidro,que recuerdos cuando tiraban los cohetes para des pertarnos y epezabamos a preparar las cosas para ir a nuestra pizarrilla,con nuestros cordero y nuestro chivo,con nuestra repetibas cevezas y porsupuesto los cubatas,pasabamos todo al dia en el campo jugando al futbol y paseando viendo a las cuadrillas de amigos que habia por toda la pizarrilla, cada unos con sus amigos intimos y con sus familiares que bonitos recuerdo.saludos

Nosotras nos hemos quedado con ganas de conocer este año el ambiente de la pizarrilla en San ISIDRO ya que siempre vamos en el puente de Mayo (los mayos) al igual que la fiesta de Santa Quiteria que tampoco la conocemos. La verdad es que vamos muy poquito pese a que cuando eramos pequeñas pasabamos en el pueblo siempre unos días en Agosto.

A ver si un año podemos conocer también estas fiestas !!!!

PD: ¡¡¡A ver si abren ya alguna discoteca que no hay marcha!!!!!

PARA NUESTRO PUEBLO Y SUS ROSAS de valleloshuertos

Sentados en los viejos pretiles del puente, a la sombra de los álamos; hasta ellos llegaba el olor de la hierba buena. El arroyo; limpísimo, corría debajo del puentecillo. Este arroyuelo, el Arroyo Grande, se abría camino por el Valle de los Huertos, entre zarzales, mimbres, nogales, melocotoneros, manzanos e higueras. Discurría entre huertos desde la vieja presa, más arriba de Las Cuevas, hasta pasado el pueblo, más abajo del cementerio viejo, donde se le unía al arroyo del Rosal, para juntos, llegar a la Boca del del Arroyo. Por todo su recorrido, a ambos lado del arroyo, perfectamente ordenados y cultivados, estaban la mayor parte de los huertos del pueblo. La despensa de frutas y verduras de nuestros abuelos. Por doquier, en cualquier momento, podían verse los campesino/as inclinados sobre sus cultivos con sus azadas; ellos con sus viejos sombreros, un chaleco y en mangas de camisa, bien bajadas para protegerse del sol y ellas con las sayas bien ceñidas y sus pachuelos negros bien sujetos cubriendo su cabeza.

El puentecillo solía ser el punto más alejado, para pasear, al que osaban llegar algunas parejas enamoradizas por las tardes. Por supuesto antes de anochecer. La carretera resultaba amistosa pero intransitable: Pedregosa y polvorienta, con más vocación de camino de carros y de caballerías que de carretera propiamente dicha. De hecho, rara vez se veía pasar algún traqueteante vehiculo de motor (que , con toda seguridad, había equivocado su camino al entender que aquella era la General de Badajoz a Valencia). Por el contrario, si era constante el movimiento de carretas tiradas por la yunta de vacas (de mulas había muy pocas) y, por supuesto, nuestros paisanos; “el tío Honorio”, “el tío Juan”, “el Nazario”, el Seis dedos”, “el Marcelo”, etc. Cada uno de ellos subido en su burro, que venía, bien equipado con su albarda y las aguaderas de esparto, camino del pueblo. Las aguaderas, cubiertas con hojas de higuera u otros ramajes, repletas de los frutos de aquellos huertecillos; pepinos, tomates, berenjenas, judías, etc., según la época. No faltaba, entre esas verduras, alguna rica golosina que resultaba una delicia depara los niños (algunas uvas, melocotones, abridores, higos o alguna manzana). Los chavaletes, afanosamente registraban luego las aguaderas para ver que traía el abuelo o el padre desde el huerto. Otras veces, las caballerías, en su camino del pueblo hacia los huertos, iban cargadas con el socorrido y áspero serón transportando el estiércol para abonar las hortalizas y los frutales.

Como decía, el puentecillo era el final del paseo para las parejas y, allí, ese día, a la sombra de los álamos, a la caída de la tarde, oyendo el canturreo del arroyo y de los torzales, se respiraba la brisa que bajaba del valle con olores a la vegetación de los huertos y tierra recién regada.

Era el principio del verano, y esta vez en los pretiles del puente no había una pareja de enamorados. Había dos mocitas preciosas. Las dos más guapas del pueblo. Dos divinos capullos de rosa que acompañaban a un tímido, azorado y atolondrado joven cegado entre la gloria y el cielo que estaban a su lado. Dulzuras y ternuras inmerecidas y añoradas en la distancia de los tiempos, pero que de forma indeleble han quedado grabadas eternamente en el alma.

UN ABRAZO

Preciosa tu descripción de esa parte tan bonita de nuestro pueblo , qué maravilla poder entrar y leer estos mensajes . Gracias por conseguir que nos evadamos aunque sólo sea un poquito de nuestras rutinas diarias . Un saludo

Que maravilla esto es una pagina bonita seguir asi y no contando tonterias de cuando hace 20 años se cayo la plaza y de quien fue el culpable.Gracias a ti J.Antonio Lucio lo bien que escribes podemos salir un rato del estress y la rutina.Felicidades y un saludo a todos.

AH!SE ME OLVIDABA UN BESO MUY GRANDE PARA MACU SABES QUE ERES MUY TREMENDA Y OTRO PARA TI EVA DALE MUCHOS RECUERDOS A TU MADRE Y A TIA LOLA.

Vamos a ver no quiero estropear esta página que estoy de acuerdo contigo que es muy bonita, pero como me siento aludido pues te contesto.
- Yo fuí la persona que relató que yo me encontraba con mi pandilla y bueno por unas circunstancias o por otras la plaza se cayó, pero lo conté como mera anépdota, no pensé que el tema se fuera a desbordar de esa manera.
- Nó me parece bien que trates de tontería que ocurriera una desgracia de esa manera pues gracias a dios no pasó nada pero pudo ser una tragedia y estás tratando el tema como el que critica que hace 20 años no nos gustaron los músicos que vinieron a tocar a la verbena.

Me parece bien que se dejen a un lado cosas que ya han pasado y que se habrán tomado sus medidas en su momento y disfrutemos de un foro divertido y entretenido, sin malos royos, pero eso de tonterías en un tema tan serio no creo que debas decirlo.

perdona no lo he dicho con esa intencion yo como bien sabes la manera de espresarme no ha estado bien disculpame por que da la casualidad que claro que ppudo ser una desgracia para mi la primera por que me encontraba abajo haciendo pis cuando las tablas cayeron encima mio.pero bueno zanjaremos el tema yo no he querido ofender a nadie.un saludo.

Con afecto para los que aprecian, buscan y necesitan; sentimientos, afectos recuerdos, añoranzas y vivencias de nuestro pueblo y nuestro pasado.
No es necesario que diga vuestros nombres. Estáis ahí y es para vosotros: Para todos un buen fin de semana.

LASHABAS DEL TÍO JUAN

Como todas las noches, cuando llegaron Ñoño y su hermano el Chiquete, ya estaban esperando; Miguel –el del caminero-, Juanma –el de Paramio- y Fernandi –el sobrino de D. Román-. Esa noche no estaban en la pandilla, el Martinillo y su hermano Alejo.
Ñoño y el Chiquete vivían frente al ayuntamiento. Ñoño, con siete años, era el hermano mayor del Chiquete que, con tres años menos, siempre era su sombra. Parecía un chivillo pegado siempre a la cabra. El grupo de chavales eran asiduos a su reunión nocturna, en los escalones de la puerta de la iglesia, todas las noches.

Mientras los mayores, padres abuelos y vecinos, hacían lo propio, sentados en sillas bajas de junco, en la calle a la puerta de sus casas. Después de la cena disfrutaban del fresco, en esas preciosas noches de principio de verano y comentaban la marcha de la siega y las pequeñas noticias del lugar. Esas tertulias nocturnas de verano, bajo un cielo limpio, nítidamente estrellado y con el revoloteo continuo de los murciélagos, eran para todos, mayores y pequeños, el momento más agradable del día. Todos lo disfrutaban tanto que la velada se alargaba hasta que, vencidos por el cansancio y el sueño, el padre recordaba que había que madrugar al día siguiente para seguir con los quehaceres.

La tropa de los chavales, mientras tanto, estaban a lo suyo: Tumbados en los escalones de la Iglesia repasaban las travesuras del día; el baño en el Cas del Molino de abajo o en la Boca del Arroyo, se contaban viejas historias del pueblo oídas al abuelo, o se planificaban nuevas trastadas; como hacer tragar humo a algún pobre murciélago, ir a llamar a alguna casa y permanecer escandidos, o atreverse a ir a la puerta del cementerio.

La trastada de esa noche fue ir a robar habas: ¿De quien salio la idea?, no lo se, pero alguno comentó lo buenas que estaban las habas que tenía el tío Juan en su cerquilla. Y, conclusión; a los pocos minutos ya estaba tomada la decisión de ir a robar unas cuantas habas a la cerquilla del Tío Juan. El comando lo formaron; Ñoño, su hermano el chiquete y Fernando –el sobrino del médico-
La cerquilla del tío Juan estaba; pasadas las cuatro esquinas, bajando. Hoy calle General Mola Y llegaba hasta el arroyo. El cantero de habas estaba precisamente alineado junto al arroyo. Y, sin pensarlo más, los tres aventureros llegaron a la cerquilla y sigilosamente se camuflaron en los surcos entre las matas de las habas. Todo parecía funcionar bien, pero cuando empezaban a guardarse habas en las faltriqueras de los pantalones, un voz potente les dejo paralizados; ¡LADRONES…!. El tío Juan se les venía encima, lanzando, además, gruesas piedras, entre las matas de habas, para ahuyentar a los ladronzuelos. Muy cerca de la cabeza del Ñoño paso un buen pedrusco que, si llega a alcanzarlo, hoy no habría historia.
La pequeña banda se descontroló y cada uno salió corriendo en una dirección a donde y como podía. El Ñoño, despavorido, corrió por la orilla del arroyo, hacia abajo y con tanto pánico que no pudo ver una alambrada de buenas púas que separaba la cerquilla del tío Juan de la siguiente, y, corriendo, se estrelló contra ella. Las púas de alambre se le clavaron en piernas y brazos, pero el miedo era superior al dolor y por reflejo, más que por lógica, se soltó de aquella crucifixión y corrió a esconderse en el cauce del arroyo que lo tenía al lado. Allí agazapado esperó que todo terminara. Las heridas no dolían y solo sentía el golpeteo de su corazoncillo. Temblaba como un conejillo y cuado finalmente todo quedó en silencio, como pudo, caminando muy agachado por el cauce, se alejo de la maldita cerquilla del Tío Juan. Cuando creyó estar fuera de peligro salió del arroyo y arrastrando el miedo y sus heridas llegó hasta las escaleras de la Iglesia. Allí esperaban el resto de los colegas: El chiquete –hermanillo del Ñoño- temblando y asustadillo como un gazapo, el Fernando –sobrino del médico- un poco más tranquilo, pero iba descalzo de un pie. En la huida había perdido un zapato y bastante tenía con justificarlo ante sus tíos. El resto de pandilla –que no participaron en la aventura- desaparecieron de inmediato, para no tener complicaciones. Y finalmente el Ñoño, con piernas y brazos ensangrentados, por las púas del alambre de espinos. A este la había tocado la peor parte. El pequeño Chiquete, temblaba viendo la sangre de su hermano. Eso si, al Ñoño seguían si dolerle las heridas. Le dolía más el que su padre pudiera enterarse de aquella aventura. Todos huyeron rápidamente, no fuera que el Tío Juan se aparecía por allí. El Ñoño y el chiquete se colaron en su casa lo mas discretamente que pudieron y, sin decir nada de las heridas a sus padres, se marcharon a la cama. Allí, con un pañuelo sucio y unos viejos papeles, el Ñoño se limpió como pudo la sangre. Algo debió hacer el Ángel de la Guarda, por que las heridas, sin desinfectar ni curar, poco a paco se fueron cicatrizando mientras Ñoño esperaba que un día u otro apareciera el Tío Juan. ¡Afortunadamente no apareció!
Los padres de Ñoño y el Chiquete nunca llegaron a enterarse de aquella aventura. Y COMO TESTIGOS, AUN ESTAN LA PANDILLA Y LAS MARCAS DE AQUELLOS ALAMBRES.

Hola a todos es la primera vez que entro en buestra pagina;me gusta mucho lo que veo y os doy las gracias por ello.No he nacido en la Puebla sino en Luciana (Finca de la Camacha)y por lo que me cotaron al año me llevaron a la Puebla que desde entonces digo que es mi pueblo aunque el carnet no ponga lo mismo.He vivido por toda España y unos pocos paises mas y cada vez que puedo voy a la Puebla de D.Rodrigo mi pueblo y no puedo explicaros la senscion tan grande que siento cuando me dirijo al pueblo y tambien el profundo cabreo cuando tengo que marcharme.No tengo palabras para espresar la felicidad que siento cuado estoy alli;y cuento los dias que me quedan para jubilarme y poder pasar lo que me quede en Puebla de D.Rodrigo.La malloria se van a las ciudades mi ilusion es irme a la Puebla dejarla ciudad para la malloria.Y cuando lo consiga como voy a disfrutar.Un saludo.

Dentro de media hora, me voy par pueblo. Quiero ver las Cruces y pasar el dia de la Madre con la mía.

José Aº Lucio

Permitirme mandar un besazo a todas las personas que nos han ayudado a evadirnos de nuestra rutina y hemos escrito nuestros mensajes con toda la ternura que reina en nuestros corazones. Gracias y un saludo muy , muy afectuoso.

Con afecto para los que aprecian, buscan y necesitan; sentimientos, afectos recuerdos, añoranzas y vivencias de nuestro pueblo y nuestro pasado.
No es necesario que diga vuestros nombres. Estáis ahí y es para vosotros: Para todos un buen fin de semana.

LA PANDILLA Y LAS HABAS

Como todas las noches, cuando llegaron Ñoño y su hermano el Chiquete, ya estaban esperando; Miguel –el del caminero-, Juanma –el de Paramio- y Fernandi –el sobrino de D. Román-. Esa noche no estaban en la pandilla, el Martinillo y su hermano Alejo.
Ñoño y el Chiquete vivían frente al ayuntamiento. Ñoño, con siete años, era el hermano mayor del Chiquete que, con tres años menos, siempre era su sombra. Parecía un chivillo pegado siempre a la cabra. El grupo de chavales eran asiduos a su reunión nocturna, en los escalones de la puerta de la iglesia, todas las noches.

Mientras los mayores, padres abuelos y vecinos, hacían lo propio, sentados en sillas bajas de junco, en la calle a la puerta de sus casas. Después de la cena disfrutaban del fresco, en esas preciosas noches de principio de verano y comentaban la marcha de la siega y las pequeñas noticias del lugar. Esas tertulias nocturnas de verano, bajo un cielo limpio, nítidamente estrellado y con el revoloteo continuo de los murciélagos, eran para todos, mayores y pequeños, el momento más agradable del día. Todos lo disfrutaban tanto que la velada se alargaba hasta que, vencidos por el cansancio y el sueño, el padre recordaba que había que madrugar al día siguiente para seguir con los quehaceres.

La tropa de los chavales, mientras tanto, estaban a lo suyo: Tumbados en los escalones de la Iglesia repasaban las travesuras del día; el baño en el Cas del Molino de abajo o en la Boca del Arroyo, se contaban viejas historias del pueblo oídas al abuelo, o se planificaban nuevas trastadas; como hacer tragar humo a algún pobre murciélago, ir a llamar a alguna casa y permanecer escandidos, o atreverse a ir a la puerta del cementerio.

La trastada de esa noche fue ir a robar habas: ¿De quien salio la idea?, no lo se, pero alguno comentó lo buenas que estaban las habas que tenía el tío Juan en su cerquilla. Y, conclusión; a los pocos minutos ya estaba tomada la decisión de ir a robar unas cuantas habas a la cerquilla del Tío Juan. El comando lo formaron; Ñoño, su hermano el chiquete y Fernando –el sobrino del médico-
La cerquilla del tío Juan estaba; pasadas las cuatro esquinas, bajando. Hoy calle General Mola Y llegaba hasta el arroyo. El cantero de habas estaba precisamente alineado junto al arroyo. Y, sin pensarlo más, los tres aventureros llegaron a la cerquilla y sigilosamente se camuflaron en los surcos entre las matas de las habas. Todo parecía funcionar bien, pero cuando empezaban a guardarse habas en las faltriqueras de los pantalones, un voz potente les dejo paralizados; ¡LADRONES…!. El tío Juan se les venía encima, lanzando, además, gruesas piedras, entre las matas de habas, para ahuyentar a los ladronzuelos. Muy cerca de la cabeza del Ñoño paso un buen pedrusco que, si llega a alcanzarlo, hoy no habría historia.
La pequeña banda se descontroló y cada uno salió corriendo en una dirección a donde y como podía. El Ñoño, despavorido, corrió por la orilla del arroyo, hacia abajo y con tanto pánico que no pudo ver una alambrada de buenas púas que separaba la cerquilla del tío Juan de la siguiente, y, corriendo, se estrelló contra ella. Las púas de alambre se le clavaron en piernas y brazos, pero el miedo era superior al dolor y por reflejo, más que por lógica, se soltó de aquella crucifixión y corrió a esconderse en el cauce del arroyo que lo tenía al lado. Allí agazapado esperó que todo terminara. Las heridas no dolían y solo sentía el golpeteo de su corazoncillo. Temblaba como un conejillo y cuado finalmente todo quedó en silencio, como pudo, caminando muy agachado por el cauce, se alejo de la maldita cerquilla del Tío Juan. Cuando creyó estar fuera de peligro salió del arroyo y arrastrando el miedo y sus heridas llegó hasta las escaleras de la Iglesia. Allí esperaban el resto de los colegas: El chiquete –hermanillo del Ñoño- temblando y asustadillo como un gazapo, el Fernando –sobrino del médico- un poco más tranquilo, pero iba descalzo de un pie. En la huida había perdido un zapato y bastante tenía con justificarlo ante sus tíos. El resto de pandilla –que no participaron en la aventura- desaparecieron de inmediato, para no tener complicaciones. Y finalmente el Ñoño, con piernas y brazos ensangrentados, por las púas del alambre de espinos. A este la había tocado la peor parte. El pequeño Chiquete, temblaba viendo la sangre de su hermano. Eso si, al Ñoño seguían si dolerle las heridas. Le dolía más el que su padre pudiera enterarse de aquella aventura. Todos huyeron rápidamente, no fuera que el Tío Juan se aparecía por allí. El Ñoño y el chiquete se colaron en su casa lo mas discretamente que pudieron y, sin decir nada de las heridas a sus padres, se marcharon a la cama. Allí, con un pañuelo sucio y unos viejos papeles, el Ñoño se limpió como pudo la sangre. Algo debió hacer el Ángel de la Guarda, por que las heridas, sin desinfectar ni curar, poco a paco se fueron cicatrizando mientras Ñoño esperaba que un día u otro apareciera el Tío Juan. ¡Afortunadamente no apareció!
Los padres de Ñoño y el Chiquete nunca llegaron a enterarse de aquella aventura. Y COMO TESTIGOS, AUN ESTAN LA PANDILLA Y LAS MARCAS DE AQUELLOS ALAMBRES.

Pero que muy bien valle de loshuertos. Me as trasladao a aquellos tiempos. Tu carta rezuma historia. muchas gracias en mobre de todos y un abrazo si se me permite. Tambien estuvo mu bien la del puentecillo. Sigue.

Gracias, Valleloshuertos por devolvernos al pasado, me identifico
complétamente con estos recuerdos y vivencias, pués son de mi época
y estóy segúro que hemos coincidido en algunas de las muchas travesuras
y zalagardas que tramabamos.
Sigue refrescandonos la memoria con estos recuerdos.

Un saludo

Eran las fiestas de agosto,del año 92,teniamos 12 o 13 años nos preparamos para ir a la caldereta,la cuadrilla que eramos unos pocos,el del rojillo,los de marchena,el de la paquera y la gente que bajava de madrid y barcelona,que eran unos pocos.

Bueno,pues en la caldereta,inflaos a comer,y con alguna botelleja de vino de mas,se nos ocurrio la brillante idea de irnos a quitar unas sandias y a bañarnos en la alberca,dicho y hecho,al puente arroba a un huerto que habia por cima del huerto de confite,la zalagarda estaba ya maquina,ahora faltaba llegar alli,medio de transporte la bicicleta,eso era un lujo,y no habia pa todos,pero nos apañamos,en una bici hiban el del rojillo y el zocho,en otra el de la paquera y dos de madrid y en otra los de marchenas y yo,3 en una bici,al llegar a el puente arroba,con la cuesta abajo,hibamos a to gas,cuesta abajo y sin frenos,menuda ostia nos metimos,nos esollamos enteritos,se nos quito el calenton del vino,sobre la marcha,pero na,eramos de goma,decidimos seguir el camino andando y cojeando,a por las sandias,que ricas estaban,nos comimos 2 y espiazamos otras 5 o 6,hibamos hartos,despues de esto,nos fuimos al baño,creo que era la alberca del baby a donde fuimos,estaba llena mierda,desde luego si es ahora hay no meto ni aunque me paguen,pero pa dentro,estubimos un buen rato,hasta que uno dio la voz de alerta,que venia el tio,tos a correr,no nos pillo,casi que yo creo que ni nos vio,pero en menos de cinco minutos ya estabamos en el puente arroba,a los que hibamos cojos,se nos quito la cojera al momento,luego nos fuimos al parque,a comentar las mejores jugadas,y a pensar en otras zalagardas.

Por lo que veo valleloshuertos,a pesar de la diferncia de edad,las zalagardas eran las mismas.

Un saludo a todos!!