Olvera - Cadiz

Este artículo aparece hoy en el Diario de Cádiz. Creo que merece la pena leerlo.
Aunque en el título aparece la palabra concejal, creo que viene bien para todo el mundo, en especial, a personas con cargos políticos y a funcionarios (municipales, diputación, Junta de Andalucía, …. )

La corredera
¡Enhorabuena concejal!
Antonio Morillo / | Actualizado 24.05.2011 - 01:00

YA eres concejal, uno de los oficios más dignos y nobles que se puede tener. Has salido por votación popular, es decir que tu pueblo, de donde mana todo poder, te ha elegido para que defiendas sus intereses. Antiguamente, cuando el señor duque o los grandes propietarios elegían a los regidores, había uno que se llamaba "síndico personero" que tenía como función especial defender los intereses de los vecinos, como poniendo en evidencia que los demás estaban allí para defender los suyos propios o los del que los mandaba. Y tanto era así que al personero se le llamaba "la voz del pueblo" y los demás se quedaban tan panchos.

Disfruta ahora que nada hay más honroso que el oficio de trabajar por los demás y para que nadie te diga "si quieres conocer a Juanillo, dale un carguillo" no se te suba el cargo a la cabeza queriendo aparcar en cualquier sitio o que te saluden militarmente los municipales, ni pretendas sacar todos tus proyectos el primer mes volviendo loco al secretario y a los funcionarios. Decía uno que cada vez que entran nuevos concejales, aumentan el número de semáforos. No repitas tú el dicho poniendo semáforos hasta en tu zaguán. Y, por supuesto, no empieces tu labor arreglando tu calle. Y sería bueno que frecuentaras el trato humano con los concejales de los otros partidos. Ya se acabó la campaña electoral. Incluso llevarse bien porque a la gente no le gustan las peleas.

Has de tener riñones, pulmones, etc. para ser eficaz. Que nadie te mire las manitas. Y has de ser liberal, clemente, prudente, valiente, justo y social. ¡Casi ná! Y de todo, lo principal, no olvides nunca que es más importante la obra que el papel. Que es más importante la persona que el expediente. Y te diría más, cuando alguna vecina o vecino te cuente su problema y te resbale, no lo dudes, vete y deja el cargo. Yo no soy Maquiavelo, ni eres tú el Príncipe. De todas maneras acepta estas recomendaciones, que si las cumples, te alegrarás tú y tu pueblo.