Los quintos de Villanueva 1 Allá por años cincuenta al cumplir los veinte años los mozos de Villanueva eran los quintos de ogaño. Era por Nuestra Señora llamada de los melones cuando por primera vez se entraba de quinto entonces. Pero era en nochebuena cuando lucía su esplendor aquella buena quintada alegraba el corazón. Compraban macho cabrío lo cebaban a lo grande tenía que estar muy gordo había muchos comensales. Previamente y en adviento una noche a la semana salían con el tamboril parecía una rondalla. Al llegar la nochebuena a las íez de la mañana a casa de Basilio iban a comenzar las jornadas. Muy bien preparados iban muy felices y contentos probando las castañuelas para el posterior evento. Engalanaban al macho que pesaba muchos kilos a veces era difícil dominar aquél gran bicho. Recorrían muchas calles con la flauta y tamboril tocaban las castañuelas los mozos con frenesí. Un personaje entrañable que no había que olvidar al muchacho de la bota que el vino solía llevar. A la orden de los quintos daba la bota a los hombres éstos con gran fruición echaban buen trago entonces. ¡Trae la bota chaval dásela a tío fulano! Tío fulano beba el vino de los quintos de éste año.
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