EL PASO DE LOS DIAS + EL PASO DE LOS DIAS. El mes de enero nos dice adiós. Hoy es 31, el día está despejado sin nubes con una discreta calima por lo que la cima del Teide se divisa bien, desde Los Cristianos. El lado sur de la isla. Los días pasan y la monotonía se deja sentir. Va para un mes que llegamos y como un turista más, playa sol y paseo. Comer y beber. Es lo que hay. A mi edad, huyo del sol y del agua. Que es a lo que vienen los turistas del norte de Europa. Procuran saturarse de sol igual que un lagarto. Ellos y ellas indistintamente. Por el paseo que bordea toda la costa hasta perderse de vista. Una disciplinada y variopinta tropa, -después de desayunar- desfila por el sinuoso camino. Sillas de ruedas carros eléctricos y bicis, se van abriendo paso entre la multitud de caminantes a pesar de que un disco los prohíbe. Ellos con el torso descubierto y tatuados hasta las piernas, ellas, -si son jóvenes- tampoco se privan de estamparse en brazos y piernas motivos floreados en las partes visibles de su anatomia. Los demás lugares del cuerpo, es una incógnita. Los personajes son tan dispares que desde el cómodo banco veo desfilar hombres de dos metros y mujeres de talla corta y pecho excesivos. Las de por aquí. Las Vikingas, rubias, de silueta estilizada casi transparentes como sus ojos azul cielo y piel excesivamente blanca como si repelieran el sol. Personajes tan dispares que a Fellini le irían al pelo para una de sus películas, Si aun viviera,claro. El mar ha estado en calma. Algún año también se ha llevado la arena de las playas artificiales. No ha sido el caso. Unos surfistas se aburren mientra esperan una ola que los impulse sin mucho éxito. Al lado contrario frente al mar, los restaurantes ocupan parte del paseo, con los conocidos manteros que veo tienen bastante éxito con el sexo opuesto. Estos te venden una colcha floreada para tenderla en la arena según veo. Relojes y gafas. Aquí nadie se priva de unas de sol. Queda claro que los turistas del norte de Europa, buscan el sol desesperadamente. Huyen del largo invierno que los mantiene dentro de sus casas. Es el motivo de que personas mayores con achaques se dejen ver con los bastones correspondietes colgando de las motos de cuatro ruedas. No sabemos la suerte que tenemos los meridionales. Me pongo a temblar pensando si llego a nacer en un país del norte donde la nieve esta presente gran parte del año. El aeropuerto Reina Sofia, tiene un trafico endiablado. Hay vuelos a cualquier ciudad europea. Los aviones vacían sus panzas de viajeros y regresan otra vez llenos de donde vinieron. Gracias a eso no hay saturación. Los descendientes de los antiguos Guanches, se sienten invadido por tanto 'Godo' así nos llaman a los peninsulares. Emilio Rey. ´ |