Recordando que es gerundio FELIZ AÑO Aunque esto suene a tópico de tanto repetirlo; la navidad nos la pintan con un paisaje de nevados abetos, y el clásico papa Noel en el trineo tirado por renos, al estilo anglosajón, con la publicidad de la TV. Cuando lo que aquí prima son las encinas de toda la vida, hoy en el mayor de los olvidos. ¿Quien recuerda ya los grandes servicios que estas nos prestaron en el pasado? Aún recordamos esa época no tan lejana. Nos dieron calor y distracción; mientras los leños ardían lentamente. ¡Era tan distraído mirar el fuego cuando lo demás era todo oscuridad! No teníamos luz, sólo un candil para ver cocinar Las bellotas, tan apreciadas eran que se recolectaban con esmero y, asadas o cocidas cubrían un hueco, casi cómo las aceitunas. L. Panero, les hizo una preciosa poesía a este árbol tan nuestro y al que tanto debemos, que nos libró de aquellos fríos inviernos en sus largas noches. “La gracia cenicienta de la encina/ hondamente celeste y castellana/ remansa su hermosura cotidiana/ en la paz otoñal de la colina”/ No hemos vuelto a ver el hielo de aquella época, podíamos caminar sobre él, en la que conocemos cómo arroyo del cura. Es notorio que algo está cambiando del clima.. Estos primeros años cuarenta, del pasado siglo con todos sus habitantes, el pueblo era un espectáculo para un observador curioso. En los atardeceres cuando los que cuidaban el ganado los soltaban, las calles eran invadidas por cerdos, cabras, asnos y hasta alguna que otra vaca, Todos estos bichos compartían nuestras casas, ellos en las cuadras, nos pasaban sus pulgas su cabreo supino si no les dábamos comida. Ni una casa había desocupada, en cualquier 'cobacha' vivía una familia numerosa. Recordando aquel tiempo, de gente joven en las calles, sientes cierta melancolía al contemplar hoy las casas vacías y el apagado silencio de esas calles solitarias. La otra cara de la moneda,esa juventud bulliciosa, era sinónimo de alegres algaradas. Noches sin luna sin luz, (por avería en el motor de la fábrica) todos los gatos eran del mismo color, osea pardos. Había que vivir deprisa. La esperanza de vida era aún de unos escasos 40 años (veansé estadísticas) por este motivo alguno no conocimos a ninguno de los abuelos. La palabra 'residencia' si existía se refería a otra cosa. Poco habíamos evolucionado desde la oscura Edad Media, en una España arrasada por la guerra. “ Nada hay nuevo bajo el sol”. Los que aprovechaban su poder de dominio para abordar a alguna mocita por las bravas sin que ello fuera caso punible. O como el marido consentidor,( comprensible en tiempos de penuria económica) miraba para otro lado mientras el amigo con dinero, se colaba en casa. En otro contexto diferente se desenvolvían los “sacabestias” muy activos en toda la década de los cuarenta. Estos nunca fueron atrapados, pero 'soto voce' se sabía quienes eran. Arruinaban al agricultor al robarle la yunta, su forma de ganarse la vida Solía ser gente normal que no estaban fichados, Las consecuencias las pagaba el raterillo inmisericorde de siempre, nunca se aclaraba nada, igual que ahora. Estos cincuenta últimos años, las cosas cambiaron a tal velocidad que no es de extrañar que alguno nos de vértigo. Así y todo esperamos poder contarlo. ¡ Feliz año y, a vivir que son dos días.! emirey |