Alía - Caceres

En la antigüedad se escribía, Alía, con hache, es decir, era “HALIA” y según viejos del lugar se atribuye a que oyeron que en el cerro de Santa Catalina vivieron moros, habiendo uno muy principal y rico de nombre Hali. La ortografía como Halía desapareció en el siglo XIX.

En el cerro de Santa Catalina existió un castillo y existen restos de murallas. Cuando fueron conquistados los mulsulmanes por los cristianos se bajó la población adonde hoy esta Alía.

El territorio en el que se repobló Alía estaba dentro de la dehesa de “Los Guadalupes” que era propiedad de Talavera a los que fue donada por el rey Sancho IV en el año 1293. A partir de entonces se cita Halia en diversos documentos, sobre todo desde que el rey Alfonso IX funda en el año 1337 el Monasterio de Guadalupe. Perteneció a Talavera hasta que el rey Enrique II en el año 1369 se la dona al arzobispo de Toledo, Gomez Manrique.

El privilegio de villa lo obtuvo en el año 1556 del Emperador Carlos V mediante el pago de 3.575.000 maravedíes.

Fue villa de Arzobispo de Toledo durante 215 años, hasta que en el año 1584 el rey Felpe II vende Alía y Castilblanco, primero al banquero genovés Nicolás de Grimaldo, Príncipe de Salerno, y después a Don Pedro Ruiz de Aguayo, vecino de Córdoba. Don Pedro Ruiz de Aguayo, señor de las villas de Alía. Castilblanco y la Navas (Cáceres), casado con María Portocarrero fundó un mayorazgo para su hijo Diego de Aguayo y herederos, que tuvieron Alía hasta la desaparición de los señoríos en 1811 por Decreto Ley.

La Historia de Alía está muy ligada a la dehesa de los Guadalupes donde se asentó. Esta finca tuvo varios propietarios, primero Talavera, después fue comprada por Felipe II y posteriormente este en el año 1608 se la dono al Monasterio de El Escorial hasta la desamortización del siglo XIX. Hubo numerosos y largos pleitos entre la villa de Alía y los propietarios de esta finca por el buen aprovechamiento de esta finca en beneficio de Alia.

Alía fue villa importante en su entorno, teniendo parroquia propia que englobaba además a Castilblanco y a Valdecaballeros. Hubo en esta villa un Gobernador y dos alcaldes ordinarios y otros dos Alcalde de la Hermandad.

Desde el punto de vista jurídico perteneció a Toledo y a la Real Chançillería de Granada.

El 30 de noviembre de 1833 Alía paso a la provincia de Cáceres y Castilblanco y Valdecaballeros pasaron a la provincia de Badajoz, de la Región de Extremadura.