Alcollarín - Caceres

Nuestra historia comienza en Lisboa, en donde se ubicaba una de las más famosas cortes del mundo y donde en 1503 nacía Isabel de Portugal, siendo sus padre María, hija de los Reyes Católicos, y Manuel I el Afortunado de Portugal.

Nos describen a Isabel como esbelta, muy hermosa de ojos grises y de cabellos rubios cuando fue prometida a su primo hermano Carlos V.

Isabel de Portugal era un gran partido para la maltrecha economía española: 900.000 doblas de oro dio mientras que Carlos V otorgaba a su futura esposa solo 300.000 doblas. Para ello tuvo que hipotecar las villas de Úbeda, Baeza y Andújar. Aunque parezca mentira España estaba económicamente mal y en situación ruinosa por el motivo de tener que pagar Carlos V sus guerras europeas: en Francia, Italia, las largas guerras entre católicos y protestantes…El emperador suspiraba por el dinero que le llegaba de América, por el oro del Perú. Puso en venta pueblos y aldeas a sus súbditos españoles, a los que se las daba en señorío. También se vendieron cargos concejiles lo que facilito el ascenso a los ayuntamientos a gentes no necesariamente nobles, debido al poder del dinero. De esta forma los cargos concejiles pasaron a ser desempeñados en propiedad, transmitiéndose de padres a hijos.

La boda, entre Carlos e Isabel se celebro en Sevilla en marzo de 1526. La romántica y larga Luna de Miel en Granada, donde Carlos ordeno plantar unas flores persas que después fueron los claveles, que aparecerían en casi todas las casas de Andalucía y Extremadura.

Isabel de Portugal estuvo en Toledo donde se rodeo de una pequeña corte de intelectuales y poetas entre los que se encontraba Garcilaso de la Vega y también Don Francisco de Borja, duque de Gandía, enamorado platónicamente de la Emperatriz.

Fue regente de España con acierto en las temporadas que se quedaba sola por las guerras o por viajes de su marido al extranjero, a través de su vasto Imperio.

De este matrimonio que fue feliz, nacieron 5 hijos: Felipe II, Juan que murió en poco tiempo,, la tercera fue María con la que doña Isabel de Portugal sufrió fiebres después del parto y que según las crónicas, curaron bebiendo agua en la fuente de San Isidro. La cuarta hija fue una niña llamada Juana. A finales de abril de 1539 se le adelanto a Isabel un parto. El niño que nació apenas vivió unas horas y la madre doña Isabel murió el 1 de mayo de 1539 en el toledano palacio de los condes de Fuensalida (Hoy sede de la Presidencia de la Comunidad de Castilla la Mancha). Carlos V quedo hundido de tristeza y se retiro una temporada al Monasterio de Santa María de Sisla. Encarga a su hijo Felipe II y a Don Francisco de Borja el traslado de Doña Isabel de Portugal para ser enterrada en Granada. Se cuenta que don Francisco debía abrir el féretro para dar fe del hecho de entregarlo a los monjes que debían enterrarlo y fue tal su impacto al contemplar el descompuesto cuerpo de la Emperatriz, que se aparto de este mundo, se hizo sacerdote y llego a ser San Francisco de Borja.

He leido con interés todo lo que escribes sobre CARLOS V, nos resfrescas la memoria
ES precioso lo que dices sobre el origen de los claveles en Andalucía y Extremadura
Un saludo

¿QUÉ SE PUEDE AÑADIR DE FUENSALIDA?
TODO LO REFERENTE A CARLOS V ME INTERESA

La última residencia de Isabel de Portugal, esposa de Carlos V
Fue edificado a mediados del siglo XV por el primer conde de Fuensalida.

Los escudos de la casa están representados en la fachada
Es uno de los mejores exponentes del mudéjar palaciego toledano con influjos góticos. El edificio gira alrededor del patio de estilo mudéjar, con pilares de ladrillo y zapatas, y la antigua escalera que comunica con el Taller del Moro y que tiene un artesonado plateresco del siglo XVI. A los lados de la puerta de entrada existen unas columnas rematadas por leones. Sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Fecha significativa es el 10 de abril de 1445, cuando Juan II de Castilla, dona el señorío de Fuensalida a Don Pedro López de Ayala, como pago de sus servicios. Este hecho convierte a Fuensalida en el segundo condado en importancia.

En 1470, Enrique IV, en agradecimiento al apoyo prestado por Don Pedro López de Ayala le otorga la denominación de Villa a Fuensalida, la posesión de la misma, y para él y sus sucesores, el título de Conde de Fuensalida