San Vicente de Alcántara - Badajoz

Que hoy juega España contra Italia y que ganarán los hispanos por
goleada.

Lo que no sabe Vd., es lo que le cuento a continuación. Bueno, yo lo
sé porque me lo contó mi tía abuela SEBASTIANA.

Era mi tía abuela, una solterona de "armas tomar".Estudió en la
capital "pa´maestra", pero se quedó sin poder ejercer, por tener que
atender a sus padres.

Mi tía fué una mujer muy adelantada para su tiempo. Conservaba en la
casa una biblioteca con abundantes volumenes y las mas dispares
materias, por lo que era una enciclopedia abierta. Ella me enseñó
el valor de la lectura.

Yo la conocí con mas de cincuenta años y no sé porqué, fuí su sobrino
nieto preferido; me apreciaba mucho y me regalaba unos caramelillos de
"perra chica"; o sea que con una peseta compraba veinte. Recuerdo que
los sacaba de la faldriquera, pero a cambio yo las escuchaba atenta y
calladamente en sus charlas.

El próximo dìa os escribiré algunas de sus charlas.

Saludos.

Bueno, ahora que nos hemos traido la copa de Europa y que nos hemos
superado con creces, yo les cuento, lo que supe por mi tía abuela
Sebastiana.

Sabía Vd., que el primer partido de futbol que jugó el Madrid, (to-
vía no era "Real"; fué el 6 de marzo de l,902. Lo jugaron 22 compo-
nentes del mismo equipo, de los cuales salieron once aspirantes
para entrar en el equipo. Por cierto, entre ellos habia cinco con un
mostacho estilo guardia civil.

Y en 1.903 se jugó la primera edición del Campeonato de España entre
el Athletit de Bilbao y el Madrid. Venció el equipo vasco por tres
goles a dos.

Este mismo año y en el mes de diciembre, tras ímprobos esfuerzos
los políticos de turno aprobaron en el Congreso la primera ley de des-
canso dominical que entró en vigor el 1 de enero de1904.

Saludos.

Hoy les voy a contar algo de lo que pensaba mi tía abuela Sebastiana
sobre la vida en general:

Decía mi tía abuela:

La vida no es justa, pero aun así es buena
La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiando a alguién
No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo con
no estar de acuerdo.
Llora con alguién, alivia mas que llorar solo.
Haz las paces con tu pasado, para que no arruines el presente.
Si una relación tiene que ser corta, mejor no tenerla.
Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre.
Se excéntrico ahora. No esperes a mayor para serlo.
El órgano mas importante sexual es el cerebro.
Perdona todo a todos.
Lo que otras persona piensen de ti no te incumbe.
El tiempo sana todo. Dale tiempo al tiempo.
No te tomes tan en serio. Nadie lo hace.
No cuestiones la vida. Solo aprevéchala al máximo hoy.
Llegar a viejo es mejor que la alternativa de morir joven.
Sal todos los días. Los milagros estan esperando en todas partes.
La envidia es una perdida de tiempo.
Tú ya tienes todo lo que necesitas.
No importa como te sientas. Arreglate y presentate.

Por último un refrán de mi cosecha.
En esta vida caduca, el que no trabaja no manduca.

Saludos

Sabía Vd., que...

Mi tía abuela Sebastiana era muy romántica, a pesar de la pena que
le afligía por la perdida del hombre amado.
Me contaba ella, de una manera entrevelada, que la había pretendido
un muchacho muy guapo, y que sino llegó a formalizarse la relación
fué porque se lo llevaron a la guerra de África, y el pobre tuvo
la mala suerte de morir en combate el año 1.921 en el Monte Arruít,
pròximo a Melilla.
Resumiendo ella se quedó sin novio para siempre y vivía con el re-
cuerdo del mismo.
He aqui una poesía que en recuerdo del mismo, solía recitarme y
que yo aprendí de tanto oirsela.

¿Qué haré, amor mío,Amor sin tu cuidado.
cuando noviembre llegue por mis venas..?
Ya no estarán en pié las azucenas
que yo cortaba de tu jardín vedado
Pero de aquel jazmín que yo he guardado
entre dos hojas de sonetos llenas,
quedará la nostalgia de mis penas
junto al perfume de tu amor callado.
Y cuando me pregunten; y esto ¿qué era?
¿Para que esta viznada mustía y rota
en el cuaderno de tus versos viejos...?
yo les diré que fué.¡la primavera!
¡el zumo de unos labios, gota a gota,
sembrando la ilusión de huir muy lejos...
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Borrado por su Autor.

En mis tiempos....

He aquí una expresión que pronunciaba con cierto aire nostálgico
mi tía abuela Sebastiana,que había cumplido ya cierta edad.

Y uno se pregunta el porqué de esta expresión, pues si quién lo
dice está aún tan vivo y coleando como los demás,su presente será
tan suyo como el de cualquier otro.

Yo creo que cuando alguien se expresa así, es porque tiene la
impresión de que el tiempo se le ha escapado de las manos.

El efecto de esta incomoda sensación es muy curioso, pues a quién
la esperimenta, le parece que el futuro se le ha quedado atrás.

Así recordará a sus padres y se comparará con ellos y se instalará
en el lugar que ocupa, ya cercano el final, viendo como se va
estrechando el plazo a cada segundo que transcurre.

De ahí viene, creo yo, la impresión de que, mientras los mas
jóvenes tienen el tiempo como algo suyo, que pueden modelar según
le venga en gana, quienes superaron ya la edad madura se limitan
a mendigar el regalo de una prórroga que les amplíe la existencia.

Pues también podría suceder que como el anciano transporta en su
mochila un tiempo que los jóvenes no llegaron a conocer habla del
"suyo" como algo personal e intransferible.

Este es un tiempo mitificado por la distancia y sazonado por el
recuerdo de la juventud; un tiempo evocador de días luminosos y
sueños imposibles.

Otro motivo justifica este apoderamiento del pasado, y es, según
creo, la pérdida mas o menos intensa de las facultades físicas.

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Siguiendo con el recuerdo de mi tía abuela Sebastíana, quisiera
rememorar, una poesía sobre el "tiempo pasado", en las personas
que ya cumplieron los 50.

En mis tiempos.-

Cuando el tiempo era mío, yo estrenaba
el aire y la canción cada mañana
Entonces yo vivía
de par en par abierto a la alegría.


Cuando el tiempo era mío, yo esperaba
poder colgar el sol en mi ventana.
entonces yo solía
volar en ala de mi fantasía.

Cuando el tiempo era mió, yo pensaba
que llegaría a ser el que soñaba.
Entonces yo creía
que todo era posible todavía

Cuando el tiempo era mío, yo anhelaba
que se tornaran versos mis palabras.
Entonces yo podría
prender el fuego que en mi pecho ardía.

Yo no sentía ni el temor ni el frío
cuando el tiempo era mío.