Murió Fidel Esta mañana, bien temprano, la radio que me acompaña cuando el sueño me abandona me dio la noticia de la muerte de Fidel Castro, que era el revolucionario vivo más importante del mundo. El 8 de enero de 1959 entró en La Habana, tras haber huido Batista el anterior día 1, el comandante Fidel Castro Ruz, “ocho de enero, qué gran emoción, día primero de revolución, nos liberamos del yugo opresor, y así cantamos con toda intensidad, viva la unión, viva la paz, viva la lucha por la libertad”. Para seguir con canciones referidas a la toma del poder por los revolucionarios cubanos, hago referencia a la que dice “y así pensaban seguir, contra el pueblo conspirando para seguirlo explotando y entonces llegó Fidel, llegó el comandante y mando parar”. Efectivamente, Fidel mandó parar la explotación a la que Batista y sus amos yanquis sometían al pueblo cubano, y hoy Cuba es un ejemplo para el mundo en materia de educación y de sanidad, y son los cubanos paladines en la colaboración con otros pueblos para la implantación de estos y otros avances sociales. Dicen que en Cuba hay carencias, pero a pesar del inhumano bloqueo al que se sometió a la isla y a la permanente injerencia en asuntos internos de los que antes fueron sus amos, los estadounidenses, incluidas invasiones armadas como la de la bahía de Cochinos, Cuba está por delante, y con mucho, de los demás países de su área geográfica en los más importantes aspectos para la vida de quienes más lo necesitan. Se suele decir que en Cuba faltan libertades y que escasean algunos bienes de consumo, pero con el permanente acoso al régimen, y sin el apoyo que recibió en su día de la Unión Soviética, ¿quién conoce otro país que haya conseguido más avances en lo social?, y en cuanto a las libertades políticas ¿no será explicable eso que dice la canción “y al que asome la cabeza, Fidel, duro con él”, teniendo en cuenta las adversas circunstancias impuestas por el mundo occidental que pretende por todos los medios acabar con el régimen castrista?. Cierto lo que dijo Fidel cuando fue condenado tras el fracaso del asalto al cuartel de La Moncada “la historia me absolverá”, pues sí, puedes descansar en paz Comandante, quedaste sobradamente absuelto, absolución que te ganaste a pulso. |