Vera - Almeria

A la altura de Andalucía

15 Enero 10

A tenor de los resultados que manifiesta la encuesta del IESA, la pregunta procedente no es si el PP ganaría ahora unas elecciones, sino si las ganará cuando se celebren. La encuesta más bien parece estar hecha con ese sentido –el de evitar que el PP gane las elecciones– puesto que precisamente el IESA no nos tenía acostumbrados a semejantes vaticinios. Acuérdense del referéndum del Estatuto o de tantos otros pronósticos en los que este organismo descargaba con descaro un propio deseo antes que una intención ajena. Ahora dice que el PP ganará, y sus razones tendrá para decirlo. Probablemente, la primera de ellas, sería evitarlo. Y para eso exhibe un aviso a simpatizantes y amigos –dirigentes socialistas y de IU– a los que traslada el mensaje de que las próximas elecciones necesitarán ese plus de esfuerzo y de sacrificio al que quizá no estaban históricamente acostumbrados. Dicho lo cual, sí existe una lectura objetiva que singularmente el PP debe hacer ante estos datos, si es que quiere aprovechar la coyuntura que actualmente se le presenta: que tampoco para ellos las próximas elecciones serán iguales a las anteriores. Y no porque ahora tengan la posibilidad de ganar –que siempre la tuvieron– sino porque tienen la oportunidad de ilusionar y convencer con un proyecto real a los miles de andaluces que empiezan a desconfiar del modelo socialista. Podría ganar la cabra de la Legión, ésa es la lectura, pero no se presenta.
Lo que Andalucía necesita no es un simple cambio de Gobierno, sino un cambio de sociedad y de economía. Una vuelta total del calcetín, de las élites sociales y de los prejuicios ideológicos. Y ésa es la verdadera tarea que esta nueva encuesta pone de manifiesto ante el PP como principal beneficiario de sus pronósticos. Para ello debe batirse el cobre, prescindir de la caspa y ensuciarse los zapatos. Llevar un mensaje de ilusión a cada rincón de Andalucía no es que sea una oportunidad, es un desafío. Ya deberían de haberlo aprendido. Y aprender también de algunas de las normas básicas de su futuro político: el de atraer a las mayorías andaluzas –ni somos Castilla y León ni somos Valencia–, el de rodearse de independientes estén donde estén y militen donde militen, el de llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas y el de desprenderse de todo lo que haya demostrado no ser útil. De momento, lo que cambia no es el PP ni el PSOE, sino que es Andalucía. Tome nota quien quiera estar a esa altura.

https://arazon.es/noticia/2230-a-la-altura-de-andalucia