Casas-Ibáñez - Albacete

Decía Joaquin Costa que los ríos de España deberían llegar secos a su desembocadura. Tal era el énfasis que ponía en la conveniencia y necesidad de construir obras hidráulicas.

No sabemos si a Costa se le puede calificar como hombre de izquierdas. Pero la izquierda, se lo apropió.

Como quiera que sea, la izquierda nunca ha cumplido los deseos de Costa. El primer plan serio de obras hidráulicas lo redactó el Conde de Guadalhorce en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera. Y se llevó a cabo en los tiempos de Franco. Es que la izquierda puede tener buenas ideas. Pero es incapaz de llevarlas a cabo. Y no solo eso, cuando llega el momento de ejecutarlas se opone a las mismas. Como ha ocurrido con el Plan Hidrológico Nacional.

Era ridículo el énfasis de Zapatero cuando en la reciente campaña electoral prometía que mientras él gobernase no se llevaría a cabo ningún trasvase.

Sería inadmisible un trasvase que consistiera en quitar el agua a quien la necesita. Pero tomar el agua donde sobra y no se aprovecha para llevarla a donde es necesaria, sea para beber, sea para riego, es algo útil que debe ser realizado.

Estamos de acuerdo en que los primeros beneficiarios del agua que un río lleva tienen que ser los habitantes de sus riberas. Pero si ese río desagua en el mar hectómetros cúbicos que nadie aprovecha, ¿qué cosa más natural que se trasvasen a comarcas donde el agua escasea?

Lo absurdo es que algo tan elemental no lo entiendan los políticos. Absurda es la situación a la que hemos llegado: en la que por los estatutos de autonomía se prohíben los trasvases de agua. Así por dogma; porque el pueblo (eso dicen ellos) lo quiere.

Cada trasvase tiene que ser objeto de un estudio técnico y económico. Y ello dirá si hay que realizar el trasvase o no. Primero que hablen los técnicos y los economistas. Y que los políticos decidan después. Pero la democracia que padecemos nos ha llevado a un mundo al revés: hablan los que nada saben, aunque hayan conseguido millones de votos, y no se escucha a los expertos en la materia.

Nuestros ignorantes políticos han opuesto las desaladoras a los trasvases.

Pretender resolver las necesidades de agua de Barcelona, llevando en barco agua desalada en la provincia más árida de España, es algo que traspasa, los límites del absurdo.

Porque en la oposición a los trasvases late una insolidaridad entre regiones derivada de la pérdida de amor a España.

Un ibañés en el exilio.

Si Joaquin Costa decia que los rios tenian que llegar secos a la desembocadura es que era un cenutrio. Si se hubiera intentado algo parecido ya no habría rios en España.
Todos sabemos, por otra parte, que ha sido Franco y la derecha española la que ha hecho todo lo bueno que tiene España porque si tienen alguna buena idea los de izquierdas no solo no la llevan a la practica sino que se oponen a que otros las lleven a cabo.
Es que son tan malos los de izquierdas y tan buenos los de derechas...
Menos mal que luego no atascas y generalizas al hablar de nuestros ignorantes politicos. Supongo que ahí ya metes a los de izquierdas y a los de derechas...
Y es que...nadie quiere darle agua a nadie...ya no hay solidaridad entre las regiones...porque se ha perdido el amor a España.
¡Como añoramos los tiempos de Franco! ¿eh?

LO QUE TU QUIERAS, PERO NO LE FALTA RAZON