Terrer - Zaragoza

Nadie responderá finalmente por el incendio que a primeros de agosto del 2009 arrasó 700 hectáreas de monte y arbolado en los términos municipales zaragozanos de Terrer y Valtorres. El juzgado de Calatayud que investigaba el siniestro ha terminado por decretar el sobreseimiento definitivo de las actuaciones al haber resultado imposible determinar cual fue la causa del fuego, y mucho menos si existió un responsable personal.

El incendio se declaró a mediodía del 1 de agosto del 2009 junto a una caseta del término de Terrer en la que dos ciudadanos de origen boliviano --padre e hijo, de 47 y 24 años-- estaban efectuando unas reparaciones que incluían la utilización de una soldadora. Unas chispas que supuestamente generó ese aparato fueron señaladas inicialmente como la causa del siniestro, lo que hizo que ambos fueran imputados como presuntos autores de un delito de incendio.


OTRAS CAUSAS Sin embargo, posteriores investigaciones del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, entre otros organismos, apuntaron la existencia de otros posibles focos cuya influencia en el incendio tampoco pudo llegar a ser constatada. Así, al existir dudas más que razonables sobre la causa del siniestro, el juez decidió sobreseer el archivo. Ni el fiscal de Medio Ambiente ni Endesa, personada en la causa como acusación particular, recurrieron esa resolución.

Las inspecciones llevaron al Seprona a la conclusión de que el incendio pudo prender por las chispas de la chimenea del asador situado frente a la caseta de los bolivianos, en el que el día del siniestro se celebraba una fiesta que incluyó el empleo de brasa para cocinar, o por el efecto lupa de algunos restos de vidrio localizados en las cunetas.


MATACHISPAS La chimenea del asador disponía de un matachispas --artefacto que impide que las centellas sean proyectadas fuera del tubo-- cuando fue a inspeccionarlo la Guardia Civil pero que no estaba instalado en la fecha en la que tuvo lugar el siniestro.

Así, tras una larga instrucción que incluyó la elaboración de numerosos informes, el instructor concluyó que no había datos que señalaran con concreción a la soldadura que realizaron los bolivianos como la causa del incendio y que, al mismo tiempo, excluyeran la posibilidad de que el origen hubiera coincidido con alguna de las otras dos hipótesis. Al mismo tiempo, nada señalaba de forma excluyente al asador ni a los restos de vidrio. Por otro lado, los imputados sostuvieron desde el primer momento que habían dejado de utilizar la soldadora en torno a la una y media del mediodía, hora y media antes del momento en el que la investigación sitúa el inicio del incendio.

El incendio de masas forestales está castigado con penas de prisión de hasta cinco años y multas que pueden superar los 160.000 euros --además de la obligación de reparar el daño causado-- que se agravan en función de la magnitud de los destrozos. El castigo se atempera si el siniestro prende por una imprudencia.