Terrer - Zaragoza

Cuando era pequeño y vivía en Terrer, se hacían hogueras en San Antón y en San Blas. No sé si ahora se mantendrá la tradición.
Estas tradiciones, como tantas otras de nuestro pueblo, tienen sus raíces en la época de los Celtíberos. En aquellos tiempos, como me habrán leído en alguna ocasión, el invierno, que se llamaba la parte oscura del año, duraba seis meses: desde primeros de Noviembre a primeros de Mayo. Por lo tanto, a finales de Enero y primeros de Febrero era la mitad de la parte oscura del año (invierno).
Para animar a los dioses a que acelerasen la llegada de mejor tiempo y coincidiendo con que en estos meses ya se empieza a notar algo la mayor claridad del día, los celtíberos encendían grandes hogueras en sus pueblos donde quemaban las cosas viejas que tenían, como una señal de que deseaban renovar su vida y dejar atrás lo viejo. Con la llegada del cristianismo, en lugar de erradicar estas fiestas, las cristianizaron y así surgieron tanto la festividad de San Antón, 17 de Enero, como la de San Blas, 3 de Febrero.
San Antón (San Antonio Abad), retirado en el desierto, vivía sólo acompañado de animales feroces. Se cuenta que una jabalina, que había quedado ciega, se acercó al santo en actitud suplicante y éste la curó, por lo que se quedó con el santo defendiéndolo. Por eso siempre lo presentan con un cerdo a los pies y pasa por ser el patrón de estos animales y fecha en el que, aproximadamente, eran sacrificados.
En la Edad Media, en sociedades mayoritariamente agrícolas, San Antón era protector de los animales que padecían el ergotismo, enfermedad producida por el comezuelo que contaminaba al centeno. Esta enfermedad afectaba a las extremidades de los animales ( que se les caían) y provocaban grandes pérdidas. Para dar gracias al santo por su protección, ese día se dejaban sueltos a los animales ( Y dicen las “crónicas” que se quedaban en la puerta de la iglesia mientras sus dueños iban a misa. Por supuesto, que esto es pura fantasía). Por cierto, que, a este respecto, recuerdo que, en mi niñez, las caballerías no trabajaban ese día e iban al abrevadero de la acequia del molino a media mañana, después de haber pasado por la puerta de la iglesia a que D. Virgilio les echase el hisopazo. Y por la noche, a la hoguera.
San Blas era médico en Asia Menor y luego fue Obispo. Fue famoso por haber salvado a un niño de morir atragantado por una espina de pescado, por lo que fue declarado patrono de los pacientes de males de garganta.
En la Edad Media y en zonas rurales la gente se moría mucho por afecciones de garganta ( bocio, anginas, etc.) y, muchos pueblos se pusieron bajo la protección de San Blas. Por la noche también había hoguera.
Hoy ya se nos han olvidado las prácticas celtíberas y, en lo tocante a la religión, se ha perdido bastante el conocimiento de las vidas de los santos, aunque éstos, en su época, eran muy útiles. Son otros tiempos y, por supuesto, menos necesitados de su protección. Con el médico y el veterinario bastan.
Bueno, pues eso. A ver si no decae la tradición, tenga uno u otro origen.

Por mi parte felicitarte por tu clara exposicion,da gusto conocer parte de la historia de un pueblo y sus tradiciones,ojala el foro fuera siempre tan creativo.
Animo y sino es abuso de vez en cuando sigue poniendo retazos de historia del pueblo, creo que un buen nuero de lectores sabran apreciarlo,ya sabes que como en botica hay de todo.
muchas gracias y adelante.

En esas estamos. Ya sabes que siempre que recuerdo o encuentro escrito algo de Terrer, lo pongo en el Foro.
Un abrazo,