Tauste - Zaragoza

Señora, después que os vi
paso la vida en quereros,
y lloro en ver cuan ligeros
pasan los años por mí;
que aunque aborrecer se debe
vida tan triste y amarga,
si para sufrir es larga,
para merecer es breve.
Ya no sabe amor con qué
apurar mi sufrimiento;
que es leve cualquier tormento
si carga sobre mi fe.
Y aunque de penar así
el alma saca ganancia,
nunca es menor la distancia
que hay desde vos hasta mí.
Besos.

Pasan los años por vos
igual que por mie xistencia.
No vertáis lágrimas, no,
que mi corazón persigue,
por siempre, vuestra presencia.
Amarga y triste la vida
os parece, mi señor.
corta y larga, en vuestra pena,
pero siempre habláis de amor...
Y es el amor, disfrazado,
el que sale a vuestro encuentro
sin miedos y sin distancias.
Entre vos y yo, Don Juan,
imagino y sueño amores,
caricias, besos, favores,
desde un tiempo que se agota
y que me demanda, esquivo,
sinrazones y temores.
Y yo sin secretos, libre,
a través de las poesías
os confieso mi dolor,
que es a la vez mi alegría.
Sigo sin pediros nada.
Nada... salvo vuestra voz.

Besos a ti.