San Mateo de Gállego - Zaragoza

Publicado el 7 abril, 2011 por Juan Pariente
Andan a vueltas estos días en Francia con el enorme y explícito desencanto demostrado por los ciudadanos respecto a su clase política. Todo a raíz de las recientes elecciones cantonales, que sin duda, eran un evidente termómetro político del país a un año y tres meses de las elecciones nacionales.
De inicio los debates iban más en la línea del golpe que podía sufrir Sarkozy, la posible tentativa de la izquierda al salto al poder, o la escalada de la extrema derecha de Le Pen. Pero al final el titular fue otro muy distinto, y es que un 56% de los franceses, que se dice pronto, demostraron tener más bien poco interés por las proposiciones, los discursos baratos y la propaganda habitual de una clase política que no motiva, ni seduce en ideas lo más mínimo a los franceses de a pie.
La gente anda desencantada y cada vez la distancia entre la burbuja en que se mueve una clase política siempre enredada en sus batallas particulares, y el pueblo y sus verdaderos problemas se va haciendo más y más grande. No hay que olvidar que las cifras son claras y hablan por si solas, y no es casualidad que se hayan dado altísimos índices de abstención de voto en recientes elecciones. A parte del 56% ya citado, 59% de abstención en las europeas de 2009, 40% en las legislativas de 2007, o 53% en las regionales de 2010.
Los políticos, enfrascados en sus mundos de ego y fantasía e incapaces por naturaleza de rectificar un ápice, siguen sintiéndose los más guapos, los más listos y los más valorados.
https://logs.heraldo.es/corresponsales/?p=1733

A ver si vamos aprendiendo a desaborregarnos.

Un parlamentario en España con sólo 11 años de actividad parlamentaria percibe el 100% de su pensión máxima, frente a los 35 años de cotización que nos exigen cumplir al resto de ciudadanos.

No votar es lo mejor para acabar con todos estos sátrapas.

Extractado de elconfidencial.com

Más de seis millones de euros en viajes

La polémica en torno a los vuelos en clase business de los eurodiputados ha vuelto a poner de manifiesto los privilegios de los que disfrutan los parlamentarios nacionales a la hora de adquirir billetes de avión y ferrocarril. Y es que el Congreso se gasta más de 6,3 millones de euros en pagar los viajes de los diputados y de su personal, según consta en el BOE del pasado 8 de febrero.

En concreto, la Cámara adjudicó a Viajes El Corte Inglés, por un importe total de 6.349.001,84 euros, la prestación del “servicio de gestión y asistencia técnica en viajes, tanto nacionales como internacionales, que se realicen en el marco de la actividad parlamentaria”. El Corte Inglés sustituyó a Marsans, después de que el grupo de Gerardo Díaz Ferrán se declarara en quiebra.
Los diputados españoles viajan siempre en business, ya que el Congreso también mantiene un acuerdo con Iberia para que el precio de estos billetes sea equivalente al de la clase turista. No obstante, en el caso del AVE, el Parlamento no posee ningún convenio con Renfe, por lo que abona religiosamente a los diputados sus billetes en preferente, su clase favorita para viajar en tren.

A todo ello hay que añadir otras prebendas como el bono taxi anual de 3.000 euros o la subvención de gastos de gasolina. Asimismo, reciben dietas de 120 euros por cada día que pasan en misión oficial por España, y 150 si es en el extranjero. Y, al margen de los ingresos en metálico, los diputados reciben ordenadores portátiles, teléfonos móviles de última generación y cuentan con 204 asistentes distribuidos por los diferentes grupos parlamentarios.

Precisamente, una de las propuestas que IU presentó a Bono el 7 de febrero consistía en que los viajes de los diputados “sean en clase turista y no en preferente como muestra de austeridad”. Desde esta formación se afirma que “no debe suponer mayor problema renegociar este antiguo convenio para que al establecerse desde el principio que se viaje en turista, los gastos se reduzcan más, con el consiguiente y necesario ahorro de dinero público”.

Nada nuevo bajo el sol.
Los privilegios de las castas dominantes, políticos, jueces, fiscales, iglesia...
...Quizá sea el momento de empezar a actuar.