Un banco ético no tiene porqué ser menos rentable que un banco tradicional a la hora de ofrecer un rendimiento a los ahorradores. Una característica importante en la que coinciden los diferentes bancos éticos es la transparencia: el inversor es informado de la iniciativas que reciben los créditos de la entidad,de las condiciones y criterios aplicados,… de forma éste tenga la información suficiente para decidir si está de acuerdo con el uso que se hace de su dinero.
Algunas actividades que habitualmente se excluyen en la financiación de un banco ético son la producción de armamento, las que llevan implícita la explotación laboral y el trabajo infantil, la destrucción del medio ambiente, la producción de tabaco y de alcohol, las empresas de juego, el comercio de drogas, … Sus inversiones de dedican única y exclusivamente a financiar iniciativas con un alto rendimiento social, es decir, que cumplan una serie de criterios marcados por el banco, que son habitualmente: proyectos presentados por colectivos marginados, empresas dedicadas a la mejora del medio ambiente,cooperativas de producción de artículos de comercio justo, iniciativas que mejoren el entorno social,… De esta manera, sólo las iniciativas que coincidan con estas características criterios reciben la correspondiente financiación.