Blesa, el amiguito de Ansar sale de la cárcel. Visto lo visto ya tardaba. Se veía venir. Los poderosos mueven sus hilos y no tienen vergüenza alguna en presionar y desacreditar a los pocos jueces independientes que nos quedan (así lo hicieron con Garzón) para irse de rositas y repartirse el poder y el botín después de malversar y robar a manos llenas. La Audiencia de Madrid ha ordenado su puesta en libertad. Ayer lo adelantaba Revilla en El Hormiguero. Se da la circunstancia muy poco habitual de que la Fiscalía pidió la libertad de Blesa antes que la defensa. El fiscal lo hizo a las nueve de la mañana y el abogado a mediodía. Siempre habíamos pensado que los fiscales estaban para acusar, pero tanto en el caso de la Infanta Elena como en este caso, se han convertido en defensores a ultranza de los imputados. Seguro que la mayoría de mortales no hubiésemos gozado de semejante prebenda. Una repugnante casta de políticos, banqueros, fiscales y jueces corruptos están dejando sin un ápice de credibilidad a nuestra ya maltrecha democracia. Pero qué les importa e ellos, si exista el régimen que exista, nada les detiene en pos de sus bastardos intereses que nada tienen que ver con los nuestros. De momento, los comisarios políticos en las distintas Delegaciones del Gobierno mediante la coacción de la libertad de expresión y reunión a través de sus represores, violentos y prepotentes esbirros mantienen el orden. ¿Hasta cuándo? |